Miguel Arias Cañete con Mariano Rajoy y Alicia Sánchez-Camacho, en el mitin en Barcelona, este sábado. EFE



La orden de Génova es pasar página, como si "el error garrafal" que, como reconoce en privado, ha cometido Miguel Arias Cañete no hubiera ocurrido. Lo que toca son los elogios desmesurados al cabeza de lista a las europeas porque ha sido la apuesta del presidente. Así se entiende que la líder de los populares en Cataluña le dedicara este sábado palabras tales como que está muy "orgullosa" de él, a pesar de sus palabras machistas. El propio Rajoy dijo ayer, en el mitin celebrado en Barcelona, que Cañete es  “el mejor, sabe de lo que habla, es respetado, conocido y tiene un enorme porvenir en las instituciones europeas”.

Malestar entre las mujeres del PP
En privado, la cosa cambia. Según ha podido constatar la SER, a muchas mujeres del PP les indignó que hablara de su  "superioridad intelectual", tras el cara a cara con la socialista Elena Valenciano. Muchas están "molestas".

Lo que está en juego
Pero está en juego la campaña electoral y el PP se juega mucho, porque estas elecciones son la antesala de las que vendrán en 2015, las generales. Todos en el PP, de cara a la galería, han cerrado filas alrededor de su apuesta electoral, el veterano político, demasiado tocado por su desbordado lenguaje -recordemos sus declaraciones sobre los jóvenes obligados a emigrar- , su polémica escapa de fin de semana en Doñana con un grupo de amigos entre los que estaba Cospedal y su marido, o sus negocios privados y contratos con la administración, que ocultó, por cierto, al Congreso de los Diputados.

Cañete ayer ni mu
Ni siquiera Cañete movió ayer una rama en el mitin de Barcelona. No dijo nada sobre la polémica. No rectificó ni intentó  arreglarlo. Se limitó a devolverle el favor a Rajoy alabando su gestión, al punto de comparle con "Hércules". Luego, lo que era previsible: cargó contra su contrincante, Elena Valenciano, y "la herencia" recibida de Zapatero.

La mano de Marhuenda 
El entuerto se lo intenta arreglar este domingo Marhuenda con una entrevista amable en La Razón, en la que el candidato achaca su ataque de sinceridad machista al "cansancio". "A veces, el cansancio hace que no se exprese adecuadamente lo que se quiere decir. Pero yo respeto plenamente las capacidades y la profesionalidad de las mujeres, como he demostrado siempre que he formado mis equipos. Los hechos están ahí y me avalan. Siempre he contado con mujeres para puestos de alta responsabilidad", ha dicho Cañete entonando su peculiar mea culpa.