Sobre el escenario del Teatro Infanta Isabel de Madrid, María Peláe nos recibe con una sonrisa que no esconde su simpatía, pero tampoco sus nervios. Aunque parece un viernes como cualquier otro en la capital, la lluvia inunda las calles y dificulta la vida. La malagueña lo sabe, y aunque lleva despierta desde la seis de la mañana para afrontar una larga jornada de presentación, no duda en preocuparse por cómo hemos llegado a la cita. Los micrófonos se encienden y la cantante nos cuenta cómo ha cocinado su nuevo álbum, 'Al baño María', un proyecto con temas ”cocinados a fuego lento y con mimo”. 

PREGUNTA (P): ¡Hola, María! Muchísimas gracias por recibirnos. Lo primero, ¿cómo van esos nervios antes de que el público reciba el nuevo álbum?

RESPUESTA (R): Pues nerviosa. Para qué te voy a engañar. La verdad que nerviosa y con ganas de que la gente lo escuche y también saber qué opinan, ¿no? Porque de algo que tú llevas macerando mucho tiempo y ya te las has escuchado, te las has reescuchado, te ha dado tiempo a cogerles cariño, cogerles coraje. Ahora, de repente, el verlo en las orejas de la gente es lo que me crea más nerviosismo.

(P): El álbum se llama 'Al baño María', del que has dicho que hay temas 'cocinados a fuego lento'. Vemos que hay un universo relacionado con la cocina. ¿Nos puedes contar qué significa este título para ti?

(R): El título en sí fue idea de mi padre. Le hice como unos ítems de cosas que yo quería que significara también después de escuchar el disco. Ya lo han escuchado mi madre y mi padre porque son los primeros en escucharlo, son los críticos más estrictos. Y me dijo: '¿Por qué no le llamas como la broma esa que dices tú mucho de...' Yo estoy en un bar y digo:  'Voy al baño, María'. Siempre digo esa broma. Y digo, pues mira, tiene su sentido y su por qué. Y ya me puse a buscar el significado de dónde venía, de quién creó este tipo de manera de cocinar, que fue un alquimista de hace muchísimos, que en su momento lo que hacía era cocinar distintos tipos de medicinas. La mujer se llamaba María, entonces a partir de ahí creé todo este mundo de la alquimia.Y tenían mucho que ver con las canciones que, al fin y al cabo, son un mejunje de todas las cosas que yo soy.

(P): En cuanto al proceso de creación de los temas, ¿cuáles han sido tus inspiraciones principales?

(R): Llevar las notas del móvil muy cerca porque, claro, como al mismo tiempo se me ha solapado con gira, 'promo' y 400 cosas más. Los momentos de 'furgo' son muy buenos y hay que aprovecharlos, apuntando todo lo que pasa y de preguntar a muchas amigas qué es lo que están viviendo. Hacía una mezcla entre eso y que, en verano, paramos, prácticamente encierro absoluto en el estudio, para terminar de vestir las canciones y de rematar aquellas ideas que venían ya 'al baño María' desde antes.

(P): El álbum incluye algunos temas que el público ya conoce, como son 'El Grillo' o 'El deshielo'. ¿Cómo definirías el sonido de este nuevo proyecto?

(R): No sabría decírtelo ni yo porque, de hecho, siempre digo que a Spotify lo tengo loco. No sabe en qué lista ponerme: si en flamenco, en pop, en reggaetón o no sabe dónde. Yo tampoco sabría, de hecho que me pongan en todas. Yo, por mí, encantada. Y creo que, de lo más fructífero y bonito que me han podido decir, es que suena a mí. Crear tú misma un tipo de sonido que cuando escuchen una canción tuya sepa ya que eres tú, aunque venga, evidentemente, cogiendo de lo latino, del flamenco, de la canción de autor, de todo lo que he podido escuchar o me ha podido emocionar en algún momento; el crear una línea que sea muy propia al mismo tiempo, yo creo que es de lo que más orgullosa estoy de ese disco.

