El informe es demoledor y confirma las primeras impresiones de la instrucción judicial. Magrudis era una bomba alimentaria de relojería. De hecho, los dueños de Magrudis, José Antonio Marín y su hijo Sandro Marín, están en la cárcel desde septiembre con una petición de fianza de cinco millones de euros.

El Juzgado de Instrucción número 10 de Sevilla, Pilar Ordóñez, que investiga el caso Magrudis tras el brote de listeriosis registrado el pasado verano y que ocasionó varias muertes, encargó un informe pericial según el cual las muestras de carne estudiadas superaban entre "3.700 y 149.900 veces la contaminación máxima tolerable" de esta bacteria.

Según el informe pericial, el consumo de alimentos con esta contaminación puede provocar meningitis, encefalitis, gastroenteritis y efectos adversos en fetos y recién nacidos.

El perito concluye que, aunque la empresa no incumplió en sentido estricto la normativa vigente “al carecer de límite legal para ello”, es incuestionable “la falta de higiene o eficiencia en las operaciones de limpieza y desinfección de útiles, maquinarias”, lo que favorecería la formación de un “nicho ecológico como hábitat para un crecimiento de las colonias de listeria”.