No ha sido una comparecencia sin más. José Pablo López, en calidad de presidente de la Corporación Pública, comparecía en la Comisión Mixta del Congreso de los Diputados con un punto incómodo sobre la mesa: el mensaje institucional lanzado por Radio Televisión Española (RTVE) antes de la Final de Eurovisión 2025, donde se pedía "Paz y Justicia para Palestina" con una declaración clara: "Frente a los derechos humanos, el silencio no es una opción”. Una frase que desató una tormenta política, pero sin que el huracán haya afectado a la posición de López.
Un mensaje que no era un desafío, sino una posición
El diputado socialista Víctor González abrió fuego con claridad: "Estoy orgulloso del mensaje retransmitido por la Televisión Pública antes de Eurovisión". Fue el primero en señalar que la Unión Europea de Radiodifusión (UER) —organizadora del Festival— envió advertencias a RTVE para que no se repitiesen comentarios como los de Tony Aguilar y Julia Varela en la Segunda Semifinal. La Corporación no dio la espalda a la reivindicación.
El diputado, además secretario LGTBI en la Ejecutiva Federal del PSOE, calificó el gesto como "absolutamente valiente y necesario" y lo consideró "coherente con los valores que se le exige a un medio público". También aplaudió que RTVE solicitara una auditoría sobre el televoto, tras las sospechas de compra masiva de votos por parte de Israel. La propia UER confirmó que estas investigaciones habían confirmado las conjeturas.
"Es inaceptable que un país que está matando a civiles pueda participar con normalidad. Esperamos que, para el año que viene, la UER entre en razón. Ha sido un Festival absolutamente empañado por la censura de símbolos LGTBIQ+, emblema de la comunidad. Inadmisible", lanzó.
"A la bandera LGTBI le tienen escozor"
El tema central giró entonces hacia las banderas. O, mejor dicho, hacia su prohibición. José Pablo López fue rotundo, evocando una de las normas más polémicas impuestas por la UER. La organización de Eurovisión obligó a que los participantes solo portasen la bandera de su país:
"Hay gente a la que la bandera LGTBIQ+ le provoca un poco de escozor. [...] Pero tampoco ningún participante llevaba la bandera de Ucrania en solidaridad con Ucrania. Es una norma absolutamente sin sentido la que se ha impuesto", comentó.
Recordó que el último estandarte subido al escenario fue con Marco Mengoni, y que el suizo Nemo enseñó reivindicó a las personas no binarias: "Que haya que esconder una bandera pasra sacarla en un evento público que ven millones de personas en Europa... me parece que dice mucho de la organización".
"Es sorprendente el papel de la UER con el colectivo, uno de los que más apoya Eurovisión. Pero, por otra parte, prohíbe la bandera. [...] Es un pinkwashing de manual. No se puede estar haciendo una cosa y la contraria", aseguró.
Los ataques por el mensaje indignaron a RTVE
El presidente de RTVE también denunció los ataques recibidos por periodistas de la casa tras el mensaje. "Lo que ha sucedido después de los mensajes ha sido realmente lamentable. Yo he tenido que ver cómo articulistas de prensa han llamado a Almudena Ariza o Xabier Fortes 'comando yihadista', que se nos ponga en el punto de mira", dijo, con gesto serio.
"Mi solidaridad para todos ellos y todas aquellas acciones que quieran realizar tras las injurias. Si no compartimos esta base, tenemos un problema bastante importante como civilización".
Vicent Manuel Sarrià Morell, diputado socialista por Valencia, fue el encargado de abordar la cuestión del mensaje. "No puedo dar crédito al cuiestionamiento de la derecha por la propción de contexto de RTVE", se aseguró al respecto. José Pablo López, por su parte, defendió que hubo consenso para abrir un debate dentro del seno de la UER y que la organización, lejos de reprobar a la Corporación, respondió abriéndose a esa discusión: "Nada de desafío. Vamos a estar presentes en todos los foros y vamos a defender nuestro compromiso con la paz".
