Confluencia para unos, fusión para otros, absorción para los más desconfiados. 2017 ha sido el año en que Izquierda Unida de Andalucía y su coordinador, Antonio Maíllo, quemaron las naves del regreso. IULV-CA ya nunca volverá a ser lo que fue: el viaje hacia la convergencia política, y no meramente electoral, con Podemos ha cogido en 2017 una velocidad de crucero mayoritariamente ratificada por los pasajeros del buque verde y rojo. En las primarias celebradas en octubre pasado Antonio Maíllo arrasó a su oponente José Luis Pérez Tapias, muy receloso del proceso de confluencia promovido tanto por Maíllo como por el coordinador federal, Alberto Garzón.

Leer el tiempo histórico

Que no hay vuelta atrás es una manera de decirlo, pero no es la única. En su debate de primarias con Pérez Tapias, dos semanas antes de la votación, Antonio Maíllo lo decía de una manera muy distinta cuando intentaba convencer a su oponente y a la militancia del que sin duda era el punto central de su programa: “Planteamos volver a ser lo que fuimos, lo que fue Convocatoria por Andalucía, un espacio y una respuesta formidables al momento histórico de 1986. Queremos encontrarnos más allá de IU con otros espacios, volver a la IU genuina con dos soportes: uno es nuestra práctica institucional, con modelos exitosos de gestión publica, y el otro es el activismo, fundamental para construir proyectos. Propugnamos crear una unidad popular, un proyecto está vinculado a las ideas de conflicto, de programa y de movilización”.

El líder de IU está convencido de estar haciendo “una lectura acertada del tiempo histórico que nos ha tocado vivir”.

Naturalmente, los argumentos de Maíllo no convencieron a Pérez Tapias, aunque, a la vista del 83 por ciento de los votos conseguidos, sí convenció a los militantes de IULV-CA. En el aire quedó entonces, y sigue estando, lo que una y otra vez planteó el candidato de la minoría: “¿Vamos a acudir con Podemos a las elecciones andaluzas?”, se preguntaba Pérez Tapias.

Y añadía: “Eso hay que debatirlo, pero vosotros lo dais como hecho consumado. En lo programático hay diferencias, nosotros estamos nítidamente a la izquierda pero Podemos a veces no sé dónde está. No sabemos si Pablo Iglesias le dará permiso a Teresa Rodríguez para hacer las candidaturas, ¿o es que nos vamos a ‘comer’ como candidato en Almería a otro comandante o general o lo que fuera el que nos pusieron?”.

¿Una victoria engañosa?

La contundencia de la victoria de Maíllo fue inequívoca en términos electorales pero tal vez engañosa en términos propiamente políticos. ¿Por qué engañosa? Porque una gran parte de la militancia, muy superior desde luego al 17 por ciento de apoyos logrados por Pérez Tapias, comparte los mismos recelos y tiene las mismas dudas que el derrotado sobre la confluencia con Podemos, y aun así votó por Maíllo, que nunca ha expresado dudas ni recelos al respecto, aunque en su fuero interno es muy probable que las tenga.

La experiencia primero electoral y luego parlamentaria de Unidos Podemos, la marca de la confluencia a nivel nacional, no ha sido en absoluto satisfactoria para IU ni para Alberto Garzón. Pero ni él ni la dirección federal van a reconocerlo: en política, el precio que se paga por reconocer los errores recientes suele ser más elevado que el que se abona por empeñarse en simular que no se han cometido. Además, el hecho de que la experiencia no haya salido bien servirá de guía a los dirigentes andaluces de IU para no cometer los mismos errores que pudo cometer Garzón.

Preguntas, preguntas, preguntas

¿Cómo articularán IULV-CA y Podemos la confluencia andaluza? ¿Habrá un liderazgo compartido por Antonio Maíllo y Teresa Rodríguez? ¿Cómo serán las listas para las autonómicas? ¿Y las listas para las municipales? ¿Quién tendrá la última palabra? ¿Madrid? ¿Sevilla? ¿Cada cual en su pueblo? ¿Conservará IU la visibilidad política que actualmente tiene en el Parlamento? ¿Estará dispuesta a sacrificarla en aras de la ansiada unidad popular? ¿La confluencia de IU y Podemos vendría a equivaler a lo que fue la confluencia del PCE con otras fuerzas para formar Izquierda Unida? ¿El papel de Podemos en esa nueva plataforma será el que siempre tuvo el PCE en IU: la fuerza hegemónica cuyo poderío eclipsó de hecho a los demás partidos de la federación de izquierdas?

Si no todas, muchas de estas preguntas deberán empezar a tener respuesta a lo largo de 2018.