En 2008, Juan Carlos I se hizo con un Rolls-Royce descapotable valorado en 550.000 en 2008. Se trataba de uno de los vehículos más exclusivos del mercado automovilístico, engordando la flota de coches de la Casa Real. Pero dos años después, el ahora Rey emérito, decidió vendérselo al empresario Juan Miguel Villar Mir, según ha avanzado El Confidencial, quien obtuvo el selecto coche por 210.000 euros y lo puso a su nombre. No existe dato sobre la operación ni sobre el destino del dinero que abonó el constructor.

El 30 de septiembre de 2008 llegó a los dominios de Juan Carlos I el exclusivo vehículo. De hecho, esa es la fecha de la primera matriculación que consta en los archivos de la Dirección General de Tráfico (DGT). En los documentos de la compra no se esclarece si éste fue adquirido por la Casa Real o se trató, en cambio, de un obsequio del monarca. No obstante, en este último caso, el coche se habría incrustado entre los activos de la institución. Un mes antes de esta compra, el Emérito percibió una transferencia, en una cuenta del banco Mirabaud en Suiza, de 100 millones de dólares por parte del Ministerio de Finanzas de Arabia Saudí por motivos aún desconocidos.  

 Juan Carlos I se hizo con un Rolls-Royce modelo Phantom Drophead Coupé, un lujoso descapotable con un motor de 12 cilindros de 6.749 centímetros cúbicos y 453 cavallos de potencia. La carrocería la componían dos tonos de verde; uno más oscuro, color botella y otro más claro, que se adueñaba de los laterales del coche. El automóvil le salió al monarca por 498.176 euros, sin impuestos ni extras, según recoge El Confidencial.

 El Rey emérito nunca escondió su pasión por la velocidad y utilizó el Rolls-Royce para conducir por el interior del recinto de Zarzuela y en las carreteras colindantes, así como para recoger en el Aeropuerto a otros mandatarios de visita privada. No obstante, dos años después de su adquisición, decidió vender el coche. Se lo ofreció al constructor Villar Mir, uno de sus principales amigos, con una afición por los coches similar a la del monarca.

Juan Carlos I y el empresario cerraron el traspaso del vehículo en un precio de 210.000 euros. Villar Mir abonó el importe al ex jefe del Estado y lo registró a su nombre el 7 de octubre de 2010. Desde entonces, el coche ha pasado siete veces la ITV y ha recorrido, hasta el pasado mes de noviembre, 9.954 kilómetros.

Sobre el vehículo no hay información en ningún documento oficial de la Casa Real, ni tan siquiera en el Parque Móvil del Estado o en Patrimonio Nacional. Tampoco existen registros sobre el procedimiento de venta del monarca. En 2017, Hacienda subastó dos Ferrari FF que fueron regalados seis años antes a Juan Carlos I. Un obsequio que también provino de Oriente, siendo el primer ministro de los Emirates Árabes y jeque de Dubái el que le hizo entrega de ambos vehículos.