Cinco años después de The extraordinary tale, una más que estimulante ópera prima, la dupla formada por los sevillanos José F. Ortuño y Laura Alvea presenta su segunda película, Ánimas, en torno a dos amigos adolescentes, Álex y Abraham, que empiezan a distanciarse, al tiempo que ella es amenazada por una serie de extrañas presencias fantasmales cuando se queda sola. Como es uno de esos films de los que no se pueden desvelar todas sus intenciones sin estropearlo, ellos mismos son los que explican su temática a un espectador potencial: “Habla de crecer, del miedo a hacerse mayor. Los protagonistas están en los 18, el paso a la edad adulta, con los cambios que eso supone”, explica Ortuño, que no la considera “una película de terror sino sobre el terror. Intenta analizar muchos miedos y usa los clásicos del género para contar la historia. Sobre todo, es un misterio, ideal para los que disfrutan con los puzles. Hasta más allá de la mitad, te preguntas, “¿qué está pasando aquí?””.

Efectivamente, en Ánimas es clave prestar atención para adelantarse a su contundente giro de guión. “Desde muy al principio vamos dando pistas. Cuando lo desvelamos, seguro que muchos espectadores ya se lo están oliendo”, explica Alvea. Por su parte, Ortuño matiza la importancia del giro, “que no queríamos que fuese final, de los que cambian completamente la película. Queríamos explorar qué pasa después del giro, y para eso tenemos todo el tercer acto, que es como si empezara todo de nuevo. Más importante que la sorpresa es que se entienda que es un análisis de la psique adolescente”. En esa disección, el cine de terror es fundamental. Hay citas literales a títulos como El resplandor, Déjame entrar o Psicosis, que harán las delicias de los aficionados a los sustos, que suelen ser precisamente los adolescentes: “Son las pelis que más nos marcan en esa edad. Cuando empiezas a hacer cine amateur, casi siempre son cortos de terror”, indica Ortuño, que admite que la película “es autobiográfica. Yo con la edad del chico protagonista tenía mi habitación empapelada de posters y me había visto Posesión infernal 20 veces”.

El peso de la estética

Ánimas llega a las salas el próximo viernes 5 de octubre, un día después de su estreno en el Festival de Sitges, templo del terror y el fantástico, que ya estaba planteado como el marco “ideal” para el proyecto desde que surgió. “Vamos sobre todo a disfrutarlo”, sentencia la codirectora.  Los que acudan a verla se encontraran con una dirección artística tan llamativa como la de The extraordinary tale, deudora de la admirada por ambos Delicatessen, de Jean Pierre Jeunet. De hecho, el 90% de los decorados son construidos. “En el cine es la imagen la que cuenta las cosas. Antes de que el actor diga una palabra, el vestuario, maquillaje, peluquería o dónde está ya dan una información al espectador que hace que lo juzgue. Por eso estudiamos mucho el color, la imagen, la textura”, explica Ortuño.

Una de las principales diferencias con su ópera prima está en el idioma escogido, que pasa del inglés al castellano, según Ortuño, “por cuestiones de producción, aunque estaba pensada y escrita en inglés, lo que nos dio miedo a la hora de seleccionar el reparto”. En él se encuentran nombres tan consagrados como Luis Bermejo o Ángela Molina, aunque el peso recae sobre tres jóvenes debutantes, que, en palabras de Alvea, “nos lo pusieron muy fácil en el rodaje. Por haber participado en castings y en montajes teatrales, el trabajo con actores lo llevamos en el día a día”. Aunque el proyecto es anterior al de su primera película, ha costado más ponerlo en pie por su mayor envergadura, con seis semanas de rodaje. Ortuño, que a través de su canal en YouTube desmenuza películas de otros directores, señalando aquello por lo que funcionan (o no), explica que cuando la responsabilidad es suya el análisis lo hace previamente: “Como director tienes que tomar una decisión y debe ser consciente y justificada. Cuando te preguntan dónde colocar la cámara, hay un millón de opciones y solo una es correcta. Estás sometido a juicio constantemente y tienes que tener una respuesta convincente”-

Dos cabalgan juntos

Dice la norma no escrita que cuando una película viene firmada por dos directores es porque uno se ha ocupado más del trabajo con los actores y otro del aspecto visual. No es el caso de José F. Ortuño y Laura Alvea, según ella misma explica: “llevamos tantos años trabajando juntos que hemos madurado entre los dos. Hablamos tanto en la preproducción que cuando llega el rodaje podemos tratar con cualquiera del equipo. No existe una fórmula para repartirnos el trabajo. El primer corto de ambos, Relojes de arena, data de 2003, y fundaron su propia productora, Acheron Films, en 2011. Para Alvea, “cada vez es más fácil” trabajar en el audiovisual en Andalucía: “Me fui seis meses por mi compromiso con Paco León para hacer Arde Madrid y tuve que decir que no a varios proyectos en Sevilla”, a lo que añade Ortuño que “en Andalucía hay mucho trabajo y la perspectiva es buena”.

En realidad, la dirección de largometrajes de ficción solo es una parte de su labor. Ambos participan en proyecto ajenos, ya sea en televisión, teatro o cine, documental y hasta de animación. Ortuño explica que se gana la vida como guionista y que “hay proyectos que me frustran, pero otros son de los más satisfactorios de mi carrera, como Nacido en Siria”. En su día a día, Alvea trabaja principalmente como directora de casting y ayudante de dirección. En los últimos tiempos ha participado en La peste o Trinchera infinita, “proyectazos de los que traes mucho a la hora de plantearte tus propios trabajos”. Asegura dar “el mismo peso a todo lo que hago. Si todos esos trabajos fueran una excusa para llegar a este estaría frustrada”. Además, como sentencia su colega, “hacer una peli es tan agotador que cuando acabamos nos apetece hacer otra cosa para recuperarnos y después retomar otro proyecto propio”.