Después de seis años de crisis y escándalos políticos, no dejo de pensar en una cosa: la cantidad de miles de millones de euros que se han metido en el bolsillo esta panda de mediocres sin más aspiración ni inquietud que tener un Jaguar en el garaje, un palacete en Pedralbes o darse paseos en yate con narcos.

No nos engañemos, la gran parte de esa pasta jamás volveremos a verla. Acabarán pagando los masters de una nueva generación de mediocres que no aportarán absolutamente nada a nuestra sociedad ni a nuestra cultura.

En Estados Unidos, a muchos de estos nuevos ricos con fortunas tan horteras como excesivas, al menos les da por la filantropía e invierten una parte de su pastizal en cultura y desarrollo. No hay más que pasearse por sus impresionantes museos y leer las plaquitas de las salas que se mantienen gracias a sus donaciones. ¿Se imaginan que esto pasara aquí? En España, esa estirpe solo invierte en “maravillas” culturales como esta:



Por eso, la aparición de una alternativa fuerte como PODEMOS que desestabiliza el sistema bipartidista que ha propiciado todo esto A MÍ me seduce.

En general, me gusta su ideario político, me gusta su origen popular e indignado, me gusta que cuestionen cosas que hasta ahora parecían intocables, me gusta que pongan tan nervioso a Eduardo Inda y me produce una fascinación hipnótica el increíble cutis de niño de 12 años que luce Iñigo Errejón. Así que, no lo voy a negar, hoy por hoy soy un votante en potencia de Podemos.

PERO… esta crisis nos ha enseñado a usar nuestra Democracia de una manera más responsable. A ser electores aplicados. A no fiarnos de las marcas y empezar a leer la letra pequeña o lo que viene a ser lo mismo… a leer el programa. Así que, ni corto ni perezoso, me he lanzado a estudiar qué dicen los de Pablo Iglesias sobre algo que, como trabajador del sector cultural-audiovisual, me interesa y mucho.

Y aquí, amigos, me pierden un poco. Les copio y pego los dos puntos clave de su programa sobre cultura:
3.10 – Democratización efectiva del derecho a la cultura, la creación y la difusión cultural en todos los sectores sociales.

Recuperación de los museos, los monumentos y el conjunto del patrimonio cultural material e inmaterial para las grandes mayorías sociales fomentando su gratuidad o un modelo de precios reducidos mediante subvenciones públicas.

Adopción de medidas activas de apoyo a los trabajadores y las trabajadoras del ámbito de la cultura y a la industria cultural. Promoción de un estatuto europeo del trabajador de la cultura en el que se garanticen los derechos laborales, la protección social, la gestión tributaria, los derechos de propiedad intelectual y el autoempleo, a partir del conocimiento y respeto a las condiciones específicas del mercado de trabajo cultural.

Reducción del IVA cultural del 21 al 4%.

Control público encaminado a garantizar que los beneficios obtenidos por la difusión y distribución del arte nunca sean superiores a los del artista, así como para impedir que las patentes sirvan para obstaculizar el acceso equitativo de la sociedad a la cultura y la tecnología.

3.11 – Promoción del acceso libre, seguro y universal a la información y las comunicaciones

Defensa de la libertad de expresión frente a las restricciones de acceso y el monopolio de la información. Apoyo al crowdfunding, el software libre y el copyleft.

Plan especial de atención para aquellos colectivos con más dificultades de acceso, como las personas con discapacidad sensorial o intelectual o las personas mayores

Democratización real de los medios de comunicación, facilitando que la información y la cultura no estén en manos de banqueros, políticos, empresarios sino que esté orientada al servicio de la ciudadanía, de su empoderamiento, y por tanto orientada a generar relaciones de igualdad entre las personas.

Además de mirar el programa (en el que no hay mucho donde rascar, las cosas como son), me he dado un paseo por google con intención de completar aún más mi visión. He echado un vistazo a varios artículos (esteeste y este) en el que se habla del tema Podemos+Cultura.

