Con el minuto de silencio por Julen a las puertas del Ayuntamiento de Totalán seguido en la mañana de este domingo por casi la totalidad de sus 715 vecinos, este puñado de humanidad de la auténtica, de gente sencilla y de bien, desea pasar esa luctuosa y triste página de su historia. Totalán y su pueblo no hubiera querido jamás ser protagonista, llenar sus calles, sus plazas, sus caminos casas y pocos bares de periodistas, de numerosos efectivos del operativo que ha efectuado un trabajo de emergencias jamás concebido en España. Ese pueblo presto a colaborar en esas situaciones no quería el foco, no pretendía que se haya puesto en el mapa en estas y por estas circunstancias.

Viene a la memoria, por la similitud del título, el libro Diez días que estremecieron el mundo del periodista estadounidense John Reed, publicado en 1919 tras la Revolución Rusa y luego inmortalizada por Warren Beatty en la película “Reds” (Rojo). En Totalán sin ningún grado de exageración en el titular se ha vivido, “Trece días que conmovieron al mundo”. Días intensos y tensos que los vecinos de Totalán han vivido y sufrido en vigilia permanente sin necesidad de que alguien, ansioso de protagonismo y focos, la organizara puntualmente. Aún hoy, los totalenses han prolongado su actitud solidaria y con los primeros rayos del sol llevaban café y zumo a los pocos periodistas que aun quedaban - algunos musitaban un “Grratssias” al ser informadores de medios extranjeros- y a miembros de Guardia Civil que vigilan el Dolmen del Cerro de la Corona hasta que el juez ordene su desprecintado. También miembros de Protección Civil dejaban expedito y limpiaban la zona mientras bajaban máquinas, excavadoras y camiones por la carretera de sierra que conduce a la autovía.

El día después

Es como si hoy hubiera sido “el día después de irse Julen del pueblo”. Es como si lo hubieran adoptado para sacarlo del agujero, vivo y sano, y entregárselo a su familia de El Palo. Pero no pudo ser y las lágrimas y los tristísimos rostros en el minuto de silencio lo delataban. Esa es la sensación que se vivía este domingo.

Totalán según el INE de enero tiene 715 habitantes. Pero no siempre fue así. La localidad axárquica llegó a tener a finales de la primera mitad del siglo XX el doble de habitantes, en concreto casi el doble que ahora, 1.377 habitantes que vivían de su principal recurso económico, sus vides que ocupaban todo su término pero la terrible plaga de la filoxera de finales del XIX la hicieron desaparecer casi en su totalidad. Ahí empezó la diáspora totalense. Poco a poco se asistió a un continuo abandono de casas y tierras aunque la mayor emigración se produjo en la década de 1940, en plena postguerra. Gran parte de los totalenses que aguantaron el finiquito de las vides dejaron la localidad tras la guerra civil estableciéndose en la barriada malagueña de El Palo, curiosamente el lugar de residencia y nacimiento de Julen y su familia.

Tras la Guerra Civil, Totalán se empequeñece

Cabe reseñar que la gran tragedia que constituyó “La Desbandá”, donde cerca de 300.000 personas (mujeres, niños, ancianos) huyeron del terror franquista comandando por el genocida General Queipo de Llano, partió muy cerca de Totalán, el Peñón del Cuervo cerca de allí y de la Cala del Moral. Y fue tras la Guerra Civil cuando centenares de totalenses decidieron trasladarse a El Palo y a Málaga en busca de un futuro mejor por los empleos que generaban la construcción, los hoteles, los chiringuitos, la restauración y en general toda la industria del turismo de la capital costasoleña. Eso provocó que se llegara a una población de en torno a los 600 habitantes.

Posteriormente Totalán, pueblo cercano a la capital y a grandes urbes como Málaga, Rincón de la Victoria o Vélez, aunque sigue dependiendo económicamente de la agricultura, ha empezado a incrementar lentamente su población en parte por esa cercanía a las ciudades y una incipiente actividad turística en pleno desarrollo. Muchos de sus vecinos trabajan en la metrópolis malagueña de la que dista 21 kilómetros (buena parte en autovía) mientras el resto sigue viviendo de la agricultura, fundamentalmente de la almendra y el olivo con una zona de fértil huerta de hortalizas y frutales en las riberas de los dos ríos que la rodean desde la loma donde se enclava y que surcan el centro de un valle. El resto del paisaje son matorrales y pastizaje.

La “Tumba del moro”, el lugar del pozo en el que cayó Julen

Todas las informaciones y guías turísticas señalan el atractivo de sus calles blancas estrechas y empinadas y rincones de pasado árabe pero, ahora, precisamente ahora, pone el vello de punta leer como uno de esos lugares de interés más destacados que se indica como visita obligada es el Dolmen del Cerro de la Corona, el lugar del pozo que devoró a Julen y lo devolvió, tras lucha titánica de la montaña, sin vida. Y aún estremece ver como este monumento natural es en realidad una estructura funeraria del IV y III milenio antes de Cristo y que el nombre que le dan los mayores del lugar es el  de “tumba del moro” por ser una inhumación colectiva de al menos diez individuos con restos arqueológicos, la mayoría niños, de entre 3 ó 4 años de edad. Uno más que el pobre Julen.

