Se equivocaron Pedro Sánchez y sus perros de presa si pensaban que la trampa que le habían tendido a la presidenta de Madrid iba a salirles gratis. Lo de ‘perros de presa’ se lo copio a mi idolatrado Pedro José Ramírez, que, ante la situación desesperada de Madrid, ha clamado patrióticamente: “Menos ladrar y más colaborar”.

Y ahora se quejarán los ‘perroflautas’ de siempre de que Ramírez no dijo lo mismo cuando Pedro Sánchez le impuso a España el estado de alarma. ¡Pues claro que no dijo lo mismo! ¡Como si fuera lo mismo encerrar a todo un país durante tres meses recortándole brutalmente sus libertades que boicotear cínicamente a una presidenta que fue la primera en sacrificarse por los madrileños confinándose ella misma durante semanas en la soledad de un frío hotel de la capital!

Los ‘ladridos’ pedrojoteros de entonces estaban perfectamente justificados; los de los caniches socialistas y dóberman bolivarianos de ahora, no.

Pero El Español no es la única prensa nacional seria que ha denunciado lo que sucede en Madrid, donde los 'ivanesrredondo' acechan por doquier. La periodista de referencia de El Independiente Victoria Prego –la buena, la de ahora, no la de los 80– también lo ha escrito en un valiente artículo titulado ‘La ayuda ofrecida por Sánchez a Ayuso era una trampa indecente’.

Aunque la rueda de prensa ofrecida conjuntamente esta semana por Sánchez y Ayuso pudiera sugerir todo lo contrario, a la intrépida Victoria Prego no iban a engañarla así como así. Por eso, antes de que ambos se vieran, escribió esto: “Es un auténtico escándalo. Pero han calculado mal los tiempos y se les ha visto demasiado pronto para sus propósitos la brutalmente sucia jugada que se traían entre manos. Hablo de lo que le tenían preparado en comandita el PSOE y el Gobierno de España a la presidenta de la Comunidad de Madrid y a sus consejeros”.

Haga lo que haga Sánchez, que vaya haciéndose a la idea de que no sadrá vivo del avispero de Madrid: si no colabora con Ayuso, porque no colabora con Ayuso; y si colabora, porque su colaboración es una sucia jugada. 

Por fortuna, los Ramírez y las Prego no se chupan el dedo ¡Qué pena que no haya más periodismo esforzado, más periodistas valientes que no se muerden la lengua ni cuando las apariencias parecen desmentirlos! Pedro el Cruel podrá engañar a la pobre Isabel la Caótica, pero no a ellos.