Antonio López de la Manzanara Núñez-Barranco, alcalde de Manzanares.



Primero propuso que el equipo de los servicios sociales despedido por Cospedal trabajara gratis para el Ayuntamiento, luego buzoneó la localidad con folletos de su empresa de seguros médicos al anunciarse la privatización del hospital local, posteriormente impidió al “rojo” Carlos Solchaga dar una conferencia en dependencias municipales auspiciada por el periodista Román Orozco y su Universidad de Ciudadanos, más tarde tuvo que rectificar en la organización de una fiesta porno star, con Tatiana Delgado como stripper principal, después condonó a una treintena de conductores multas de tráfico de 200 euros cada una…y ahora sale de nuevo a la palestra informativa por pagar a una empleada municipal su sueldo íntegro durante dos años por no ir a trabajar. Este es, como no puede ser de otra forma, el controvertido alcalde del PP de Manzanares (Ciudad Real), Antonio López de la Manzanara, que semestre a semestre se supera así mismo protagonizando estrambóticas situaciones más propias de películas de Woody Allen que de un regidor serio y comprometido con su pueblo.

Dos sentencias en contra
El caso es que el regidor de Manzanares tiene sobre su mesa dos sentencias, una de ellas del mismísimo Tribunal Superior de Justicia de Catilla-La Mancha, recordándole su obligación de readmitir a una empleada de Canal 10, una televisión local que López de la Manzanara decidió cerrar y despedir a sus nueve trabajadores. Los jueces son claros y taxativos en este asunto: el despido fue improcedente y su readmisión es, por lo tanto, obligada. Sin embargo, el polémico alcalde de Manzanares prefiere pagar a esta empleada municipal su nómina sin trabajar, que todos los meses recibe sin salir de su domicilio particular, a condición de que no aparezca por las dependencias municipales, según el PSOE. ¿Prevaricación, despilfarro, orgullo, cabezonería…?

“Inmoral y descontrol”
El abanico de adjetivos para definir la actitud del primer edil es amplio, pero para el portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Manzanares, Julián Nieva, está claro: “Nos encontramos ante una inmoralidad y una  política de despilfarro”, añade en declaraciones a ELPLURL.COM, “asistimos a un descontrol absoluto de todo el equipo de Gobierno del Partido Popular que llega a la situación de negar a esta trabajadora su derecho a incorporarse mientras se le siga pagando, todo ello al mismo tiempo que tiene contratadas a otras personas para puestos de similares características”.

UGT, o el extraño aliado del alcalde
Pero aquí no queda la extravagancia. Con la que está cayendo en Andalucía, con UGT en el punto de mira de la derecha y de la caverna mediática, el sindicato sale veladamente en defensa del equipo de Gobierno del PP a través de su representante sindical en el Ayuntamiento de Manzanares, Juanjo Díaz-Portales, un exrepresaliado por el alcalde y recuperado posteriormente para labores informativas municipales. Este periódico se ha puesto en contacto con UGT Ciudad Real y en ningún momento suscriben el comunicado firmado por su representante en este Ayuntamiento, que pide a “Nieva que no utilice a los trabajadores en su acción política”, cuando debería estar al lado del portavoz socialista, ya que ambos tienen como principios la defensa de los trabajadores

Otro alcalde añora la pérdida de Pepe el facha
Lo que está claro es que los alcaldes del PP en la provincia de Ciudad Real no pasan por sus mejores momentos. A unos, como a la regidora de la capital o al primer edil de Tomelloso, los sanciona el Banco de España por mala praxis, a otros les da por multar a los jornaleros que defecan en el campo o a los niños que jueguen a la pelota, como el de Picón,  mientras que otros, como Adrián Fernández Herguido, alcalde de Malagón, “suscribe” la filosofía del propietario de Casa Pepe, un conocido restaurante ultra y joseantoniano ubicado en Despeñaperros, cuyo propietario, Juan Navarro Muñoz, murió recientemente. Fernández Herguido fue uno de los seguidores de Facebook que difundió los mensajes de este restaurante fascista, cuyo agradecimiento concluía con la ignominiosa frase franquista: “Una, grande y libre, arriba España”.