La renuncia de Málaga a convertirse en una de las sedes del Mundial de Fútbol 2030 ha caído como una bomba en la ciudad. La noticia ha generado una mezcla de estupor, rabia y tristeza entre la ciudadanía y los sectores políticos, mientras arrecian las críticas contra el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía. Desde distintos niveles —provincial, nacional e internacional— se observa con asombro cómo una ciudad que presume de modernidad, competitividad y buenas infraestructuras se apea de un evento global de enorme proyección.

Málaga suma así un fracaso más en su historial de promesas rotas y grandes proyectos frustrados. Esta nueva decepción se suma a una lista creciente de proyectos ambiciosos anunciados a bombo y platillo pero nunca materializados. Entre ellos figuran el fallido Auditorio, el Bosque Urbano, la polémica torre del Puerto, las torres de Repsol, el Plan Litoral, la frustrada Capitalidad Cultural Europea y la derrota en la carrera por la Expo Internacional de 2027. Málaga parece acumular fiascos cuando se trata de alcanzar metas internacionales o culminar grandes hitos urbanísticos.

Eco internacional del descalabro

La renuncia malagueña ha traspasado fronteras. Medios internacionales han recogido la noticia con titulares poco halagüeños, especialmente después de la intervención del alcalde Francisco de la Torre el pasado sábado, cuando oficializó la retirada del proyecto. En el contexto de un Mundial organizado por España, Portugal y Marruecos, Málaga ha quedado fuera. Portugal contará con tres sedes y Marruecos con seis, y todo apunta a que Valencia ocupará el lugar vacante.

La oposición culpa al alcalde y al PP de "fraude político" a pelotazo frustrado

Desde la oposición municipal, el portavoz socialista Daniel Pérez no ha escatimado en calificativos: “fraude político en toda regla”, “mentiras reiteradas” y “una estafa electoral”. Según Pérez, el alcalde era plenamente consciente desde hace meses de que el estadio no cumpliría con los requisitos exigidos por la FIFA, y en lugar de afrontar la situación con honestidad, optó por ocultarla.

Pérez ha recordado que la candidatura mundialista fue uno de los compromisos estrella del Partido Popular en las elecciones de 2023, respaldado por Ayuntamiento, Diputación y Junta. “Hoy queda demostrado que fue humo, una promesa vacía que acaba traicionando al malaguismo y a toda la ciudad”, ha afirmado. Además, ha exigido la convocatoria urgente de un pleno extraordinario para que el alcalde “rinda cuentas y explique por qué Málaga pierde otra gran oportunidad”.

Desde la confluencia de izquierdas Con Málaga, la portavoz adjunta Toni Morillas ha sido igualmente contundente. Ha culpado a Francisco de la Torre de llevar a la ciudad al “fiasco anunciado” por insistir en un “pelotazo urbanístico irrealizable” y por “engañar a la afición del Málaga CF con promesas imposibles”.

Morillas ha denunciado la opacidad del proyecto para remodelar La Rosaleda, el incumplimiento de plazos exigidos por la FIFA y la falta de una propuesta viable para habilitar otro estadio. Según la edila, “el alcalde ha antepuesto el interés especulativo al bienestar del club y sus seguidores, traicionando la ilusión de miles de malagueños”.

La renuncia, según Con Málaga, confirma el modelo de gobierno del PP en la ciudad de grandes titulares, promesas sin ejecutar y una gestión marcada por la improvisación. “Otro pelotazo frustrado que deja a Málaga fuera del mapa mundial del deporte”, concluyen.

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