Desconcierto cuando no estupefacción. Éste es el estado de ánimo en las filas populares cuando, cinco meses después de que Rajoy llegara a La Moncloa y seis meses después de ganar las elecciones, toda la prensa internacional habla de la crítica situación de España, Alemania dice publicamente que el Gobierno debe pedir oficialmente el rescate y que Rajoy no lo hace por el típico "orgullo" español. Con José Luis Rodríguez Zapatero, blanco de todos los ataques de la derecha, jamás se llegó a esa situación. Y eso empieza a escocer en el PP en cuyas filas son incapaces de responder a una pregunta: ¿por qué no ayuda Merkel a Rajoy cuando ambos pertencen a la misma familia política, los conservadores europeos? Rajoy puso a Merkel como ejemplo en la campaña electoral y la canciller alemana apoyó al español públicamente en su carrera a La Moncloa, entonces ¿qué ha pasado?

Rajoy con los socialistas europeos
El desconcierto "ideológico" en el PP es total. El Gobierno de Rajoy se ha posicionado claramente en contra de las tesis de la jefa de los conservadores europeos, la canciller Merkel, y ayer en el Senado el presidente Rajoy dijo pública y oficiamente que estaba a favor de los eurobonos, propuesta de los socialdemócratas europeos desde que estalló la crisis. Pero además tanto Rajoy como varios de sus ministros se han apuntado en las últimas semanas a otra tesis socialdemócrata, la de que no se sale de esta crisis solo con recortes, sino que también han de aplicarse políticas de crecimiento.Rajoy cuenta con el apoyo del presidente francés, el socialista Francoise Hollande, y con el presidente norteamericano, el progresista Obama, mientras la conservadora Merkel le dice no a todo. ¡Quién se lo iba a decir!

Temor por el pulso a Merkel
Hay unanimidad entre los populares en apoyar la tesis de Rajoy de que habrá que hacer lo que sea para evitar que España sea intervenida, porque en eso caso nos gobernarían desde fuera y nos impodrían recortes tan brutales que el Gobierno estaría liquidado. Pero varios destacados militantes del PP, expertos en relaciones europeas, temen las consecuencias que pueda tener el pulso que Rajoy le está echando a Merkel. Una de estas fuentes, que prefiere el anonimato, ha declarado a ELPLURAL.COM que es lógico el empeño de Rajoy de que solo se rescaten los bancos, pero que "hay que medir muy bien" las consecuencias de echarle un pulso al país más podero de la Unión Europea que además es el que tiene la llave para salir de la crisis. Que un país que está pidiendo ayuda se permita contradecir a quien puede darla "es peligroso".

Inquietante silencio de Aznar y Aguirre
España vive unos días críticos que pueden cambiar el rumbo de su historia y llevarse al Gobierno de Rajoy por delante. Eso significaría enterrar para siempre jamás el titular de que los conservadores españoles son unos buenos gestores económicos y que con su sola llegada al Gobierno la imagen de España ante el mundo mejoraría. Parece increible, pero en el PP se creyeron de verdad que la culpa de la crisis era únicamente de Zapatero y que con Rajoy de Presidente todo mejoraría. La constatación de que con Rajoy todo ha empeorado ha supuesto un shock para la derecha española que se hace notar incluso en su incondicional derecha mediática.

El expresidente Aznar guarda un silencio sepulcral, pero personas de su entorno confirman que, además de "muy preocupado", no entiende la estrategia que sigue el Gobierno. Esperanza Aguirre, siempre dispuesta a enmendarle la plana a Rajoy, también guarda silencio pero por razones distintas. Que el mes pasado aflorara un déficit oculto de casi el doble al oficial en la Comunidad de Madrid la ha hecho vulnerable. Ese déficit oculto llevó al Gobierno a hacer el ridículo ante Europa porque tuvo que rectificar por tercera vez el dato de déficit real de 2011. Pero supuso un golpe político peor, la Comunidad bandera del PP ya no podía presumir de buena gestión económica y además mintió. El PP ya no puede volver a acusar a Zapatero de menitr con el déficit porque Comunidades gobernadas por ellos como Madrid y Valencia no dieron los datos reales de su déficit hasta el pasado mes de abril.

