Umberto Eco nació en Alessandria (Italia) el 5 de enero de 1932, fue un escritor, filósofo y semiólogo italiano, criticó a lo largo de su vida la manipulación en el periodismo y la corrupción. Ha sido autor de numerosos ensayos sobre semiótica, estética, lingüística y filosofía, así como de varias novelas. Su padre, Giulio Eco ejercía como contable hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial.

Durante la contienda, el pensador y su madre tuvieron que marcharse a un pequeño pueblo para poner a salvo sus vidas. Tras esto, el escritor empezó a recibir educación por parte de la Orden Salesiana. Cuando finalizó la escuela, decidió dejarse atrapar por la filosofía e iniciar sus estudios en la Universidad de Turín. Su interés por esta doctrina y la cultura medieval se manifestó en el tema de su tesis ‘El problema estético en Santo Tomás’. 

El pensador apocalíptico

Umberto trabajó como docente en la Facultad de Bolonia, donde dictaba la cátedra de Semiótica. A lo largo de esta etapa el pensador conoció a un grupo de artistas (pintores, músicos, escritores, críticos) denominado Grupo 63, que fueron claves en el desarrollo de su formación como escritor. Al mismo tiempo, también descubrió el amor, Renate Ramge, una docente de arte alemana con la que tuvo dos hijos.

El italiano comenzó a construir un estilo en el que mezclaba el concepto filosófico, la expresión artística y cultural ubicados en el ámbito histórico. Por otro lado, decidió interpretar fenómenos culturales como un medio de comunicación que estaba guiado por códigos, al margen de cualquier análisis utópico o metafísico.

Producción literaria y artística

Las obras de Umberto abarcan tanto creaciones de vanguardia como de teoría semiótica. En 1962, escribe ‘Obra abierta’ vinculada a la cultura de masas como ‘Apocalípticos e integrados’ (1964). Después, en 1975 publica ‘El Tratado de semiótica general’ y ‘El superhombre de masas’ (1976).

El pensador se enfrentó a la corriente estructuralista, es decir, un fenómeno ontológico sobre la estructura de creaciones naturales y culturales. En 1979, destaca la publicación ‘Lector in fabula’. Al año siguiente, entre sus obras relevantes se encuentra ‘El nombre de la rosa’ (1980) una producción maestra ambientada en el siglo XIV que relata la investigación que llevan a cabo Guillermo de Baskerville y su pupilo, en la que se producen una serie de crímenes.

La novela fue galardonada con el Premio Strega en Italia y el Premio Medicis en Francia. Después, en 1988 el escritor publica ‘El péndulo de Foucalt’ que narra la historia de tres intelectuales que diseñan un plan de los templarios para obtener el control del mundo. La obra se consagró como una de las creaciones literarias más vendidas durante ese año.

Por otra parte, Eco escribió relatos cortos como ‘Los gnomos de Gnu’ (1992) y ‘El misterioso fin del planeta tierra’ (2002) destinado a todos los públicos. Entre sus creaciones literarias más recientes podemos destacar ‘Baudolino’ (2000), ‘La misteriosa llama de la Reina Loana’ (2004) y ‘El cementerio de Praga’ en 2010.

La última obra que publicó fue ‘Número cero’ (2015), un libro en el que trata los misterios que rodean el fallecimiento del dictador Benito Mussolini. La novela creada en España fue editada en otros 34 países y en ella lanzó una crítica al mal uso de la profesión periodística, a la mentira y la manipulación de la historia.

Influencia en la cultura y política

El escritor italiano fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en el 2000. También, estuvo trabajando en la RAI desde 1954 hasta 1958, y ejerció como docente de Estética (1962 a 1965) en las Facultades de Turín y Milán. Además, Eco realizó colaboraciones en diferentes publicaciones como ‘The Times Literary Supplement’, ‘Tel Quel’, y en la editorial ‘Bompiani’. 

En 1988 creó el departamento de Comunicación de la Universidad de San Marino. Más tarde, fue profesor emérito y presidente de la Escuela Superior de Estudios Humanísticos de la Facultad de Bolonia desde 2008. Por otro lado, Eco recibió el reconocimiento de la mesa del consejo de la Unesco (1992), y consiguió ser miembro junto a otros intelectuales.

Del mismo modo, la Universidad Complutense de Madrid y otras instituciones otorgaron al semiólogo italiano el título Doctor Honoris Causa. En 2004 se alzó con el Premio Austriaco de Literatura Europea. En sus últimos años de su vida compaginaba su labor literaria y académica con conferencias, debates y colaboraciones en varios medios de comunicación.

Su legado intelectual en frases

Como homenaje a esta figura literaria queremos hacer un repaso a 10 de sus frases más relevantes que por el peso de su significado han pasado a formar parte de la historia.

1. “El mundo está lleno de libros preciosos que nadie lee”

2. “Creo que aquello en lo que nos convertimos depende de lo que nuestros padres nos enseñan en pequeños momentos, cuando no están intentando enseñarnos. Estamos hechos de pequeños fragmentos de sabiduría”

3. “La maquinaria que permite producir un texto infinito con un número finito de elementos existe desde hace milenios: es el alfabeto.”

4. “Hoy en día no salir en la televisión es un signo de elegancia.”

5. “No son las noticias las que hacen el periódico, sino el periódico el que hace las noticias, y saber juntar cuatro noticias distintas significa proponerle al lector una quinta”.

6. “El amor es más sabio que la sabiduría”.

7. “El verdadero héroe es héroe por error. Sueña con ser un cobarde honesto como todo el mundo”.

8. “Cuando los hombres dejan de creer en Dios, no quiere decir que creen en nada: creen en todo”.

9. “Los monstruos existen porque son parte de un plan divino y en las horribles características de esos monstruos se revela el poder del creador”.

10. “Adoro a los gatos. Son de las pocas criaturas que no se dejan explotar por sus dueños”.