La temporada de pesca del salmón en los ríos de Asturias se ha cerrado esta semana, dejando datos inquietantes. Este año solo se han capturado 128 ejemplares, lo que supone 250 menos que en 2024 y agrava la tendencia descendente.
Así lo denuncia la Coordinadora Ecologista de Asturias, que apunta que en las regiones vecinas de Galicia y Cantabria las cifras son aún más alarmantes. En la primera solo se ha notificado una captura y en la segunda, cinco.
Desde esta entidad lamentan que el Gobierno autonómico no reconozca lo preocupante de estos datos y esté "empecinado en no variar un ápice su política de gestión, basada en seguir pescándolo, en repoblaciones contraproducentes para el futuro de la especie y en seguir aniquilando cormoranes que, para su desgracia, son cabeza de turco de esta historia". Del mismo modo, los ecologistas critican que algunas asociaciones de pescadores pongan el foco en la nutria, otra especie protegida, y pidan su eliminación.
"Las poblaciones de salmón atlántico están en franco declive en toda su área de distribución natural a ambas orillas del Atlántico, pero, además, los salmones asturianos pertenecen a la población más sureña de todo su rango de distribución, que puede considerarse una población relicta y aislada, lo que hace que sea aún más vulnerable que las poblaciones más norteñas", explican desde la Coordinadora Ecologista. A este problema se suma, además, el del cambio climático, que afecta más negativamente a las poblaciones del sur de estos peces.
La agrupación subraya que la continua desaparición del salmón en los ríos asturianos "es un hecho incuestionable" y destaca que desde que en 1949 se instauró el precinto obligatorio de los salmones pescados hasta hoy, el número de ejemplares se ha desplomado. "Se ha pasado de una media de cinco mil salmones anuales, con años de más de siete mil, a poco más de 125 peces", exponen. Los números hablan por sí mismos, sobre todo, en algunas cuencas como la del Sella-Piloña ,donde ha habido 23 capturas, Cares-Deva (7), Eo (2) y Esva, donde no se ha registrado ninguna.
Los censos que, de forma anual, hace la administración y distintos estudios científicos corroboran esta tendencia negativa, que, a juicio de la Coordinadora Ecologista, de darse con cualquier otra población animal habría hecho que se declarase en peligro de extinción. "Aquí seguimos autorizando su pesca y celebrando la captura del “campanu” como una aberrante fiesta de la extinción", censuran.
Desde esta entidad enfatzan que, aún aplicando las medidas más proteccionistas sobre la especie, nada garantiza ya que se pueda salvar al salmón de la desaparición. "Si seguimos pescándolo y continuamos aplicando las mismas medidas de gestión que se han demostrado ineficaces durante décadas, la perspectiva de su supervivencia no parece muy halagüeña", advierten.
A su juicio, urge poner en marcha "medidas realmente valientes, que de verdad aborden la gravedad de la situación". En primer lugar proponen declarar el salmón atlántico especie en peligro de extinción y establecer una moratoria en su pesca hasta que se recuperen las poblaciones.
Asimismo, y siguiendo el criterio de investigadores expertos en la ecología del salmón, animan a suspender de forma inmediata las repoblaciones, que suponen un problema añadido a la biodiversidad de los ríos porque reducen la variabilidad genética de las especies repobladas. A estras medidas los ecologistas añaden acondicionar y mejorar los ríos, eliminando los obstáculos que dificultan o impiden el remonte de los peces y manteniendo en buen estado los frezaderos. Ponen como ejemplo, la aplicación de la veda total y el estudio y el marcaje de las poblaciones que se está llevando a cabo en el río Bidasoa y que está dando "resultados muy positivos".
"Los ríos y sus especies son patrimonio de toda la sociedad, no sólo de algunos pescadores como parecen querer entender los responsables medioambientales de esta comunidad", zanjan.
La Real Asociación Asturiana de Pesca Fluvial, comparte la preocupación por los alarmantes datos. Su presidente, Ángel García, explica a ELPLURAL.COM que puede haber distintas causas detrás de la abrupta caída de capturas. "Puede ser la pesca industrial en el Océano Atlántico, que hace que los salmones queden interceptados y no puedan retornar, la subida de la temperatura en el mar y en los ríos, el aumento de los depredades", detalla. "Hay muchos factores", apunta, pero de lo que no hay duda es que la situación es crítica. "Esto es inviable ya", reconoce. La asociación cree que han de ser las administraciones las que tomen cartas en el asunto y determinen qué está pasando y cómo darle solución. Por ello, avanza su máximo representante, "vamos a proponer que se cree un comité de expertos que defina las razones de lo que está ocurriendo y qué medidas tenemos que tomar".