Tras el tiroteo más mortal en la historia de Estados Unidos, en el que murieron en la ciudad de Orlando (California) 50 personas en una discoteca gay, la existencia del discurso del odio al colectivo LGTB se ha vuelto a poner de manifiesto.

El último ejemplo ha sido el de dos predicadores baptistas, Roger Jiménez y Steven Anderson, que incluso han afirmado que el asesino, confeso seguidor del autodenominado Estado Islámico, se quedó corto matando a “sodomitas”, según ha publicado The Washington Post.

Jiménez, de la Verity Baptist Church de Sacramento (California), afirmó este domingo ante sus feligreses que “no se debe estar de luto por la muerte de 50 sodomitas. La gente dice, bueno, ¿no estás triste por la muerte de 50 sodomitas. Aquí está el problema. Es como el equivalente de preguntarme - y si usted me pregunta, oye, ¿estás triste porque 50 pedófilos murieron hoy? Um, no, yo creo que es genial. Creo que eso ayuda a la sociedad. Usted sabe, creo que Orlando, Florida, es un poco más seguro esta noche”.

Debían haber sido más

Por su parte, el predicador Anderson de la Faithful Word Baptist Church de Tampa (Arizona), colgó sus reflexiones sobre el ataque en un vídeo de Youtube. En él aseguró que “la buena noticia es que al menos 50 de esos pedófilos no van a volver a hacer daño a ningún niño más. La mala noticia es que muchos de los homosexuales del bar están todavía vivos, así que continuarán molestando a los niños y seguirán reclutando a gente para llevar su sucio estilo de vida homosexual”.

"No estoy triste por lo ocurrido y no voy a llorar por ello", cerrando con la afirmación "las víctimas iban a morir pronto de todas maneras de sida o de sífilis".


No representan a la iglesia

Las reacciones a estas opiniones no se hicieron esperar, llegando especialmente contundentes desde otras congregaciones religiosas americanas. La más contundente fue la del alcalde de Sacramento, para el que “los comentarios de odio hechos por un predicador no reflejan los valores cristianos y no tienen cabida en nuestra sociedad”.

Jay Brown, portavoz de la Campaña de Derechos Humanos, afirmó que no hay “nada en absoluto cristiano” en el sermón de Jiménez. “Él predica el odio desde el púlpito”, dijo en declaraciones al diario norteamericano. “Sus palabras no ofrecen comodidad a los supervivientes del ataque, a la familia y amigos cuyos seres queridos nunca volverán a ver”.