La Fiscalía de la Audiencia Nacional ha presentado ya la querella contra el ahora suspendido presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, por el beso que propinó a la jugadora de la selección Jenni Hermoso en la entrega de trofeos del Mundial en Sidney (Australia). Le imputa dos delitos, uno de agresión sexual y otro de coacciones.

Los hechos objeto de la querella, según han informado desde el Ministerio Público, se refieren al beso en la boca forzado que Rubiales dio a la jugadora Jennifer Hermoso, mientras le agarraba la cabeza con las dos manos, durante el acto de entrega de trofeos a las componentes de la Selección Española Femenina de Fútbol, tras ganar el Mundial celebrado en Sídney (Australia), el día 20 de agosto de 2023. Como ya informó ElPlural.com, se presenta después de que el pasado 5 de septiembre la jugadora compareciera ante la fiscal, acompañada de su letrado, y efectuara expresa denuncia de los hechos que, según su declaración, se produjeron sin su consentimiento. La denuncia de la jugadora era necesaria ya que los delitos contra la indemnidad sexual requieren de denuncia o querella por parte de la víctima salvo en tres supuestos: menores de edad, personas con discapacidad y personas especialmente vulnerables, donde la Fiscalía puede actuar de oficio.

La querella hace referencia a un delito de coacciones ya que Jenni Hermoso refirió también en su declaración que tanto ella como su entorno más próximo sufrieron una presión constante y reiterada por parte de Luis Rubiales, y del entorno profesional de este, para que "justificara y aprobara el acto cometido contra su voluntad; sufriendo Jennifer una situación de hostigamiento, en contra del desarrollo de su vida en paz, tranquilidad y libremente".

En la querella, la fiscal pide que se tome declaración a Luis Rubiales, en condición de investigado, y a Jenni Hermoso como víctima. Asimismo, solicita que se recabe información de las autoridades australianas sobre la tipificación de los delitos contra la libertad sexual en sus normas penales. Una vez presentada la querella, será el juzgado de la Audiencia Nacional al que le corresponda por reparto el encargado de instruir la causa.

Australia

La Fiscalía de la Audiencia Nacional se ha dirigidos a las autoridades australianas porque, tal y como recoge el artículo 23.2 de la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ), se establecen una serie de requisitos para que la jurisdicción española sea competente para poder investigar los delitos que se hayan cometido presuntamente en el extranjero si sus supuestos autores son españoles.

El primero de los requisitos que se han de cumplir es que "el hecho sea punible en el lugar de ejecución", en este caso Australia, pues fue el lugar en el que Rubiales le dio el beso forzado a Jenni Hermoso durante la entrega de medallas a las jugadoras de la selección española que ganaron el mundial en Sídney. El otro requisito ya se ha cumplido, pues Hermoso sí que ha presentado denuncia por los hechos.

Más problemas para Rubiales

Luis Rubiales se le acumulan los problemas. Además de esta querella y de apartado momentáneamente de la presidencia de la Real Federación Española de Fútbol, a raíz de la suspensión de FIFA por un periodo de 90 días, el de Motril fue condenado el pasado mes de junio a pagar el doble de la pensión alimenticia por cada una de sus hijas. La Audiencia Provincial de Valencia falló en contra del ex responsable de la RFEF y dictaminó que debía aumentar la cuantía de 400 a 800 euros mensuales por cada una de sus tres hijas. Su expareja le reclamó una revisión después del aumento exponencial de su sueldo, aunque este se negó y se vio obligado a pasar por los tribunales.

La sentencia está redactada con fecha del 19 de junio de 2023 y obliga a Rubiales a duplicar la cuantía a cada una de sus tres hijas. Según El Periódico de España, ésta respondía a un recurso de apelación del expresidente de la Federación, que decretó el aumento de la pensión alimenticia. La decisión judicial se ha cimentado en los salarios percibidos por el exfutbolista desde el año 2011, cuando obtuvo como rendimiento neto de su trabajo unos 97.000 euros. Estos emolumentos se elevaron a 137.000 euros en 2014 y un año más tarde se dispararon hasta los 235.000. Ya en 2019, cuando accedió a la presidencia de la RFEF, el motrileño percibió un total de 458.000 euros. Esta última cantidad se duplicó en 2020 hasta rozar el millón de euros, momento en el que su exmujer apenas ganó 26.000 euros netos.