"Si se salva el escollo del IPC no hay problemas". Pero el escollo del IPC que los sindicatos confiaban en salvar, no se salvó. Tras doce horas de negociación en Sevilla auspiciada por la Junta de Andalucía, que está haciendo de mediadora, sindicatos y patronal se han levantado de la mesa esta madrugada sin alcanzar un acuerdo que ponga fin a la huelga del sector del metal en la provincia de Cádiz.

Los sindicatos habían llegado en la tarde de ayer a la reunión convocada por la Consejería de Empleo para intentar dar solución al conflicto del sector del metal "con ánimo de negociar" y "con toda la voluntad del mundo".

El encuentro se saldaba finalmente con un nuevo fracaso, lo que augura una tercera jornada de barricadas y cortes de carretera en la bahía de Cádiz pero también la comarca de Algeciras. A primera hora de esta mañana, los huelguistas cortaban el puente de Carranza, una de las dos vías de acceso a Cádiz, aunque poco después la Policía restablecía el tráfico de entrada a la ciudad. Fue la reacción inmediata de los piquetes tras conocer el fracaso de la negociación.

La segunda jornada de la huelga de los 20.000 trabajadores del sector se saldó con altercados de consideración, entre los que se contabiliza la quema de un vehículo en la barricada montada en la puerta de los astilleros de Cádiz y otro, un patrol camuflado de la Policía, en los de San Fernando. Además, un camionero ha sido herido en La Línea de la Concepción.

Por su parte, el secretario general de la Federación de Empresarios del Metal de la provincia de Cádiz (Femca), José Muñoz, decía antes de entrar a la reunión con los sindicatos que iban "voluntariamente y con voluntad de poner todo para que se desconvoque la huelga" y haya un convenio.

Para la patronal el problema es económico: "Las pretensiones que han trasladado los sindicatos se escapan del cálculo de las empresas y de sus previsiones", explicó Muñoz. La subida que propone Femca es del 0,5; 1,5; y 1,5, para un convenio de tres años de vigencia.

Argumenta la parte empresarial que acceder a las demandas sindicales "supondría ir creando unas pérdidas a recuperar en 2022 con unas subidas importantes, de un 5,4 por ciento, y las empresas entienden que en un escenario en el que todavía estamos con miedo por una sexta ola, que no han trabajado desde el 14 de marzo de 2020 y que 2021 no ha sido de recuperación porque siguen en ERTE, ese esfuerzo no lo pueden hacer".

Mientras, Navantia expresó ayer su condena a los "actos de violencia perpetrados" con motivo de la segunda jornada de huelga indefinida en el sector del metal, fundamentalmente en los accesos de los astilleros de Cádiz, Puerto Real y San Fernando. Además, tras recordar que no es parte negociadora en el actual proceso de renovación del convenio colectivo del sector del metal, animó a la Federación de Empresarios del Metal (Femca) y sindicatos a seguir negociando.

En una nota, Navantia lamentó la acción de los llamados piquetes informativos, que "han vulnerado el derecho a acceder a su puesto de trabajo a empleados no solo de la industria auxiliar, sino de la propia Navantia". Además, alertó de que se estaba impidiendo la entrada de trabajadores de servicios esenciales, "poniendo en riesgo de este modo la seguridad de los propios centros de trabajo".

"La situación es especialmente grave en el centro de trabajo de Cádiz, donde los llamados piquetes informativos han accedido a las instalaciones por métodos violentos y han utilizado y dañado material de trabajo del astillero para hacer barricadas", explicaba la empresa.