En los programas musicales intentan que cantes todos los estilos

 

(P): Aparte de esta línea como cantante también tienes otra faceta como compositora. De hecho, has compuesto temas para muchos otros artistas de algunos temas. ¿Hay alguno al que le tengas un cariño especial? Del que hayas dicho: 'Este lo siento muy mío'.

(R): El tema que le hicimos Alba Reig y yo a Pastora Soler, 'No será de nadie', es un tema que me encanta cantar. O sea, yo lo canturreo muchísimo por casa, pero escucharlo en su voz es el triple de mejor. Es lo bonito de componer, ¿no? Es como el diseñador o la costurera que hace el traje a medida y lo ve en otra persona. Yo creo que también es muy bonita esa parte.

(P): ¡Te queremos enseñar un vídeo para romper un poco la dinámica! Eres malagueña, aunque no sabemos si te gustan los carnavales. Para que veas hasta dónde llegan tus temas, se han llegado a caricaturizar en los carnavales de Andalucía. En el vídeo que vas a ver se interpreta tu canción 'La Niña’ en las fiestas de Rus, localidad de Jaén. A ver qué te parece.

(R): ¡Qué maravilla, por favor! No lo había visto. Esto es una pureza. El agradecimiento ya multiplicado por mil. Que tú hagas algo con toda la naturalidad del mundo y que pase el tiempo, y de repente ves cómo lo disfrutan y cómo incluso hacen una imitación. Eso ya es.. Yo me puedo morir tranquila.

(P): Vamos a volver a tus comienzos, a 2016, cuando sacaste tu primer disco gracias a una campaña de micromecenazgo. ¿En algún momento te planteaste presentarte a algún programa musical como puede ser 'Operación Triunfo' o 'La Voz'?

(R): No, nunca me lo he planteado porque siempre me he considerado más cantautora que cantante. En este tipo de programa se presentan muy buenos cantantes y, además, en este tipo de formatos, lo que hacen es intentar que cantes todos los estilos. Y yo creo que desde el principio he tenido muy claro que no sé cantar todos los estilos y creo que es algo bueno, que cuando los concursantes salgan, que alguien se reúna y les diga: 'No hace falta tocar todos los estilos, toca el que tú te sientas bien o el que mejor se te dé. No se te tiene que dar todo bien'. Creo que es algo que estaría muy guay, ahí lo dejo, incluirla esa parte de la realidad de la música una vez que sale. Entonces yo siempre he estado tocando en salas de canción de autor y en el caso de cuando saqué 'Hipocondría', la manera de sacarlo era con un crowdfunding, que lo habían hecho varios compañeros míos. Me reuní en plan: '¿Y esto cómo va? ¿Tú vas por las casas de la gente con una cestita a pedir dinero o cómo lo haces?' Y la verdad que gracias a eso yo pude sacar el primer disco y seguir girando, al principio sola y después, todo lo demás, ya lo sabéis.

 (P): La realidad es que, de alguna manera, sí que participaste en 'Operación Triunfo  2019'. Compusiste junto a Alba Reig el tema 'Arde' para que Aitana lo interpretara en la preselección de Eurovisión. Ahora que existe el Benidorm Fest, ¿te has planteado en algún momento presentarte con alguno de tus temas?

(R): Es una cosa que me da mucho miedo porque soy muy eurofan. Entonces, ni lo descarto ni me lanzo; de hecho llevo muchos años así.


(P): ¿Qué es lo que más miedo te daría de representar a España en Eurovisión?

