El Tribunal Constitucional ha retirado el trato de favor a la Iglesia en cuanto a la creación de nuevos campus universitarios. A partir de ahora, deberá contar con la aprobación de los Parlamentos autonómicos para levantar nuevos centros, como ocurre con cualquier universidad privada.

Un recurso del PSOE, IU y Grupo Mixto
La sentencia del Constitucional responde a un recurso de inconstitucionalidad presentado por PSOE, IU y Grupo Mixto hace 11 años, al entender que la Ley Orgánica de Universidades (LOU) introducía un régimen discriminatorio que favorecía a las universidades católicas en relación con el resto de universidades privadas en lo que respecta al reconocimiento de las mismas, informa El País.

Los acuerdos entre el Estado y el Vaticano
Hasta el momento, los gobiernos autonómicos se limitaban a autorizar y supervisar el profesorado y las instalaciones de cada título oficial cuando la Iglesia quería poner en marcha una universidad. Según la Ley Orgánica de Universidades (LOU), estos centros estaban favorecidos por los acuerdos de 1979 entre el Estado español y el Vaticano, que establecen que “la Iglesia católica podrá establecer centros universitarios sin perjuicio de que los mismos se acomodaran a la legislación con carácter general”.

Un trato discriminatorio
La sentencia del Constitucional estable que el trato que les confiere la LOU es “discriminatorio e inconstitucional”, porque supone un “trato diferenciado” entre las universidades católicas y el resto de las privadas. Una diferencia que “carece de justificación objetiva y razonable”.

La decisión del Alto Tribunal afecta a las universidades católicas “de nueva creación cuyos procedimientos administrativos y judiciales no hayan recaído”, y no a los centros que ya están en funcionamiento.

La jerarquía católica no encaja bien la sentencia
La Conferencia Episcopal no ha encajado bien la sentencia y aunque ha evitado hacer una valoración, ha remitido a un artículo del director de su servicio jurídico, Silverio Nieto, que califica de “débiles” los argumentos de la sentencia, y recuerda que la Universidad es “hija de la cristiandad medieval” y la Iglesia católica es “mundialmente la institución con mayor dedicación universitaria”.