Las encuestas que encaraman a Adelante Andalucía a la segunda posición en las preferencias electorales de los andaluces, por delante del Partido Popular, han disparado los niveles de adrenalina en el aparato sanguíneo de la confluencia de izquierdas.

Euforia es la palabra que tal vez mejor podría resumir las emociones vividas este sábado en el Palacio de Congreso de Sevilla por las entre 2.000 y 2.500 personas –25 filas a razón de unas 80 sillas por fila, más la gente que se quedó de pie– que han asistido a un mitin de campaña donde AA ha sacado toda su artillería: Teresa Rodríguez, Antonio Maíllo, Alberto Garzón, Pablo Iglesias…

Un profeta en campaña

El turno de intervenciones lo abrió el sacerdote católico, activista humanitario y ex Defensor del Pueblo Andaluz José Chamizo, que, ni corto ni perezoso, en su breve homilía civil citó al profeta Isaías para glosar bíblicamente el drama de los inmigrantes que cruzan el Estrecho “como corderos que llevados al matadero”.

Pese a haber reunido los organizadores en el escenario a lo más granado de la confluencia de las izquierdas, la estrella de la mañana fue Teresa Rodríguez, a la que ni siquiera hizo sombra un Pablo Iglesias que pronunció un discurso aseado y eficaz, pero falto de voltaje emocional.

A fin de cuentas, el secretario general de Podemos no estaba en su ambiente. Por una parte, los seguidores de Izquierda Unida todavía no le han perdonado el desahogo paternalista con que trató en su día a la federación fundada por Julio Anguita y, por otra, los inscritos de Podemos Andalucía son más de Teresa que de Pablo.

La obsesión del susanismo

Tras su intervención de este mediodía, nadie podrá decir a Teresa Rodríguez que contemporiza con Susana Díaz, a quien descardamente la líder de Podemos considera “susanista, no socialista”. Rodríguez focalizó su fuego dialéctico en la presidenta, ante quien no se siente oposición sino alternativa: “Decimos no al gobierno de Susana Díaz, vamos los segundos y podemos ser los primeros, se acabó, se acabó, ya le hemos dado suficientes oportunidades, se acabó”, proclamó entre aplausos.

La dirigente morada personalizó los ataques en Díaz, de quien desgranó la relación de cargos orgánicos e institucionales ocupados desde muy joven. “Nosotros no somos como ellos, como el susanismo, que no sabe de luchas sociales ni sindicales porque todos ellos han echado los dientes en las sedes del partido”, dijo rescatando uno de los argumentos que obsesivamente viene repitiendo durante la campaña.

¡A por ellos!

Desde luego, si la esperanza de los socialistas para seguir gobernando en la Junta es Adelante Andalucía, deberían moderar sus ilusiones. La Teresa Rodríguez que ha podido verse este sábado en Sevilla se ha mostrado más antisocialista que antiderechista, consciente sin duda de la necesidad de movilizar al electorado de IU y de Podemos, que en 2015 sumaron cerca de 850.000 votos.

Teniendo en cuenta que el PP obtuvo un millón pero está en horas bajas por el acoso de Ciudadanos y otros factores, la dirección de la confluencia ve factible hacerse con esa segunda plaza que de ocuparla encarecería con toda seguridad, o incluso haría imposible, un acuerdo con el PSOE.

Pan y rosas

El tramo final del discurso de Rodríguez fue más lírico, aunque a costa de perder intensidad política. La candidata hiló sus argumentos en torno al doblete reivindicativo del ‘pan y rosas’ del cineasta Ken Loach, pero tanto insistió en el pan y en las flores que a punto estuvo de precipitarse por alguno de los muchos taludes tras los que acecha la cursilería.

Los cerrados aplausos que despidieron su intervención certificaban, en todo caso, que el liderazgo de Podemos en Andalucía lo ostenta alguien llamado Teresa, no alguien llamado Pablo.

Iglesias y el futuro

Por su parte, Iglesias defendió con pasión las virtudes del acuerdo político suscrito con el socialista Pedro Sánchez. No contenía todo lo que Podemos hubiera deseado, pero de aprobarse los Presupuestos pactados con el PSOE habrían supuesto la recuperación de la dignidad para muchas familias.

También añadió el líder del partido que seguramente ese acuerdo no habría sido posible si Susana Díaz hubiera dirigido el PSOE, como no habría triunfado, dijo, la moción de censura contra el PP de Rajoy. Y remachó: “¿Qué significa Andalucía para Susana Díaz? ¿El segundo plato tras perder las primarias?".

El líder morado recordó cómo hace 40 años Andalucía truncó los planes de quieres querían configurar un modelo de país sin el sur. “Hoy como entonces, el futuro de España está en Andalucía, aquí se juega el futuro de España”.

En la misma línea se pronunciaron otros intervinientes, como el coordinador general de IU, Alberto Garzón, para quien Andalucía se prefigura como el rompeolas que puede acabar de una vez con todas en España con la temporalidad, la precariedad y las privatizaciones".

Maíllo al ataque

Por su parte, Antonio Maíllo, recalcó que la suma de identidades y emociones "sitúa bien" a la confluencia, cuando ha acusado a Susana Díaz de querer "ridiculizarlos para ningunearlos y atacarlos"; pero durante la campaña "se han quebrado muchas cosas, con un espacio de la derecha sumido en auténtica guerra civil entre ellos" y que "se autoanula como alternativa".

También restó credibilidad a Díaz cuando dice que frenará a las derechas porque ella "fue quien puso a Rajoy en Moncloa" o ha pactado con Cs "durante tres años y medio". "No estamos dispuestos a que el futuro de Andalucía lo lidere quien gobierna aquí porque no pudo ser otra cosa", ha apostillado, informa Europa Press.