El Fondo de Becas Fiscal Soledad Cazorla Prieto ha concedido sus primeras ayudas. Y lo ha hecho a tres huérfanos menores que están bajo la custodia de su abuela materna. Tres niños que tienen que, además, enfrentarse en su barrio al estigma de ser hijos de un asesino de mujeres y a una mayor edad que quiere acabar su formación profesional.

De esta manera se concreta el proyecto que nació a partir del fallecimiento de la Fiscal que da nombre a las becas y que su familia, con el apoyo de la Fundación Mujeres puso en marcha para “reparar, al menos en parte, el daño que sufren los hijos de las mujeres asesinadas”, como dijeron los familiares de Soledad Cazorla al presentar las becas.

Soledad Cazorla fue Fiscal de Sala del Supremo contra la violencia de género desde la creación de esta fiscalía, hasta el momento de su fallecimiento. Durante todo ese tiempo ayudó a poner en pie todo el andamiaje legal para luchar contra esta epidemia que significa la violencia machista hasta poner el tema en medio del debate social y político. Una situación que no podría entenderse sin su participación.  

Las becas están dotadas con una cantidad inicial de 125.000 euros aportados por la familia de Soledad Carzorla, a la que hay que sumar otra cantidad que aportará anualmente Telefónica. La gestión de ese dinero la realiza, como hemos apuntado, la Fundación Mujeres. La situación de los huérfanos que dejaba la violencia contra las mujeres fue siempre una de las máximas preocupaciones de la Fiscal Cazorla Prieto, a los que sentía como los grandes olvidados. Solo en los tres últimos años son unos 200 los niños que se encuentran en esta situación de ser ‘huérfanos del machismo’.