“No ha contado con ninguno de los que nos habíamos comprometido con Pablo Casado, ni uno. ¡Ni te cuento el cabreo que tienen en Génova”. Quien se expresa en esos términos es un miembro del PP de Andalucía que durante días esperó en vano la llamada de Juanma Moreno para ofrecerle un puesto de consejero en su nuevo Gobierno.

Otra fuente del PP bien informada confirma a EL PLURAL el diagnóstico del frustrado consejero: “Así es. Hay gran mosqueo en Génova con Juanma”.

¿Pero, en cambio, parece que Javier Arenas sí ha metido su cuña en el Gobierno con el nombramiento como consejera de Patricia del Pozo? “En absoluto, ni la más mínima. Os engañáis. Del Pozo ya es de Juanma”. ¿Seguro? “Tiene las fotos prohibidas al lado o detrás de Javier”, comenta la fuente con tono algo zumbón.

Tras quedar repartido el premio gordo de las consejerías, viene ahora la pedrea de viceconsejeros, directores generales, gerentes de empresas públicas o delegados provinciales, puestos donde sí caben nombramientos de casadistas que difícilmente contentarán a Génova.

Quizá no tan flojo

La conclusión que se desprende de la información de las distintas fuentes es que Moreno ha decidido volar solo, sin tutelas de Génova y mucho menos con la del histórico presidente del PP andaluz Javier Arenas.

Ni la una ni el otro lo tuvieron nunca en mucha consideración desde que en 2014 fue designado presidente del partido gracias a los buenos oficios de la entonces vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y en contra del criterio de María Dolores de Cospedal y Juan Ignacio Zoido.

“Es un flojo”, sentenciaban en privado con desahogo quienes ahora se verán obligados a disimular el menosprecio de antaño. En solo 47 días, los que van del 2 de diciembre a su toma de posesión el 18 de enero, Moreno ha pasado de líder desahuciado a puto amo.

Un visita al más allá

El día 1 de diciembre, Moreno preparaba la maleta para arrastrarse con pasos resignados hacia el corredor de la muerte. 24 horas después, los resultados electorales lo convertían en el renacido al que todos miraban con el asombro con que los amigos de Lázaro debieron contemplar a éste tras regresar del abismo. A Lázaro lo resucitó Jesucristo y a Juanma lo resucitó el 2-D.

Si es cierto que no hay mejor escuela de sabiduría que haber visto de cerca a la muerte, Moreno es hoy más sabio que antes del 2-D. Ha visto las fauces del más allá y ha regresado para contarlo. Para contarlo y, tal vez, para redactar mentalmente su particular lista negra. No hay político profesional que no la tenga, aunque los mejores son aquellos cuya lista negra solo la conocen ellos.

Conocidos los resultados andaluces, Pablo Casado deshizo a toda velocidad los planes para liquidar a Moreno. Del trabajito iban a ocuparse los parlamentarios electos Juan Ignacio Zoido y José Ortiz, que finalmente no llegaron a tomar posesión de su acta. La misión había quedado abortada. Volved a casa, muchachos.

La casuística

Teniendo en cuenta que, como las del resto de comunidades, la Presidencia de la Junta es fuertemente presidencialista, Moreno tiene desde San Telmo la ocasión de convertirse en el líder del PP andaluz que nunca llegó a ser.

Manuel Chaves no era inicialmente un líder de verdad y acabó siéndolo. Pedro Sánchez no era inicialmente un secretario general de verdad y acabó siéndolo (incluso demasiado). Aznar era un madero sin brillo y acabó aclamado por los suyos.

Los congresos provinciales del partido, que han sido un infierno para Moreno porque no había manera o bien de que ganaran los suyos o bien simplemente de saber quiénes eran los suyos, empezarán a ser –deberían empezar a ser– otra cosa llegado el momento.

Arenas nunca fue Moreno porque no alcanzó la Junta, pero Moreno puede llegar a ser Arenas si maneja con pericia la palanca de San Telmo.

Buscando consejeros

Aunque el PP ostenta solo seis de las once consejerías del nuevo Gobierno, el presidente no ha podido contar con todos los nombres que tenía en la cabeza. Desde luego, no habrá facilitado las cosas que el sueldo de un consejero de la Junta se sitúe en torno a los 65.000 euros, un salario bruto que no puede competir con el que cobra cualquier profesional de prestigio en el sector  privado.

La excepción ha sido el consejero de Economía, Conocimiento, Empresas y Universidad, Rogelio Velasco, que dijo sí al ofrecimiento de Ciudadanos a instancias del dirigente nacional del partido Luis Garicano, miembro como Velasco del selecto grupo de economistas liberales españoles con un sólido currículum internacional.

Las segundas opciones

Una fuente del PP asegura que los nombramientos Carmen Crespo y Jesús Aguirre no eran la primera opción de Moreno para ocupar los departamentos de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, por una parte, y de Salud y Familias, por otra.

 “Aguirre fue la opción dos”. ¿Seguro? “¡Pero si está casi jubilado!”, dice una fuente popular del nuevo consejero, nacido en Córdoba en agosto de 1955.

Por lo demás, Moreno no es el único presidente autonómico al que le han dicho no. A su antecesora Susana Díaz le ocurrió en 2015 y también con la Consejería de Salud: no logró convencer al prestigioso investigador Guillermo Antiñolo y nombró finalmente a Aquilino Alonso.