La desilusión y la frustración con la que se recibieron los cambios ultraconservadores de la semana pasada, están dando paso a un ambiente de abierto descontento entre los fiscales y contra sus superiores. La última gota, la noticia que ha acabado por revolucionarles, es el conocimiento del hecho de que el propio Fiscal General del Estado, José Manuel Maza, admitió ante otros fiscales presiones del Gobierno en los ceses y nombramientos. En concreto, por ejemplo, en el caso del Fiscal jefe de la Unidad de Apoyo, José Luis Bueren.

La secretaria de Estado pide 'cabezas'

En concreto, Maza lo que habría reconocido habrían sido presiones por parte de la secretaria de Estado de Justicia, Carmen Sánchez-Cortés, en el sentido de provocar la caída de Bueren, con el que mantenía diferencias. Esta confesión la realizó Maza, según hemos sabido, en su despacho delante de varios fiscales.

Según los fiscales con los que ha contactado ELPLURAL.COM, en su estrategia para cumplir con la petición de la Secretaria de Estado, Maza contaba con que Bueren, un fiscal no adscrito a ninguna de las Asociaciones fiscales, se encontraría sin defensores en la reunión del Consejo Fiscal (el Consejo está formado por 11 personas, el propio fiscal general, el Teniente Fiscal del Supremo y el Fiscal Jefe de Inspección, los tres en razón de su cargo, y ocho fiscales por elección, actualmente cinco de los cuales son de la conservadora Asociación Profesional e Independiente, y 3 de la Unión Progresista).

Aún más humillante para el fiscal del que desde el Ministerio exigían la cabeza, Bueren, en una conversación con el Fiscal General, Maza intentó lavar su cese explicandole que si los tres fiscales progresistas le habían votado a él no era por su valor, sino tan sólo como forma de openerse al propio Maza. El conocimiento de esta conversación aún ha creado mayor malestar e irritación entre los propios fiscales.

Los fiscales incómodos y los fiscales adictos

Sin embargo, al no contar los fiscales progresistas con ningún candidato para el puesto de Bueren, decidieron apoyarle. Voto al que se sumaron, por ser viejos compañeros suyos, tanto el Teniente Fiscal del Supremo como el Fiscal Jefe de Inspección. Es decir, Maza se encontró con un empate a 5 que tuvo que resolver con su decisivo voto en favor del cese de Bueren, tal y como le habían ordenado desde el ministerio.

Entre los fiscales con los que ha consultado ELPLURAL.COM se apunta igualmente, aunque no señalan un reconocimiento igual por parte de Maza, que desde el ministerio se le pidió también el cambio en dos puestos clave: la jefatura de la Fiscalía de la Audiencia Nacional, donde resultaba incómodo Javier Zaragoza, así como la elección de Manuel Moix al frente de Anticorrupción.