Ha sido un discurso breve, pero intenso y combativo. La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, no ha pronunciado la palabra abstención ante sus compañeros del Comité Federal, pero ha defendido implícitamente esa posición al rechazar reiteradamente unas terceras elecciones. Los socialistas han cambiado el ‘no’ a Mariano Rajoy por una abstención que desbloquea la formación de gobierno, pero que deja profundas heridas en la organización. El propio resultado de la votación, 139 frente a 96, así lo certifica.

La líder andaluza tampoco pronunció la palabra Podemos, pero se la entendió perfectamente cuando dijo esto: “Yo no quiero militar en una Izquierda Unida grande. No quiero que nadie haga con mi partido lo que han hecho con otros. No quiero entregar el fusil, cambiarme de traje y entregarme a aquellos que nos están acosando. Yo quiero salir a combatir en un terreno hostil. Tenemos que tener la oportunidad la oportunidad y el orgullo de volver a celebrar una victoria del partido. Para eso pido unidad y responsabilidad para seguir estando todos juntos, asumiendo que el partido va bien cuando lo hacemos todos juntos".

Mala decisión

Díaz reconocía, de entrada, que la decisión que iban a tomar no era buena: “Me pongo en la piel de tantos compañeros y compañeras que lo están pasando realmente mal porque la decisión que tenemos que tomar va a ser mala, una u otra. Y todos los caminos son malos porque dije en este Comité Federal en el mes de junio que cuando el partido está abocado a tomar una decisión que es mala o peor, es que estamos en una situación difícil por nuestros propios errores”.

Y añadía: “Después de dos elecciones consecutivas, se ha reforzado a la derecha, y, por ello, no podemos hacer lo que debemos hacer, aquello para lo que nacimos, que es transformar la sociedad”.

Este es el relato que Díaz hacía para justificar la que considera la posición 'menos mala' para los socialistas y para el país: “Estamos aquí después de intentar formar gobierno, de repetir elecciones. A otros partidos no les importará porque son antisistema, pero yo no quiero que los ciudadanos piensen que su voto no vale para la misión principal que tiene, formar un gobierno. Si fuera por otros, estaríamos repitiendo elecciones, por cuarta y por quinta vez, hasta que se demostrara que este sistema, esta democracia parlamentaria que disfrutamos, gracias a una transición que consideran un candado, no sirve. Y yo eso no puedo compartirlo”.

Recordó también la líder andaluza el daño hecho por el PP, sobre todo en Andalucía: “No es lo mismo contemplar el dolor que sufrirlo. No es lo mismo saber que uno es inocente y honesto y verse perseguido y atacado porque tu partido tiene al PP donde menos daño hace a la gente, que es en la oposición”.

El dolor de Chaves y Griñán

Díaz se estaba refiriendo en concreto a los expresidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán: “Hoy hay dos hombres honestos que no pueden estar en esta sala, porque no pueden estar en este partido, y que lo que quieren es que su partido sea útil para este país, en el partido en el que ellos han militado. Los socialistas andaluces sabemos lo que es ese dolor. Algunos lo estamos sintiendo familiarmente, e incluso personalmente. Sabemos cómo se las gasta el PP cuando no gana y la saña con la que actúa. Lo utilizan todo”.

Así justificaba Díaz la dolorosa decisión que debía tomar el PSOE: “Vivimos con intensidad las victorias y sufrimos las derrotas. Por eso hemos tomado una decisión difícil. El que no repitamos las elecciones y no reforcemos al PP”.

Un repaso a la historia

Finalmente, la presidenta andaluza repasó los momentos difíciles por los que ha pasado su partido y recordó, apelando a la épica, cuánto fueron vilipendiados los secretarios generales que tomaron decisiones en princpio impopulares pero que a la larga se demostraron acertadas: “Este partido lo que necesita es moral de victoria, unidad, la misma unidad que hemos tenido en decisiones difíciles. ¿O es que fue fácil para Felipe poner una hoja de ruta en materia industrial que nos hizo romper con el sindicato hermano, la UGT? Y hoy cuando se mira en perspectiva se ve quién modernizó a este país. ¡Cuánto se le dijo a Felipe González!".

También tuvo palabras en el mismo sentido sobre el último presidente socialista: "¡Cuánto se le dijo a Zapatero!, que traicionó a los muertos, y esta semana se cumplen 5 años del fin de ETA! ¡Y cuánto sufrió Zapatero! ¡Cuanto sufrió el presidente del Gobierno cuando apoyó un Estatuto de Cataluña y el PP se dedicó a dividir este país y a decir que los socialistas estábamos vendiendo la patria y rompiendo la patria!".