Llama la atención esta euforia popular ante el único dato positivo que hemos conocido en los últimos tiempos si la comparamos con su reacción ante los mismos datos en 2009, 2010 y 2011, bajo un gobierno socialista.
Cuando en mayo de 2009 y tras 14 meses de aumento continuado del paro las cifras, por fin, cambiaron de tendencia, para el PP casi fue una mala noticia. El entonces portavoz de Economía, Cristóbal Montoro, dijo que la bajada del desempleo no suponía en absoluto un punto de inflexión: "A la salida del verano estaremos donde estábamos" y auguró que volvería la tendencia al alza y se seguiría destruyendo empleo. Según su teoría de la "estacionalidad" el paro ¡aumentó!. "No puede interpretarse de ninguna manera como un cambio de tendencia habida cuenta de que desestacionalizado, el dato del mes de mayo es un aumenta en 90.000 personas".
En 2010, ocurrió lo mismo. Pese a tratarse de una bajada de más de 88.000 desempleados, la mayor desde 2005, para el PP tampoco fue una buena noticia. Era un "efecto puramente estacional", en palabras también de Montoro.
Entrevistada en TVE, la entonces portavoz parlamentaria del PP en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, infravaloró el dato comparándolo con un "espejismo" e inistió en que en estas fechas es habitual que el paro bajo. Como su compañero Montoro, subrayó que la cifra, desestacionalizada, es negativa.
En 2011, a pocos meses de las elecciones, volvieron a interpretar lo mismo ante el buen dato del paro. A pocos meses de las elecciones no había que dar tregua al enemigo. Lo resumió muy bien Sáenz de Santamaría, en sede parlamentaria: "El paro baja en abril, y bajará en mayo y junio. Es igual que decir que los días son más largos, las temperaturas son más altas y el sol brilla más. Eso se llama estacionalidad".