No vamos a descubrir el talante de Vox. Su espíritu destructivo, combativo -aunque sinrazón-, y negacionista -de todo cuanto sea lo que no emana del conservadurismo más rancio-, no es nada nuevo. No obstante, nunca está de más rescatar las constantes faltas de desprecio y deslealtad institucional que practica un partido inserto y cobijado bajo unas instituciones que dice defenestrar, excepto si es para llenarse los bolsillos gracias a ella. En la última semana hemos visto dos desprecios, que por otra parte no son novedad, de dos dirigentes del partido de extrema derecha hacia Blas Infante, Padre de la Patria Andaluza y arquitecto de un 'olvidado' estatuto autonómico andaluz que nunca llegó a aprobarse por culpa del Golpe de Estado en 1936.
Son dos casos que vienen a sumarse a una narrativa colérica y majara que este partido vierte sobre una figura que nuestro propio Estatuto de Autonomía reconoce en su preámbulo donde señala que el Parlamento de Andalucía, de forma unánime en el año 1983, reconoció a Blas Infante como Padre de la Patria Andaluza en un acto de justicia histórica".
El primero de estos casos, por la relevancia política, ha sido ejecutado por el líder de Vox en Andalucía. O, al menos, en el Parlamento andaluz, y que podría convertirse si cuadran las cuentas electorales en el próximo vicepresidente de la Junta de Andalucía, Manuel Gavira. Este jueves, tras la aprobación de los Presupuestos para 2026 por parte del Parlamento con los únicos votos a favor del PP de Moreno Bonilla, los distintos grupos parlamentarios realizaron una valoración a las puertas del salón de plenos.
Justo en frente del mismo se encuentra un busto del Padre de la Patria Andaluza. Y justo delante de este fue colocado el micrófono para que los distintos portavoces comparecieran. Sin embargo, cuando llegó el turno de Vox (tercera fuerza en el Parlamento y la que más crece, según el Centra), se afanaron en desplazar el atril de sitio para que su portavoz no apareciera en imagen con Blas Infante detrás. Cuando los periodistas, atónitos, contemplaron la escena, Gavira, en un tono mitad vanaglorioso mitad despectivo, exclamó: "Hay cosas que es que...", mientras esbozaba una picarona sonrisa. Un gesto, de nuevo, que rezuma deslealtad institucional, por negar un símbolo contemplado en nuestro propio Estatuto, y por pertenecer a una Institución, el Parlamento, que reconoce la bandera, himno y escudo de nuestra comunidad, cuyo arquitecto fue, para desgracia de Vox, Blas Infante.
Por otro lado, el pasado martes 16 de diciembre. El municipio de Alcalá de Guadaíra (Sevilla) debatió su adhesión a la Ruta de Blas Infante, un proyecto que pone en valor la identidad andaluza y del que actualmente forman parte hasta nueve municipios -ahora diez, con la unión de Alcalá de Guadaíra-, y en el que se se experimenta la "diversidad cultural y natural de Andalucía: patrimonio histórico y cultural, paisajes de ensueño y la calidad de nuestra gente", describe la página oficial de dicha ruta.
Sin embargo, el partido ultra también estuvo en contra de dicha adhesión del pueblo sevillano a dicha Ruta, y su concejal, Pedro José Navarro, se degustó con una ristra de insultos y bulos hacia Blas Infante. "Vienen ustedes hoy aquí a proponernos que Alcalá pertenezca a la ruta de Blas Infante como si fuera Whashington Irving u otra celebridad", comenzaba a realtar Navarro para confirmar lo evidente: "No lo entiendo muy bien".
Según Navarro, los proponentes de esta idea "no han leído algún texto de Blas Infante, porque siendo una persona muy conocida, es un gran desconocido para cualquiera" -y que lo diga-. Navarro no solo se encargó de propagar bulos sobre el Padre de la Patria Andaluza, sino que además ocultó con vileza cómo murió -fue asesinado-: "Lo cierto es que murió de una forma muy injusta en la Guerra Civil, no me cabe ninguna duda, pero no es suficiente para hacer una leyenda de alguien". Quien sí le parece bien para "hacer una leyenda" es, sin ningún atisbo de sorpresa, José Antonio Primo de Rivera: "Si por muerte insjuta fuera, podríamos hablar de José Antonio Primo de Rivera".
Según este apasionado del negacionismo infantiano, Blas Infante, impulsor del poder andaluz a través de un impresionante legado de escritos y obras, pero sobre todo y más importante, arquitecto de un pre-estatuto autonómico para Andalucía, era una persona "contrario a la democracia parlamentaria" cuyo proyecto era convertir a Andalucía en un "estado islámico separado de España", y otras ingeniosas y creativas ideas que no reproduciremos en este texto por el bien del lector.
La defensa de la figura de Blas Infante no es una adscripción ideológica, como quiere hacer creer Vox, sino un ejercicio de coherencia democrática y de lealtad institucional a las instituciones andaluzas. Menospreciar su figura solo supone un rechazo a la Memoria Democrática de nuestro pueblo, de la que por supuesto Vox también reniega, y un insulto a la historia del mismo, sin reconocer al gran arquitecto de nuestra autonomía y al impulsor de nuestros símbolos, que representan a los millones de ciudadanos que componen la comunidad andaluza.
Blas Infante siempre abogó por un andalucismo integrador, humanista y emancipador. Su ideología era integrar a Andalucía en España a través de la recuperación su poder, sus fortalezas y dotar de las herramientas necesarias a su pueblo para no ser una economía y tierra dependientes y subalternas de otros territorios. Negar su trascendencia, su figura y su legado, no es más que claudicar ante un poder extractivista y cruel con Andalucía y su gente.