En general me he encontrado con un cúmulo de brindis al sol mezclados con un montón de ¿buenas? intenciones. Algunas de ellas contradictorias y confusas, otras incluso bastante equivocadas. Posiblemente sea fruto de la descoordinación previa y el poco tiempo que han tenido para definir su programa, pero no he podido evitar “escandalizarme” con cosas que me asustan/inquietan/chirrían …
 “…la cultura no esté en manos de banqueros, políticos, empresarios”

OJO. Esta relación de “Empresarios = DIABLO” me suena un poco a “Podemos = ETA”.

Cuando hablamos de cine y televisión (quiero creer que también son productos culturales) no pueden estar en otras manos que en las de empresarios. Son obras caras que requieren de una infraestructura económica compleja y que dan trabajo a mucha gente. Si eso no lo hace un empresario/productor, lo podría hacer YO que soy guionista, pero en ese mismo momento me convertiría en productor y por lo tanto… ¡CHAN!… ¡Empresario!

¿Qué quiere decir esto? ¿Que no tendría derecho a ser propietario de la obra en la que tanto dinero y trabajo he invertido? ¿A quién pertenecería entonces? ¿Al director? ¿Al guionista? ¿A los actores? ¿Tendría que hacerse todo en régimen de cooperativa? ¿Por qué? Y sobre todo… ¿QUÉ NECESIDAD?
“…impedir que las patentes sirvan para obstaculizar el acceso equitativo de la sociedad a la cultura”

Imagino que “las patentes” en nuestro caso se traduce en “derechos de autor”. Esto me huele a ese eterno debate tan 2007 de “Cultura libre” que básicamente venía a decir “los artistas no tienen derecho a vivir de su trabajo, que ya están forraos”. Un discurso muy del entorno de los “piratas”, pero también de cierto sector de la cultura underground, indie, amateur… que no acaba de encajar su obra en la maquinaria comercial y creen que la culpa de todo es de Shakira por comprarse una isla en no sé qué océano.

Leo también en esta entrevista con miembros del área de Cultura de Podemos esta frase
 “En la cultura hay una defensa a vivir de los productos de tu trabajo de por vida y no del tiempo de tu trabajo. Esto hay que cuestionarlo”

Claro que sí, todo hay que cuestionarlo, pero si esto lo dice Jorge Lago, EDITOR, suena a “Te pago por el tiempo que has estado escribiendo tu manuscrito y luego yo (empresario… ejem) sigo publicándolo durante siglos sin pagarte un duro”.

Amigos de Podemos, no conozco a ningún compositor, escritor, guionista, director que viva de su primera obra sin que esta haya sido un gran éxito y sin que aún hoy siga reportando beneficios a radios, librerías, cadenas de televisión, cines… Por lo tanto, si todas estas plataformas continúan beneficiándose de esa canción/libro/serie/película, ¿por qué no lo iba a hacer su creador? ¿Es esto un “obstáculo al acceso equitativo de la sociedad”?

Espero de verdad que no caigáis en el mismo error en el que ha caído el PP: “Quito el canon para que no lo pague el consumidor” o lo que es lo mismo “Quito el canon para que no lo paguen las multinacionales”. Porque ESAS son las grandes beneficiadas de toda esta campaña de desprestigio a los derechos de autor. No les hagáis el trabajo sucio.
 “Defensa de la libertad de expresión frente a las restricciones de acceso y el monopolio de la información. Apoyo al crowdfunding, el software libre y el copyleft”.

Me encanta que se promocione el software libre y el copyleft para el que lo quiera siempre y cuando se proteja con el mismo ímpetu el copyright para todos aquellos que consideran que tienen derecho a vivir de su trabajo. Como por ejemplo las pobres Leas Vélez del mundo cultural, que tiene que vérselas en twitter con las Lucías Ramos Carrascosa del averno de la piratería.



El crowdfunding también es fantástico como herramienta para los que empiezan. Una manera tan elegante como sofisticada para sablear a todos tus amigos y familiares y dar a conocer tus primeras inquietudes artísticas, pero esto, amigos de Podemos, no crea industria. Al menos en el audiovisual. Creer que el crowdfunding es una pieza clave de nuestro futuro es condenar a sus profesionales a la precarización. O lo que es casi peor, dejarla en las únicas manos que pueden permitirse determinados presupuestos: ya sabéis… los niños pijos, también conocidos como “la futura casta de las pantallas”.

