El ministro de Educación, Juan Ignacio Wert. EFE



Jose Ignacio Wert tiene la fórmula perfecta para que no le afecte el rechazo social y las críticas a la política educativa que está liderando, en la que priman los recortes  en el presupuestos y las libertades. Una docena de los mejores expedientes académicos del país se niega a saludarle el día que recogen su premio, pero él cree que se trató de “una pequeña minoría”. Es el ministro peor valorado del Gobierno, pero considera que lo importante es su “convicción de que hay que cambiar el sistema” y que la oposición a su reforma educativa es “profundamente ideológica”. Wert va sobrado de vanidad y menosprecia la opinión de los ciudadanos.

Mala educación y falta de cortesía
El ministro de Educación, Cultura y Deportes ha dicho en una entrevista, publicada este lunes en El Mundo, que se concedieron “126 premios nacionales y sólo una docena me negó el saludo”, para él, “una pequeña minoría”. Además, le reprocha a los jóvenes que pasaron frente a él sin estrecharle la mano, como muestra de su protesta por los recortes en Educación, su mala “educación” y falta de “cortesía”.

¿Fascista? Los fascistas son los otros
José Ignacio Wert tiene una respuesta cómoda para todo, también para quienes le tildan de franquista. “Probablemente, quienes me han llamado franquista estaban escondidos cuando había franquistas de verdad. Por mucho que me insulten, no pueden cambiar mi biografía”, asegura.

"La oposición a la Lomce es ideológica"
Wert defiende que “la oposición a la Lomce es profundamente ideológica”. Y añade que en cualquier caso a él no le molesta. “Lo que me incomoda es que quienes se oponen actúan como si no hubieran leído la ley, y no es tanto que sea ideológica como que es tramposa, porque están intentando ignorar que la reforma se enfrenta a las debilidades más importantes de la educación con soluciones probadas en otros países. La oposición está intentando manipular los sentimientos de la gente, sin referirse a la base real de lo que hay en la ley”, afirma el ministro.

La política linguística respecto a Cataluña
Sobre uno de los asuntos más polémicos de su reforma, el trato a las lenguas cooficiales, Wert acusa al presidente catalán de usar un “lenguaje belicista” y niega que la Lomce suponga “un ataque al modelo lingüístico de Cataluña y a la dignidad de los catalanes”.

Sólo 1.000 familias... pero no es una cuestión de cantidad
“La Lomce simplemente recoge las sentencias del Constitucional sobre la salvaguarda del derecho que asiste a los padres de que sus hijos sean escolarizados utilizando el castellano como lengua vehicular (…) garantiza el derecho de los padres”, afirma Wert, que preguntado por cuántos familias catalanas han solicitado que sus hijos se escolaricen en castellano reconoce que en el curso pasado sólo hubo 1.000 padres. “Pero es una cuestión de derechos, no de cantidades”, subraya el ministro, fiel a su permanente negativa a escuchar el pulso de la sociedad.

Según la reforma de Wert, los hijos de familias  que quieran que sus hijos se escolaricen en castellano serán enviados a escuelas privadas a costa del Estado, que luego deducirá los gastos a la Administración autonómica correspondiente.