Todos los dedos señalan a Álvaro Zancajo. El jefe de comunicación de Macarena Olona encadena error tras error en la campaña de la candidata de Vox, que se muestra incómoda y errática en los días previos a la votación. El fracaso de su debate y su agenda intermitente han debilitado a su partido, que aspiraba a un gran resultado en Andalucía. 

"El miedo es el camino hacia el lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio lleva al sufrimiento. Percibo mucho miedo en ti", no lo digo yo, lo dice Yoda. Se lo dijo a Anakin Skywalker. El niño terminó convertido en monstruo. Como tú eres una suerte de Darth Vader de Hacendado, como te gusta su marcialidad, su pragmatismo, inspirar temor en los que te rodean; hago mío el consejo del maestro Jedi. ¿Qué te da miedo, Álvaro Zancajo? Tengo algunas ideas. 

Temes pedir perdón. Temes ir hacia atrás. Temes mostrar tu vulnerabilidad. Por eso estás llevando a Macarena Olona al abismo de la intrascendencia. No sé cómo te apañas, pero llevas mucho tiempo vistiéndote con trajes demasiado grandes. Metáforicos, claro. Los de verdad los llevas con elegancia; los laborales, ya se ve, te quedan holgueros. Tu paso por Canal Sur fue caótico. Tu paso por Vox se estudiará en unos años en la Universidad como ejemplo de incomunicación política. ¿Te gusta el fútbol? Te voy a contar una historia.

España se jugaba ante Brasil el pase a la segunda fase del Mundial de Argentina en 1978. 7 de junio. Mar de Plata. Necesitábamos ganar. Dominaron los nuestros durante todo el encuentro. En pleno empuje colorado, Julio Cardeñosa cazó un balón en el área tras un mal blocaje del guardameta Leao. Tenía toda la portería para él. Sólo un defensa, Amaral, pisaba la línea tratando de evitar lo inevitable. El centrocampista disparó con tibieza, centrado, sin fe. El brasileño salvó el gol. No fue mérito defensivo, sino torpeza atacante. A puerta vacía uno tiene que romper el balón contra la red, Álvaro. ¿Te ves ahí? ¿Te ves en el área golpeando blandamente la pelota?

Vox tenía todo de cara en estas elecciones andaluzas. Venían de desempeñar una oposición sólida, eran propietarios de una marca burbujeante, apostaban por una candidata de relumbrón, se desenvolvían en un contexto proclive al voto desencantado. La izquierda débil, el PSOE irreconocible, Ciudadanos al borde de la extinción. Sólo Juanma Moreno tenía crédito, pero no el suficiente como para aspirar a gobernar en solitario. "¡Presidenta, presidenta!", gritaron a Olona cuando dio el paso definitivo y confirmó su candidatura a la presidencia de la Junta de Andalucía. Luego llegaste tú y el castillo se desmenuzó. No era una fortaleza, sino una arquitectura de arena.

Soy periodista, como tú. He dirigido tres campañas electorales. Quizá no sea un goleador de talla mundial, pero cuando he jugado, he metido algunos goles difíciles. Ya no te digo los tantos en los que sólo he necesitado empujarla. También he fallado, claro que sí, por eso sé reconocer los errores y sus causas y me permito el atrevimiento de dirigirte estas palabras. Tenías la portería para ti, pero te has tropezado en tus propios regates. Julio Romero de Torres, abanicos y mantones. Folclorismo hortera. Desconocimiento de esta tierra. Y lo que es peor: Pensar que Andalucía se chupa el dedo. Como no nos conoces, te cuento.

¿Tienes miedo a la portería vacía, a golpear mal el balón, a descalabrar electoralmente a Macarena Olona?"

Los andaluces estamos hartos de que nos tomen el pelo. Ni nos ciega el brillo ni soportamos que nos griten. Nos gusta escuchar y que nos escuchen. El júbilo y el trabajo son eslabones de la misma cadena. De este collar dorado que portamos con orgullo. La sinvergonzonería la vemos desde lejos. Al señorito le tenemos calado. Y cuando hablo de señoritos, no hablo de dinero. Hablo de actitud, de miradas de arriba abajo. El dinero es algo prosaico. Esta tierra es vasta y horizontal. Esta tierra se protege como un armadillo, porque siempre hemos estado solos, porque nos hemos cansado de sonreír mientras nos varean. 

Querido Álvaro, ¿por qué este desprecio a nuestra esencia? ¿De verdad te has creído que, con esos mensajes tan perezosos, tan gruesos, ibas a calar en electorado andaluz? Respeto a tus votantes, pero no puedo respetar tu estrategia vocinglera, tus trucos de trilero, tu desprecio a una comunidad que se ha forjado a sí misma. ¿Cómo sienta que un referente para los tuyos como Jiménez Losantos haga una enmienda a la totalidad de tu campaña? ¿A qué tienes miedo, Álvaro? ¿A irte por donde has venido? ¿Tienes miedo a la portería vacía, a golpear mal el balón, a descalabrar electoralmente a Macarena Olona? 

Ya todos te apuntan a ti. Macarena de Salobreña ha perdido el discurso y el entusiasmo. Vox apuntaba al 20% y los datos les dan en estos días un 15%. Lo tenías todo. Una galaxia a tus pies. El casco oscuro y cierto boato. Pero los grandes villanos se construyen con grandes relatos, con valentía, con decisiones arriesgadas, con confianza, con conocimiento. No basta con sacar la espada y pasearla por ahí. En el Twitter todos somos valientes. Pero hay que tener arrojo para llevar a tu candidata a barrios donde no la quieren, ponerla frente a periodistas que no la tragan, confrontarla con otros candidatos. Has pasado de Darth Vader a Gru en un par de semanas. Ha sido la campaña de la desidia y de la vaguedad. Has dirigido tus naves hasta el sol. Ya sólo eres el rey de la chatarra. Suerte en lo que viene.