(R): Yo creo que, sobre todo, la presión. Todo está mirado con lupa, que algo que tú digas o hagas no se entienda de la manera que tú pretendes... Eso es lo que pasa siempre cada vez que tiene una lupa más grande. Cuando el patio de vecinos es muy grande, pues claro, cabe todo: las cosas buenas y las críticas. Entonces hay que estar abierta a todo eso. En el momento en el que hicimos 'Arde' sí lo gocé desde un plano de compositora. Ahí la experiencia sí que fue muy muy buena. De hecho, fue la primera canción que compusimos Alba Reig y yo juntas. La primera, primera, primera.

Ni descarto presentarme al Benidorm Fest

 

(P): Siempre se ha hablado de la politización o no politización que rodea a Eurovisión. El año pasado se comentó mucho el triunfo de Ucrania, todavía está por ver si este año Israel participa. ¿Qué opinión tienes sobre el festival?

(R): Yo creo que, se haga lo que se haga, siempre se va a criticar porque siempre tendemos a eso. Yo quiero pensar que no hay detrás ningún tipo de mano que tergiverse. Quiero pensarlo porque me encanta pensar bien y porque me gusta ver el Festival de Eurovisión como algo musical, no algo político. Evidentemente estamos en el mundo en el que estamos y todo ello afecta, pero prefiero no pensarlo así ni recapacitarlo mucho porque, si no, ya no estaría viendo un festival. De hecho, una de las veces que fui jurado de España en Eurovisión, intenté no pensar en la situación geopolítica de cada uno de los países, sino en 'cómo ha cantado, me ha llegado o no me ha llegado, etc'. Entonces prefiero seguir pensándolo así, prefiero seguir en 'el mundo de Yupi' en ese sentido.

(P): Volviendo al terreno televisivo, participaste en 'Tu cara me suena' y fuiste la tercera finalista. Justo después lanzaste tu álbum 'La Folcrónica', por el que recibiste el Premio ODEÓN a mejor álbum de flamenco. ¿Crees que, de alguna manera, tu paso por el programa y esa visibilidad que pudiste obtener mediáticamente influyó en la repercusión del disco?

(R): Salir en un prime time es que te vea más gente, es una manera de llegar a las casas de la gente. Entonces, por un lado, para mí la experiencia de 'TCMS' fue impresionante. De hecho, aunque fuera dura, porque es cierto que es un programa bastante exigente, yo lo repetiría mil veces. Aunque se me cayeran las cejas después, las prótesis y todo. Yo repetiría mil veces. Cuando tú te cuelas en las casas de la gente tienes más posibilidades de que tengas más críticas o más adeptos. Y, en este caso, los adeptos que se quedaron, pues mira, bienvenidos sean. El pulsador a veces se portó bien conmigo, otras veces regular. Hice de Madonna, ¿vale? Yo, de Madonna. Creo que se pudo conectar con el público y, por supuesto, que justo sacar 'La Folcrónica' después de haber estado en esa posición, claro que vino bien.

(P): Nos estabas hablando de la exigencia del formato. Se habla mucho de este tipo de programas, como también puede ser 'MasterChef', y de la presión a la que os podéis ver sometidos los concursantes. ¿Cómo has vivido tú, psicológicamente hablando, el paso por el concurso?

(R): A ver, la presión... Hay una parte que es más humor y otra que es más cantar. Para lo que es cantar, la presión es un poco autoexigida. Te estás saliendo de tu papel por completo y no quieres hacer el ridículo. O sea, es como algo mucho más básico. Entonces la presión es que tú, de una semana para otra, tienes que ser otra persona, aprenderte eso y prácticamente lanzarte así a los leones. Porque claro, tú das clases, pero todos en el mismo día, se graba y tal, pero después te vas a tu casa con tu letrita y yo aprendiéndome en inglés Miley Cyrus. Estuvimos como seis meses y yo después de la final sentía como un vacío. De hecho, le pasa a muchos concursantes de 'TCMS'. Yo decía: '¿Y la semana que viene quién me toca?, ¿quién soy? Pero la exigencia es más propia porque tú ves un equipo tan grande currando muchísimo, de los escenarios y platós más grandes que yo he visto, con público. Cuando tú te montas en ese ascensor sabes que, cuando subas, lo que hagas va a tener una repercusión, incluso lo que digas. Ha habido momentos en los que he soltado cosas que he dicho: 'Ay, madre mía, que te está viendo mucha gente, María, que no estás en tu casa sola'. Entonces yo creo que es más una exigencia en ese sentido, no porque haya nada raro detrás.

