La estrella política en la sesión de este jueves de control parlamentario al Gobierno andaluz y a su presidente será la sentencia de los ERE. De hecho, ya lo fue ayer en la primera jornada del Pleno, cuando el consejero de Presidencia y hombre fuere de Ejecutivo, Elías Bendodo, sobrado de argumentos, se empleaba a fondo contra los socialistas por haber creado y mantenido “una red clientelar alimentada con fondos públicos”.

El consejero y portavoz pronosticó que el tema de los ERE “dará para dos legislaturas”, durante las cuales los socialistas no van a “levantar cabeza” porque para hacerlo deberían “reconocer errores”. Bendodo se permitió incluso parafrasear al expresidente José Antonio Griñán: “Hubo un gran plan y un gran fraude”.

Defendió la posición socialista como buenamente pudo el exvicepresidente de la Junta, Manuel Jiménez Barrios, que requirió al Gobierno que explicara cómo era posible que sostenga que hubo un fraude masivo y al mismo tiempo siga pagando las ayudas otorgadas de forma supuestamente fraudulenta.

Ciertamente, el Ejecutivo tiene dificultades para responder a esa pregunta socialista, pero con la sentencia condenatoria el Ejecutivo disfruta de un poderoso viento de cola y puede permitirse el lujo de no hacerlo, pues quien realmente está necesitado de dar explicaciones es el PSOE, no el PP o Cs.

 Al menos hasta que el Supremo dicte la sentencia definitiva, y eso tardará aún bastantes meses, al PSOE andaluz le espera un penoso calvario a cuenta de un fallo judicial que políticamente está resultando demoledor para las expectativas de San Vicente.