La presidenta de las Madres de la plaza de Mayo, Hebe de Bonafini (87), ha desafiado a la Justicia y copa todos los focos de la prensa Argentina. Bonafini ha sido declarada en “rebeldía” por un juez después de que esta se negara a declarar en el marco de una investigación de presunta malversación de caudales públicos por parte de la fundación que preside. El magistrado Marcelo Martínez Giorgi la convocó y, al no comparecer, instó al departamento de Delitos Federales a detenerla.

Sin embargo, la líder de las Madres de la Plaza de Mayo consiguió eludir su captura. La audiencia estaba convocada para las 10:00 am y Bonafini, lejos de acudir, se dirigió a la Plaza de Mayo custodiada por la militancia kirchnerista y los grupos afines a la fundación. Una vez allí, como cada jueves por la tarde, realizó la histórica ronda que dan las Madres que buscan a sus hijos desaparecidos durante la dictadura Argentina.

Bonafini era la titular de una cuenta en España que registraba una actividad irregular

Bonafini fue citada a declarar en el marco de la investigación del proyecto Sueños Compartidos, a través del cual la fundación recibía fondos del estado para la construcción de viviendas sociales. El magistrado indaga ahora sobre si esos planes se llevaron a cabo y qué estrategia de control se ha seguido.

Y es que, la cúpula de la fundación lleva tiempo levantando sospechas. El diario Clarín ha desvelado en exclusiva unos documentos que probaban transferencias irregulares de las cuentas que manejaba Hebe de Bonafini y su número dos María Mercedes Colás de Meroño. El exjuez Norberto Oyarbide abrió diligencias en el año 2011 contra Bonafini tras conocerse una serie de movimientos nebulosos en dichas cuentas bancarias, una de ellas perteneciente a una caja de ahorros española (Cajastur).

La cuenta fue abierta en la Caja de Ahorros de Asturias en 1996, según documentación que aportó la Justicia de España -apunta el diario Clarín-. A partir de 2004 comenzó a darse una actividad poco frecuente: entraba dinero y pocos días después la misma cantidad era trasladada a otra cuenta diferente. El 3 de julio de 2004 ingresaron 90.000 euros y cuatro días más tarde fueron transferidos 90.460 euros a otro banco. La mecánica se repetía con asiduidad: el 27 de octubre de 2005 el montante total ascendió a 125.000 que también fueron transferidos; al igual que los 80.000 del 28 de diciembre de 2006, cuyo remitente era el “Principado de Asturias”. El último movimiento de gran envergadura acaeció en 2008 (22.790 euros). La cuenta fue cerrada en octubre de 2011 tras publicarse el escándalo.

Sin embargo, este hecho no fue investigado en profundidad y finalmente cargó con la culpa el expresidiario Sergio Schocklender, apoderado y abogado de la fundación. Schocklender, quien se graduó en prisión -entró por asesinar junto a su hermano a sus padres-, no podía realizar movimientos pero si estaba al tanto de todo lo relativo a la cuenta vía Internet. El propio exapoderado denunció la gestión de Bonafini: “Eran contribuciones de gobiernos europeos a las Madres o de grupos de solidaridad y apoyo en el exterior. Esa plata jamás ingresó al patrimonio de la Fundación y jamás hubo una rendición de cuentas”.

Se investigan dos contratos que firmó Bonafini con un ministro de Kirchner en 2008 y 2011

La causa, algo paralizada bajo el Gobierno K, se centra ahora en el desvío de hasta 206 millones de pesos (12,5 millones de euros) del programa Sueños Compartidos. Bonafini no es la imputada principal pero se investigan dos contratos que firmó en 2008 y 2011 con el entonces ministro de Trabajo Carlos Tomada. 

La militancia kirchnerista y los grupos afines tanto a la fundación como a la Administración de Cristina criticaron la presunta “persecución política” a la que está siendo sometida Bonafini. Ella misma señala al presidente Mauricio Macri: “Las Madres estamos dispuestas a pagar el horror que hace Macri, sus ministros, su familia. No saben qué hacer con nosotros, nos quieren hacer desaparecer pero les va a costar un poco”.

Y es que, la oposición culpa al gobierno del acutal presidente. El exministro de economía Axel Kicillof afirmó que "cada vez que Macri tiene que hacer frente a los reclamos de la gente aparecen estas cosas. Bonafini ya dio sus explicaciones y la detención es una provocación sin sentido".

"Es una persecución política a las Madres y a los organismos de derechos humanos, es un tema profundamente ideológico y político, que no tiene nada que ver con la Justicia", aseguró Sonia Alesso, secretaria general de la Confederación de Trabajadores de la Educación.

A pesar de que el magistrado ha confirmado que la orden de detención continúa vigente, no tiene un plazo fijado. Por su parte, Bonafini no cambia su agenda y acudirá en la tarde de este viernes a un acto en Mar de Plata.