La Audiencia Nacional ha acogido la primera jornada del juicio contra Pompeyo González, el hombre acusado de enviar diversos paquetes bomba a Pedro Sánchez, la ministra de Defensa Margarita Robles, las embajadas de Ucrania y EEUU y la empresa de armas Instalaza en Zaragoza, entre otros lugares. En el primer día de juicio han declarado los policías que hicieron la investigación, así como los que estuvieron presentes en los diferentes lugares a los que llegaron los artefactos. Han explicado cómo, a partir de los paquetes, fueron siguiendo diferentes pistas hasta encontrar las pruebas que vinculaban a Popeyo González con los paquetes, incluyendo sacar su ADN de la basura.

El Policía Nacional instructor de la causa ha contado: “Recibimos comunicación de que había explotado un artefacto en la embajada Ucrania y luego en otros sitios. Por el sobre y el sello podía ser una persona. Desgranamos el artefacto, fue la primera linea de investigación. Pensábamos que era terrorismo por los objetivos elegidos. Querían influir en la postura de España con ucrania. Científica encontró ADN de una sola persona. Presidencia del Gobierno nos dice que el 24 de noviembre había llegado un artefacto”.

“Nos pusimos a ver el escáner, y reconocimos tres artefactos y los compañeros fueron a entrevistar a los funcionarios de correos y determinaron que había un determinada ruta. Unido a los indicios, como que una persona había comprado sobres, se hicieron gestiones en tiendas tanto físicas como online. Este solo se podía comprar en una web de sobres y con todo ello dimos con la identidad de la persona”, ha proseguido narrando.

“El ultimo paso, en fechas anteriores a los atentados, compró etiquetas, bisagras y elementos que contenían los sobres. Se hicieron vigilancias para recoger AND. Nos llamó la atención las 256 cerillas raspadas cuyas cabezas se pusieron en los artefactos. Una vez tuvimos las compras de Amazon conectaron las IP con los blogs consultados en vísperas de los atentados. Había ADN en los sellos y en los mecanismos”, ha apostillado.

Después han declarado, uno tras otro, todos los agentes que tuvieron participación tanto en la investigación, como en el hallazgo de los paquetes bomba. Una de las policías que hacía labores de vigilancia en la embajada de Ucrania ha explicado que estaba en el coche “y oímos un ruido al lado de la embajada, salimos pero no vimos nada. Salió un trabajador pidiendo ayuda porque había un herido. Entramos estaba herido en una mano. A su lado había un sobre. Evacuamos la embajada y vinieron refuerzos. El herido se fue al hospital. Nosotros nos dedicamos a la seguridad exterior”.

Por su lado, el Policía que acudió a las instalaciones de Instalaza en Zaragoza, donde llegó uno de los paquetes, ha dicho que llegó “un paquete sospechoso a Instalaza y habían llamado a la Guardia Civil y al ver los Tedax que era explosivo nos llamaron a nosotros. Se toma declaraciones a todos los intervinientes. Se analiza el correo electrónico que va en el paquete y otro amenazante que llega al día siguiente. Estuvimos con la jefa de seguridad y el jefe de tratamiento autonómico de paquetes. Solicitamos las imágenes de escaneo para ver los paquetes. Se había recibido en la embajada de Ucrania y EEUU, Ministerio Defensa, centro Ejercito del Aire y todos tenían el mismo sello, de una serie limitada de Santa Tecla en Galicia”.

Metódico y paranóico

Según el Policía Nacional que le siguió los días previos a su detención, Pompeyo González era una persona metódico y un poco paranóica que "tomaba medidas de seguridad" cada vez que salía de su casa. "Cuando le detengo él estaba muy tranquilo. Os habéis confundido, yo soy una persona muy tranquila, me dijo. Cuando salía de casa tomaba medidas de seguridad. Dos días antes de deternerle hace cosas raras y el día de antes también. No descarto que se diera cuenta de algo. Faltaban las cabezas de cerillas. No descarto que se percatase de nuestra presencia e incluso limpiase el piso".

"Yo dirigía las vigilancias. Cuando hacemos las recogidas de basura vimos que había tornillería muy parecida a lo que habíamos visto. Nos llamó la atención encontrar doscientas y pico cerillas. Había sido raspadas. Hasta el fósforo era del mismo color que el artefacto de Torejón de Ardoz", ha explicado sobre el contenido de la basura que llevaban varios días recogiendo bajo de su casa.

Otro de los agentes que siguió la ruta de los paquetes enviados ha contado como hablaron con los camioneros y sabían perfectamente de dónde venían y las empresas que enviaban los paquetes. "Nos dijo que ese paquete viene de la central de Burgos. El otro conductor nos decía que venía de un centro de Burgos. Siguiendo el carrito conseguimos saber de dónde venía. Cotejamos lo manifestado con los vídeos y efectivamente era como ellos decían".