TEMA SUBVENCIONES


No acabo de entender ni ver clara la postura de Podemos con respecto a las subvenciones. Por un lado no parecen muy amigos del sistema que hasta ahora venía reinando. BIEN. Todo es mejorable y esto sin duda lo era. Pero no leo alternativas y sí cosas como:
 “Se critica a las administraciones anteriores el uso de las subvenciones como manera de imponer un modelo de cultura que no representa a la mayoría de los ciudadanos”.

Voy camino de mi quinta peli y jamás he sentido que el Estado haya teledirigido mi carrera. Pero os voy a dar la razón, si mañana quisiera hacer una serie o una peli sobre el Caso Bárcenas, los EREs de Andalucía o cualquier otro caso de corrupción política… ¿Me daría dinero TVE o Canal Sur? Seguro que no. ¿Cómo hacemos entonces para que la realidad social influya en la cultura y viceversa? ¿Cómo garantizamos la libertad del artista que quiere tocar los cojones?

Sigo leyendo cosas…
“El Estado ahora debe incentivar y retirarse al tiempo.”

“No creemos en un modelo absolutamente vertical, sino en uno en el que los ayuntamientos y las comunidades autónomas participen de la industria y la política cultural”.

¿Y esto cómo se hace? Porque si el Estado va a salir de la ecuación (¿sin subvenciones estatales?), pero se va a querer primar a ayuntamientos y comunidades… ¿Quién garantiza que el concejal/consejero de turno no va a seguir influyendo en qué productos culturales se invierte y en cuáles no? Y no vale decir que “se crearán oficinas independientes compuestas por destacados miembros de la cultura” porque ya sabemos quién elige a esos miembros de la cultura… los mismos que eligen a los jefes de informativos en las cadenas de televisión públicas…

Aún así, no suena mal lo de darle fuerza a ayuntamientos y comunidades. Va a ayudar a muchos artistas plásticos y movimientos culturales, ¿pero qué pasa con el audiovisual que requiere de presupuestos más ambiciosos?… ¿De verdad esa fragmentación de las ayudas pueden ayudar a este sector? Porque en lugar de hacer una industria más fuerte y potente con visos de internacionalización suena a empequeñecerlo todo. Suena a cultura de mercados medievales, puestos de artesanía y diávolos y acrobacias.

Y para acabar…
¿Pero son partidarios de fomentar la entrada del capital privado con grandes desgravaciones fiscales?

J.L. Sinceramente, no lo sé. Creo que antes de plantear medidas concretas debemos plantear el modelo global que queremos para sostener las iniciativas culturales.

Gentes de Podemos, mientras lo decidís y si aceptáis consejos… la respuesta es SÍ, joder. Hay que incentivar la entrada del capital privado con desgravaciones fiscales. Así funcionan las grandes industrias audiovisuales del mundo. Así encontraremos una fuente de financiación más allá de Mamá Estado.

El asunto es que, madre mía, si leyendo todo esto de lo que sé un poquito me habéis parecido un poco desastre, me pregunto si no tendrán razón todos esos economistas que aseguran que tenéis mejores intenciones que capacidad para la gestión.

Espero que de aquí a las elecciones tengáis un programa con un apartado cultural contundente y sin lagunas, que fomente el arte desde su expresión más primigenia en el municipio más recóndito del mapa, pero que apoye también de manera realista y ambiciosa una industria que crea miles de empleos al año y que está en el ojo de todos los mercados internacionales.

Si de verdad queréis tener un programa y un discurso que no esté tan lleno de imprecisiones e incertidumbres poneos YA a hablar con ALMA, con TACE, con la Coordinadora del Espectáculo o incluso, ¿por qué no? con FAPAESolo las asociaciones de CURRANTES os pueden dar una visión real de lo que se cuece a este lado.

Artículo publicado por el guionista Chico Santamano en Bloguionistas