Menos de dos meses necesitó el director de Informativos de Canal Sur TV, Álvaro Zancajo, para que pidieran su destitución. Lo hizo primero el sindicato UGT, a finales de marzo de este año, y planteó lo mismo unos días después el Partido Socialista: apenas habían pasado 60 días desde que el director general de la RTVA, Juan de Dios Mellado, anunciara –no decidiera– su nombramiento como director de Contenidos Informativos y Transformación Digital.

El socialista Antonio Pradas, miembro del Consejo de Administración de la RTVA, pidió el cese de Zancajo bajo la acusación de “manipulación, falta de pluralidad y uso partidista de los servicios informativos, censurando las intervenciones del Gobierno central y realzando con autobombo todas las decisiones del Gobierno andaluz”.

Eran los mismos cargos que le había hecho unos días antes el sindicato UGT-RTVA: manipulación y “deriva propagandística sectaria hasta límites vergonzosos”. Los sindicalistas ofrecían como muestra este botón: recién estrenado el estado de alarma, en el informativo Noticias 1 de Canal Sur TV del 24 de marzo el PP acaparó 50 minutos, incluida una entrevista de 20 minutos a la número dos del PP-A Loles López, mientras que el Gobierno central no llegó a los tres minutos, pese a ser en aquel momento la autoridad única sobre el Covid-19.

"Hartazgo y rabia"

Desde entonces, las pruebas de sectarismo sin complejos y de partidismo sin disimulos se han multiplicado. Tanto lo han hecho que han desatado el “hartazgo, indignación y rabia” no ya de los partidos de la oposición o de los sindicatos, sino de los trabajadores de a pie: periodistas, técnicos, administrativos o mozos no encuadrados en la estructura de representación sindical del denominado Comité Intercentros.

Al haber partido de la ‘sociedad civil’ y obtenido el respaldo de cerca de un tercio de la plantilla, la petición de cese de Zancajo es un punto de inflexión en la historia de la RTVA, donde los potentes sindicatos han sido casi siempre los impulsores en solitario de la movilización, inspirada históricamente más en la reclamación de mejoras salariales y laborales que en exigencias de otra naturaleza.

Aunque los medios andaluces de referencia se resisten a dar a la noticia el eco que merece, hasta 400 trabajadores de todos los departamentos y delegaciones territoriales han estampado su firma en un duro comunicado reclamando la destitución inmediata de Zancajo por su intento de convertir Canal Sur en “un instrumento de poder y manipulación”. 

Profesionalidad y política

Los firmantes arriesgan mucho al poner su nombre y apellidos en un documento donde, además de pedir el cese de Zancajo, alertan de la influencia letal de Vox en la casa.

En opinión de los trabajadores, el acuerdo presupuestario del partido ultra con el Gobierno andaluz “pone en peligro la prestación de un servicio público esencial” y la economía de “decenas de miles de familias”, pues el recorte de 14 millones en 2021 perjudicará gravemente a las productoras a las que Canal Sur contrata contenidos.

El comunicado, de 10 puntos, concluye con un llamamiento a Mellado para que “reconduzca la situación”. Lo que en realidad los trabajadores le están pidiendo al director general es que ejerza de director general.

Será difícil que lo haga: director del diario La Opinión de Málaga entre 2010 y 2018, aunque con anterioridad había trabajado en la Diputación de Málaga siendo presidente Elías Bendodo y como director general de Comunicación a las órdenes de éste, Mellado no parece tener anclajes políticos tan sólidos como los que blindan a su subordinado.

Como se sabe, a principios de año Zancajo sustituyó en el cargo a Javier Domínguez, un periodista veterano y respetado en Canal Sur cuyo nombramiento, en julio de 2019, por el Gobierno autonómico de PP y Cs fue muy bien acogido en la casa.

Con su designación, el Ejecutivo anteponía la profesionalidad a la política… pero por poco tiempo: seis meses después Domínguez era destituido de forma impúdica y ocupaba su puesto Álvaro Zancajo, llegado directamente de Madrid, donde había pasado por Antena 3 y por la Televisión Española controlada por el Gobierno de Mariano Rajoy.

"Solo puede quedar uno"

Hoy, las relaciones entre Mellado y Zancajo son más que difíciles. Son prácticamente imposibles: periodistas de la RTVA consultados por El Plural conjeturan que "solo podrá quedar uno" y se preguntan cuál de ellos será.

Las apuestas están a favor de Zancajo: y no solo porque su nombramiento se guisó directamente en las cocinas de la madrileña calle Génova, sino porque su gestión viene siendo muy del agrado de Vox. "Más del agrado de Vox que del propio PP andaluz", sugieren con malicia fuentes bien informadas de la redacción central.

Hasta la designación del nuevo director de informativos, Vox se había quejado en distintas ocasiones del "maltrato" que supuestamente recibía de la cadena. Una de las quejas recurrentes del partido de extrema derecha era que en Canal Sur se le identificaba como un partido de extrema derecha. 

En el barómetro del CIS de abril de 2019, el 52,8 por ciento de los ciudadanos colocaba a Vox en una posición de 10 en una escala en la que 1 era izquierda y 10 era derecha. El 13 por ciento de encuestados los situaban en el 9 de esa escala ideológica.

Un incendio todavía lejano

En el proceso de designación de Zancajo tuvo un papel destacado el vicesecretario de Comunicación del PP, el periodista malagueño afincado en Madrid Pablo Montesinos, aunque se desconoce si en la elaboración del guiso hizo tareas de chef o solo de pinche. ¿Participó de algún modo Vox en la elección? Es posible.

En todo caso, es muy improbable que la formación ultraderechista permita que el consejero de Presidencia, Elías Bendodo, lo destituya: en el supuesto, claro está, de que llegue a ser tal la intención del vicepresidente de facto del Gobierno andaluz.

En principio, desde la Junta solo moverían ficha en el caso de que las llamas de Canal Sur amenazaran los muros del palacio de San Telmo. Si el conflicto hoy meramente laboral –calendario de protestas en las próximas semanas y huelga de 48 horas el 22 y 23 de diciembre– se convierte en un problema político directo para el presidente Juan Manuel Moreno, será difícil para Bendodo no hacer nada.

Mellado fue elegido por el Parlamento sin ningún voto en contra: hubo 91 a favor y 17 en blanco, los de la bancada de Adelante Andalucía que protestaba así no contra su designación, sino contra el hecho de no haber sido consultados previamente.