Giro de 180 grados en el caso de Daniel Sancho. La policía tailandesa ha admitido que el cocinero no actuó sólo y tuvo ayuda en el asesinato del cirujano colombiano Edwin Arrieta. El pasado 13 de noviembre, en una vista celebrada en un tribunal de la isla de Samui, el joven, que se encuentra en prisión provisional desde agosto de este año por el mencionado delito, se declaró no culpable del crimen. Mantiene su versión de que la muerte de su compañero fue accidental y no premeditada, como sostienen los investigadores. Sin embargo, el jefe de la comisaría de Koh Phangan, donde fue detenido el principal sospechoso, ha asegurado que hay una persona más implicada.

El coronel Panya Niratimon, primer policía que interrogó a Sancho tras su detención, ha emitido unas declaraciones que podrían dar un vuelco total en el caso. Sostiene que el cocinero español, de 29 años, pudo contar con la ayuda de otra persona presuntamente en el momento del asesinato. El chef insiste en que la muerte de Arrieta fue totalmente fortuita, fruto de un accidente tras una acalorada discusión y no premeditada. No obstante, estas palabras de uno de los investigadores principales podrían suponer un giro absoluto de los acontecimientos.

Nueva vuelta de tuerca

Niratimon fue entrevistado en Vamos a ver, donde siembra la duda de la autoría exclusiva de Daniel Sancho. Acorde con los avances en las investigaciones, el coronel considera que hay indicios que aún no puede revelar porque se encuentra bajo secreto de actuaciones, pero sí hay un prisma clave en las pesquisas. “Daniel no llegó a Tailandia procedente directamente de España, vino de otro país”, sugiere el funcionario, que considera que podría no haberlo hecho en solitario.

En su momento, la criminóloga y abogada Carmen Balgagón, portavoz de la familia Sancho, quiso acentuar hace unas semanas la posibilidad de que el propio cocinero no hubiese actuado en solitario. Una sugerencia que podría encajar con los tiempos en los que presuntamente el hijo de Rodolfo Sancho habría perpetrado el asesinato. No obstante, aquellas palabras no surtieron efecto en los investigadores y, en un principio, las desecharon.

Con todo, a pesar de la duda, el detalle que puntualizó la abogada de la familia confirma la versión de la policía de que existía premeditación en el presunto homicidio. Este es el puntal de la investigación, pues sostiene y da forma la solicitud de pena máxima para Sancho. El coronel Niratimon cree a pies juntillas que el acusado asesinó a Edwin Arrieta de manera premeditada y que la muerte del cirujano en absoluto fue fruto de un accidente.

“La fractura del cráneo no fue accidental, fue Daniel sancho el que cogió la cabeza y la golpeó con fuerza contra el lavabo”, continúa el coronel en declaraciones al citado programa, agregando que “si hace falta podemos llamar a los médicos forenses como testigos para que así lo acrediten, toda la confesión detalla de Daniel coincide con todas las evidencias que encontramos, pruebas biológicas, cuchillos, bolsas, guantes, testigos”, etcétera.

La estrategia de la defensa

En cualquier caso, no será hasta el día que comience el juicio, que presumiblemente será a principios de 2024, cuando salgan a la luz el resto de los detalles que componen el informe completo de los investigadores y, por fin, conocer con mayor exactitud lo ocurrido en aquella fatídica noche del 2 de agosto en la isla de Phangon.

Entre tanto, el taxímetro sigue corriendo y a gran velocidad. El equipo legal que representa a Sancho en nombre de su padre, trabaja a contrarreloj en la articulación de su defensa. El responsable y portavoz del despacho, Marcos García Montes, ya ha replicado las declaraciones del funcionario tailandés, precisando que presentarán un escrito que se circunscriba a la legislación tailandesa en el que se denunciarán violaciones de derechos fundamentales del joven, alegando, entre otras cuestiones, la falta de un intérprete español. Asimismo, también cuestionarán el proceso de investigación y reconstrucción de los hechos o la invitación a un restaurante de 5 estrellas.