Me gusta ver el Festival de Eurovisión como algo musical, no algo político

(P): Habiendo tenido esta experiencia tan positiva en un concurso musical, ¿te verías en otro formato como 'Supervivientes' o 'MasterChef'?

(R): Yo ya me he hecho mi propio 'Supervivientes' y es que me fui al campo a vivir el año pasado. He aprendido a hacer de todo. Pero de ahí a irme a una isla yo no lo veo porque tengo un puntito hipocondríaco. Ponte tú que yo siento que se me está bajando el azúcar y no tengo un coco a mano. No, no lo veo porque me veo con la pierna para arriba todos los días. Iba a ser un espectáculo.

(P): Bueno, un 'Gran Hermano' entonces. Todo el día encerrada en casa

(R): Qué va, yo creo que no. Al revés, no me monto en los ascensores, me voy a meter en una casa así. Yo no estoy hecha para ese tipo de cosas, creo. Sí era el ascensor de 'TCMS' y menos mal que está abierto por los lados. De hecho, el primer día que yo fui dije: 'Ay, que esto tenía un ascensor, ¡madre mía! Y me puse a sudar más por el ascensor que por lo que tenía que cantar.

(P): Y ya para finalizar. Este mismo año también has recibido el Premio Arcoíris del Ministerio de Igualdad por tu lucha y defensa por los derechos del colectivo LGTBIQ+. Desde tu posición de artista, ¿crees que es necesario que se luche públicamente por el colectivo y por otras causas? O también llegas a entender a los artistas que dicen: 'Yo no me mojo porque si no esto me puede repercutir en mi carrera.

(R): Que cada uno haga lo que sienta. Yo creo que tampoco te tienen que exigir ser Juana de Arco constantemente, eso también a veces es una presión y tú dices: 'Yo he venido aquí a hablar de mi libro'. No hace falta que sepas de todo o que tengas que defender todo. En mi caso no ha sido con la intención de abanderarme de nada, sino que simplemente no me he inventado una vida. Ha sido tan simple como ser quien soy, y si tengo una pareja y es mujer, ¿por qué no lo voy a decir? Y justo haciendo todo esto, con toda la naturalidad del mundo, me he dado cuenta de cuánta gente siente que no lo puede hacer. Entonces, justo en esas es cuando he ido viendo que es más necesario todavía ser lo más natural del mundo y no hacer como hacía cuando era joven y cambiaba la 'a' por la 'o'. No hace falta, no es necesario, y más si te metes en las casas de la gente, que es la parte buena de las canciones o de la tele. Tú estás llegando a un salón en el que quizás no es tan sencillo hablar determinadas cosas y, de repente, romper esa barrera siendo natural, yo creo que es algo bonito y algo que yo he sentido que lo tenía que hacer así. Entonces quien no quiera o no pueda o ni se lo plantee está en cada uno. Tú también te dedicas a cantar o a bailar o a interpretar, pero no tienes por qué serlo todo a la vez y que se te exija por ser conocido. ¿Que lo haces? Bendito seas. Que no, respetable.

(P): ¿Y ha recibido muchas críticas por ello?

(R): Bueno, un poquito me han dado, claro. En el momento que hablas, claro. Yo siempre digo que cuando se critica desde ese lado es porque algo bien estaré haciendo. Así que tampoco es una cosa que me enfade mucho. Además intento siempre decir las cosas y hacerlas con el mayor respeto posible, intentar herir la sensibilidad lo menos posible, ya que la vida hiere de por sí.