Un pueblo siempre de izquierdas

Totalán siempre ha destacado en la provincia por ser una localidad claramente de izquierdas. Sus habitantes han votado, una y otra vez, a fueras de izquierdas para que rijan los destinos de su ayuntamiento y lo ha hecho de una forma tan contundente que la derecha no ha conseguido ni siquiera un concejal desde el principio de la democracia. En la actualidad el Consistorio está regido por un alcalde socialista, Miguel Ángel Escaño (tristemente muy conocido ahora en toda España por esta trágica circunstancia). La Corporación municipal está integrada por cuatro concejales del PSOE y tres de Izquierda Unida. Los socialistas obtuvieron en los comicios locales de 2015, un cómputo de 273 votos, IU 187 y PP 26 (sin representación municipal). En las municipales de 2011 el PSOE obtuvo 293, IU 245 y el PP 19. En  2005 los socialistas 244, IU 226 y PP 25. EN 1999 fue IU quien ostentó la alcaldía al recibir  276 papeletas, PSOE 187 y  PP 35. Igual situación que en 1995 cuando IU obtuvo 187 votos, PSOE 172 y PP: 11. A pesar de la oleada conservadora de las recientes elecciones andaluzas, los electores de Totalán siguieron su particular línea de izquierdas dando 119 votos a los socialistas, 76 a Adelante Andalucía, 47 a Ciudadanos, al PP 47 y solo 20 a Vox.

Fiesta de la Chanfaina

Pero ese ser de izquierdas de Totalán y su pueblo es compatible con una comunidad muy fiel a sus enraizadas tradiciones. Es muy conocida en toda la provincia  su anual Fiesta de la chanfaina. Constituye un evento festivo multitudinariamente visitado y declarado fiesta de interés turístico provincial. Se celebra cada último domingo del mes de noviembre rindiendo homenaje al plato gastronómico más típico del municipio, la chanfaina, con degustación gratuita del plato para todos los miles de visitantes provenientes de toda la provincia y de otras zonas de Andalucía.

La chanfaina es el plato típico de la localidad compuesta por  ingredientes como patatas, aceite de oliva, vinagre, ajos, migas de pan y diversas especias: orégano, azafrán, pimienta, clavo, comino y laurel. Se puede complementar con carne o morcilla en rodajas. En ese día se disfrutará además de los puestos de degustación, mercadillos medievales, música popular, etc…

También es muy popular el encuentro de Belenes y Pastorales en diciembre. En el primer o segundo sábado del mes de diciembre se celebra en la Iglesia de Santa Ana encuentros de pastorales (en Totalán lo llaman belenes) durante el cual seis  grupos de toda Málaga, actúan rememorando el folclore tradicional navideño, de muchas localidades de la provincia.

Patria chica de Antonio Molina, el cantante del Soy minero

Y por último, una circunstancia que poca gente conoce. Si Totalán ha significado también el descubrimiento para muchos de los héroes de la Brigada de Rescate Minera de Asturias y ha resucitado toda una épica, real por cierto, en torno a los mineros, el cantante que popularizó en la década de los 50 este oficio con su canción Soy minero, nació y se crió en Totalán. Aunque todas las biografías lo asocien a la capital malagueña, este patriarca de toda una dinastía de artistas nació en Totalán un 9 de marzo de 1928. Sus padres: Francisco Molina y Antonia De Oses, ambos nacidos en Totalán, como el resto de sus hermanos, lo criaron en el municipio axárquico durante sus primeros años de infancia en el seno de una familia humilde. La familia, humilde que trabaja en el campo, años después se trasladaron a Málaga, donde el padre de Antonio, comenzó a trabajar en la llamada fábrica del plomo. A Antonio Molina joven se le recuerda en la localidad de nacimiento como muy joven tuvo que ponerse a trabajar, repartiendo leche con un burro por Málaga y Totalán, guardando cerdos, y posteriormente, como ayudante de camarero.

Aún hay totalenses que recuerdan al joven Antonio cantar en su calles y algunas visitas que realizó a su pueblo natal cuando ya era todo un gran artista internacional. Buen parte de su familia aún vive en Totalán. Antonio Molina es venerado allí como hijo ilustre y cuenta con una plaza que da la bienvenida a los visitantes, una escultura de bronce, un mosaico de cerámica y un busto homenaje.

Normalizar Totalán, cerrar su herida

Para terminar. Este reportaje tiene su razón en el deseo de que tanto los vecinos y vecinas de la localidad como el propio nombre de Totalán comiencen a entrar en una senda de normalización de sus vidas. Hay que empezar desde ya a referirse a esta localidad narrando lo que es “normal”, su vida, sus costumbres, su historia, sus tradiciones, sus peculiaridades, su historia, su presente y su futuro. Quien ha estado allí durante estos “13 días que estremecieron al mundo” sabe perfectamente cómo han sufrido la pesadilla de Julen en el fondo del pozo y su despertar con el peor desenlace. Esos 715 vecinos, buena gente, personas de bien y que muchos de ellos se han dejado la piel colaborando, se merecen volver a la tranquilidad y cualquier ayuda es importante. Será difícil pero hay que empezar. Y eso es lo que hacemos, esa es nuestra pequeña aportación, sin frivolidades y con normalidad para cerrar su herida.