Aunque no consta como dueño, en la provincia hay una finca de 7.200 hectáreas que es propiedad del estado libio. Esta superficie, está escriturada a nombre del Libyan Foreing Bank, o Banco Exterior Libio y se extiende por cinco municipios malagueños: Benahavís, Estepona, Igualeja, Júzcar y Pujerra, según publica La Opinión de Málaga.

Hace años
Es precisamente en estos dos últimos pueblos en los que, sin saberlo los vecinos, Gadafi puso su mirada hace años. Inicialmente estos terrenos fueron adquiridos por la firma Unión Resinera Española, aunque posteriormente fueron comprados por la banca libia.

Pujerra
En el caso de Pujerra, Gadafi es el dueño de más de 1.000 hectáreas, según informó su regidor, aunque esta cifra podría ser mayor, «ya que no tenemos una medición exacta a día de hoy». Teniendo en cuenta que el término municipal es de 2.400 hectáreas, «se puede decir que medio pueblo es suyo», puntualizó Macías.

400 viviendas de lujo
La finca se extiende desde la zona de La venta de Tía hasta Los Baños de la Corcha, justo en el límite con Benahavís.
El alcalde matizó que hace algunos años estuvieron en el pueblo varios directivos del banco libio que le informaron sobre el proyecto de construcción de 400 viviendas de lujo en el término municipal, «pero desaparecieron y desde entonces no he tenido más noticias de ellos».

Ningún contacto
Algo parecido ocurrió en Júzcar, donde la misma firma adquirió un total 1.384 hectáreas, de las 3.400 que tiene el término municipal. Su alcalde, David Fernández, que lleva cuatro años en el puesto, afirma que durante todo este tiempo no ha mantenido ningún contacto con sus propietarios. «Cuando llegué ya estaban hechas las escrituras, tal y como se puede comprobar en los datos del catastro». En este pueblo los dominios de Gadafi se extienden por la finca de La Resinera, igualmente hasta legar a los límites fronterizos de Benahavís.

Coto de caza
En ambos casos, la superficie adquirida por el banco árabe está formada, principalmente, por pinar y monte y, a principios de año, se colocó una alambrada de más de 60 kilómetros de longitud para preservar la finca que, actualmente, según los alcaldes, es utilizada como coto de caza.

Elevadas sumas
Un buen número de vecinos de ambas poblaciones se negaron a vender sus tierras de castaños, a pesar de las ofertas que recibieron hace unos siete años por parte de inversores extranjeros que querían comprarlas, pagando incluso elevadas sumas de dinero por ellas. Y es que esas parcelas van pasando de padres a hijos desde tiempos ancestrales y además la producción de este fruto es una de las principales fuentes de ingresos de las familias de la zona.

Preciado tesoro
Es por ello que aunque Gadafi es el dueño de gran parte de estos pueblos, su preciado tesoro, los castaños, sigue siendo propiedad de las gentes del Alto Genal.