El acoso que el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, y su mujer, la ministra de Igualdad Irene Montero, han sufrido durante sus recientes vacaciones en Asturias ha abierto el debate sobre estos ataques hacia los representantes políticos. Políticos de la derecha han reprochado a los miembros de Podemos que, en otros escraches a personalidades del PP o Ciudadanos, la izquierda no les mostraba el apoyo ni se referían al acontecimiento. Este argumento que utilizan algunos representantes de la derecha española para no mostrar su apoyo a Iglesias y Montero no casa con el que allá por 2013 sufrió Susana Díaz a manos del PP.

El 26 de octubre de 2013, varios dirigentes del PP andaluz organizaron un escrache contra la por entonces presidenta de Andalucía, Susana Díaz, perteneciente al PSOE, tras el altercado que tuvieron en la apertura del Museo Picasso de Málaga.

Tanto el secretario del PP regional, José Luis Sanz, como el presidente del PP de Málaga, Elías Bendodo, no condenaron las acciones de acoso contra la presidenta, sino que se limitaron a calificar el momento como un "incidente" y se reiteraron en su postura de que Díaz debía "bajarse del pedestal para escuchar a los alcaldes" y atender a sus peticiones.

En aquel momento, la presidenta socialista recibió el apoyo de sus compañeros de partido y de Izquierda Unida. Mientras, el PP no se disculpó por lo sucedido en ningún momento.

Por el lado contrario, el que ahora recibe las críticas es Bendodo. El presidente de la Diputación de Málaga ha protagonizado estas últimas semanas varias polémicas por el uso del coche oficial del partido para su beneficio personal, pero la última de ellas se debe a que él mismo publicó unas fotos sin mascarilla, un hecho que el PSOE ha condenado, dado que el senador "debe dar ejemplo".