De Andalucía a Bankia
En apenas seis meses han pasado muchas cosas, en el campo económico todas malas. No todas son imputables al Gobierno de Rajoy, pero ha cometido errores propios de tal magnitud que han agravado, y mucho, la situación.  Y hay dos puntos de inflexión en el calendario: el fracaso del PP en las elecciones andaluzas y la penosa gestión del Gobierno en la nacionalización de Bankia. En ambos no pueden culpar a la "herencia recibida".

El primer error de Rajoy fue no tomar medidas de urgencia -como le pedía Merkel- nada más llegar al Gobierno y supeditar el futuro de todos los españoles a un objetivo político partidista: conseguir el Gobierno en Andalucía por primera vez en Democracia. En Alemania no daban crédito, pero para conseguir una victoria "regional", Rajoy subió las pensiones, se negó a subir el IVA y subió el IRPF (que no se notaría inmediatamente), prolongó las ayudas al paro y se negó a presentar los Presupuestos Generales del Estado. El batacazo fue monumental y la izquierda resistió en Andalucía.

El segundo error grave fue presentar un Presupuestos irreales que nadie se creyó y que dispararon la prima de riesgo por encima de los 400 puntos básicos. El lunes de Pascua, en una reunión secreta y de urgencia en La Moncloa, se aprueba un recorte de 10.000 millones de euros en Educaicón y Sanidad. El Gobierno se enmendaba sus propios presupuestos y la prima de riesgo siguió subiendo.

Tercer error que no se perdona en Bruselas: la soberbia. Mariano Rajoy anuncia por sorpresa en Bruselas, y sin haberlo hablado con nadie, que España no cumplirá el objetivo de déficit para este año y que nos quedaremos en el 5,8% del PIB. Posteriormente Bruselas obligaría a España a que fuera un 5,3%. La venganza de Bruselas llegaría en junio, con un suspenso demoledor al Plan Nacional de Reformas enviado por el Gobierno a Bruselas. Jamás la Comisión Europea habÍa sido tan dura con el Gobierno español, que tendrá que hacer un nuevoplan anticrisis.

Cuarto error, en su afán de echarle la culpa de todo al Gobierno anterior, Rajoy y sus ministros repiten una y otra vez que Zapatero mintió con el déficit, acusan a las Comunidades Autónomas de no cumplir y amenazan con intervernirlas y lanzan dudas sobre el Banco de España. Conclusión de los inversores internacionales y de los gobierno europeos: En españa todo el mundo miente, por tanto no es fiable.

Quinto error, la nacionalización de Bankia. No lo ha dicho un "izquierdista radical", lo ha dicho el mismísimo presidente del BCE, Mario Draghi, la intervención de Bankia "no se pudo hacer peor". La estrategia de Luis de Guindos provocó un auténtico terremoto que cuestionó la solvencia de toda la banca española, colocó la prima de riesgo en niveles record cercanos a los 550 puntos básicos, ha llevado a que todo el mundo hable de que España tiene que ser rescatada y se ha llevado por delante el prestigio del que fuera vicepresidente económico de Aznar, Rodrigo Rato, puesto por Rajoy al frente de Bankia. Aquí todo es marca de la casa, y aunque el Gobierno y el PP dispararon contra el Gobernador del Banco de España, lo único que consiguieron es acabar con el prestigio de la entidad. Miguel Ángel Fernández Ordoñez se va un mes antes de lo previsto, pero Luis De Guindos ha arrasado con el prestigio de la institución al encargar el examen de la banca española a empresas auditoras extranjeras.

Y sexto error. Si la actuación de Luis De Guindos en Bankia es de dimisión, las meteduras de pata de Cristóbal Montoro no le van a la zaga. La afirmación del ministro de Hacienda de que España "tienje cerrado el acceso a los mercados" para financiarse ocuparon portadas en toda la prensa internacional como prueba evidente de que España será intervenida

En el PP saben que éstos son errores propios y que se les acaba el márgen de maniobra, pero nadie moverá un dedo hasta que se aclare el futuro inmediato de España. Y aquí todo el mundo coincide, entre finales de este mes y principios del que viene sabremos si somos intervenidos o no.