La moderación es virtud que determinados medios y opinión pública atribuyen a algunos destacados dirigentes del PP. Este mantra es el que se ha venido replicando sobre el talante del máximo dirigente nacional del partido, Alberto Núñez Feijóo y, también, con relación al presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla.

Falsa e impostada “moderación”

Del gallego solo se necesitó un breve tiempo desde su llegada a Madrid, para que el mito de la moderación cayera. También viendo su biografía política que le antecedía como presidente de la Xunta, se ratificaba su para nada talante mesurado. Los pactos a los que ha llegado tras el 28-M con Vox, han servido para ratificar su carácter derechista y proclive a llegar a acuerdos, incluso de gobierno, como en Valencia, con la extrema derecha.

Investido con los votos de Abascal

De Moreno Bonilla siempre fue más fácil detectar en que ala de la derecha se situaba, a pesar de toda la venta política que sus asesores hacen de su estilo mesurado y “moderado”. Que no se olvide que Juanma Moreno Bonilla fue investido presidente de Andalucía en enero de 2019 gracias a los 26 votos de su partido, los 21 de Ciudadanos y los 12 de Vox frente a los 33 de los diputados del PSOE que había ganado las elecciones claramente. Su acceso a la presidencia de la Junta, con este peor resultado de la historia del PP, solo fue posible con un pacto, firmado y hecho público, con la formación ultraderechista de Santiago Abascal.

El PP une sus votos a la extrema derecha

Ahora, en el Parlamento andaluz, ante la disyuntiva de rechazar los pactos con Vox y el negacionismo hacia políticas de prevención frente a la violencia de género, la bancada del PP andaluz con Moreno Bonilla a la cabeza, ha dicho que prefiere unir sus votos a las extrema derecha y no condenar las alianzas que se están produciendo entre ambas formaciones de derecha y derecha extrema.

Los socialistas pusieron en esta tesitura al PP al presentar este jueves en el Pleno del Parlamento andaluz una proposición no de ley (PNL) para que la cámara, y muy especialmente el Partido Popular, manifestara su “rechazo a los pactos y acuerdos” entre ambos partidos, en concreto en aquellas partes que contuviesen alusiones a la negación o minusvaloración de la lacra de la violencia machista, así como los pactos que incluyan a maltratadores machistas entre los cargos a designar o entre los negociadores.

Para no retratarse totalmente, el PP ha accedido a apoyar dos puntos de los tres que componían la proposición no de ley, pero en el esencial que era el rechazo a los pactos con la ultraderecha y su relación con la mujer y la violencia machista, populares y extrema derecha han votado juntos.

Bildu sale en el debate

Incomprensiblemente, para la defensa de su posición, el PP ha sacado al debate en la Cámara autonómica los “pactos del PSOE con Bildu”, lo que ha hecho que desde los escaños socialistas se recriminara el argumento con muestras entre perplejidad y enfado.