A la coordinadora regional de Podemos, Teresa Rodríguez, la subleva que a sus compañeros de la dirección nacional del partido les cueste tanto comprender y aceptar la existencia de un poder andaluz, con capacidad para tomar sus propias decisiones respetando el marco federal y sin pedir permiso a Madrid. Lo ven con buenos ojos si es gallego, vasco o catalán, pero no si es andaluz, se lamenta la líder.

“Queremos un poder más autónomo y más andaluz”, ha proclamado esta mañana en Sevilla la líder gaditana en el acto de presentación de la candidatura que encabeza para competir en las primarias que Podemos celebra la semana que viene y en las que se decidirán las listas provisionales para las próximas elecciones autonómicas.

Andalucía como amenaza

La candidatura de Rodríguez, cuya victoria se da por segura, competirá con la encabezada por la diputada por Huelva Isabel Franco, que sí cuenta con las simpatías de Pablo Iglesias y Pablo Echenique, quienes ven en el sesgo fuertemente andalucista de Rodríguez una amenaza para la cohesión orgánica y la unidad de acción del partido morado. ¿Es acaso la de Franco la candidatura de Madrid?, le preguntó un periodista. Rodríguez no dijo que lo fuera, aunque tampoco se la escuchó decir lo contrario.

Para la dirección nacional, un ejemplo de esa amenaza lo representan las primarias conjuntas que Podemos e IULV-CA celebrarán en Andalucía una vez resueltas las primarias moradas. Lo previsible es que a la lista que salga de estas primarias de Podemos se le empotren más tarde y de modo consensuado nombres procedentes de IU.

Esa candidatura ya definitiva es la que sería votada en las primarias conjuntas de ambas formaciones, previstas para después de las vacaciones de agosto. Así está contemplado en el modelo de confluencia pactado por IU y Podemos: un modelo cuya horizontalidad y relación de igual a igual entre ambas partes no parece gustar demasiado a ‘los Pablos’.

El PSOE como modelo (organizativo)

En su comparecencia ante los medios, acompañada de los cabezas de cartel provinciales pero también de la diputada Carmen Lizárraga que en el pasado disputó el liderazgo a Rodríguez, la coordinadora de Podemos Andalucía ha vuelto a mostrarse mucho más crítica con la presidenta Susana Díaz que con el Partido Socialista: “El susanismo es una degeneración del socialismo”.

La líder de Podemos Andalucía sigue, por lo demás, lanzando duros reproches al PSOE, aunque no tan hirientes como para espantar a potenciales votantes de Podemos que solo podrían salir del todavía copioso granero socialista. 

Así, Rodríguez dijo también que en Andalucía “el PSOE sí ha hecho bien las cosas al ser un partido rotundamente andaluz” que sabido poner los intereses de la comunidad por encima de las siglas del partido o de los dictados de Ferraz: "Nadie duda de que el PSOE andaluz defiende y pone en el centro a Andalucía antes que a su propio partido y nosotros creemos que es necesario aprender también de los adversarios".

El precio

A ese modelo organizativo aspira a parecerse el Podemos que quiere construir Rodríguez frente a las resistencias de la dirección nacional de su partido. “Garantizamos que los candidatos están vinculados al territorio y colocamos a Andalucía en el centro de nuestras aspiraciones”, dijo Rodríguez.

En todo caso, a la federación socialista andaluza no le salió gratis constituirse como un poder autónomo dentro del PSOE: las dimisiones/destituciones de los presidentes de la Junta Rafael Escuredo y José Rodríguez de la Borbolla en los años 80 por la presión de Ferraz son buena prueba de ello.