La Comunidad Valenciana, a pesar del empeño que han puesto en ello los responsables políticos, no ha podido estrenar en el presente período estival su nueva Ley de Turismo, Ocio y Hospitalidad. En su redacción se han tenido en cuenta cuestiones tan candentes como la ética del turismo —un modelo de desarrollo sostenible—, además de la accesibilidad del turismo, entre otros puntos.

Lo cierto es que se esperaba que estuviera vigente en el primer trimestre de 2017, pero el anteproyecto de esta nueva ley aguarda todavía los dictámenes preceptivos del Comité Econòmic i Social y del Consell Jurídic Consultiu.

De esta manera, se pretende dar respuesta a nuevos problemas y necesidades que la anterior ley ni siquiera contemplaba dado que se aprobó hace más de 17 años. Una de sus principales novedades es la adaptación de este cuerpo legal al Código Ético Mundial para el Turismo. Este último se dirige a gobiernos, empresas turísticas, comunidades y turistas con el objeto de maximizar los beneficios del sector, pero tratando al mismo tiempo de minimizar sus posibles consecuencias negativas para el medio ambiente, el patrimonio cultural y las sociedades de alrededor del mundo. También se incorporan cuantiosas multas de hasta 600.000 euros por incurrir en infracciones consideradas graves.

Esta ley llega, además, en plena bonanza del turismo en la región. Sin ir más lejos, según la encuesta realizada por la Agencia Valenciana del Turismo, la ocupación media en los hoteles del litoral valenciano ha sido del 87,1 % en julio y del 85,84 % en agosto.

Si desglosamos estos datos por provincias, observaremos que en Castellón se ha alcanzado el 81,62 %, en Valencia el 85,68 % con un incremento del 2,8% y en Alicante la ocupación ha sido del 85,06 %. Las tres provincias han mejorado sus números con respecto al año anterior.

De esta manera, la capital del Turia lidera el turismo en la Comunidad Valenciana aventajando a sus vecinas, especialmente con visitantes del resto de España dado que el 77 % de su turismo es nacional. En cambio, apenas tienen peso el resto de países: los británicos —los segundos en este ranking— tan solo alcanzan el 12 % y los italianos se sitúan terceros con un 4 %.

A pesar de que la capital del Turia vive un tiempo de bonanza turística, conviene atraer al turista que menos repara en gastos: el portugués, cuyo gasto medio en Valencia suele ser de 300 euros.