El Banco de España confirma que la economía española pierde fuelle en el tercer trimestre de este año frente al segundo (de mayo a junio). Aunque técnica y académicamente el crecimiento del 0,6% del PIB en el segundo trimestre de este año no es para tirar cohetes y en circunstancias normales sería un dato muy preocupante por su cercanía al Cero ( y por tanto a la recesión), el Gobierno y el PP celebraron el dato como si fuera el maná. Nadie en su sano juicio puede afirmar que la recuperación española tiene 'raíces vigorosas' con un crecimiento en un trimestre de un 0,6% y cinco millones de parados. Pero Rajoy y el PP lo proclamaron a los cuatro vientos y tan solo 15 días después Mario Draghi, el presidente del Banco Central Europeo (BCE) confirmó públicamente que la economía europea o está estancada o en recesión, con peligro de deflación y activaba medidas excepcionales.

"Posible ralentización"
Para no incomodar al Gobierno el Banco de España de una "desaceleración" de los indicadores económicos en el tercer trimestre  (julio, agosto y septiembre). Concretamente habla de un "comportamiento algo menos expansivo de la demanda privada" en su boletín del mes de septiembre, dado los indicadores de opinión de hogares y comercios minoristas fueron inferiores a los de la primavera. En cuanto a indicadores cuantitativos, como por ejemplo las matriculaciones de automóviles, continua la 'desaceleración' interanual.

Baja la inversión en bienes de equipo
El Banco de España certifica la caída de la inversión en bienes de equipo, que muestra "cierta moderación" de la tendencia "fuertemente expansiva" de los trimestres precedentes, al igual que la inversión en construcción. La 'desaceleración' de la economía española se produce en un trimestre en el que debería ocurrir lo contrario debido al tirón del turismo, que este año ha batido récords de visitantes. Llamativamente el aumento de turistas no se ha traducido ni en un gran descenso del paro ni en crecimiento de la economía.