El rey emérito anunció el pasado lunes su voluntad de trasladarse fuera de España y así alejarse del foco familiar y mediático por las informaciones que le rodean y apuntan a su supuesto fraude fiscal. Su paradero es desconocido, aunque hay quienes afirma que se encuentra en Portugal o República Dominicana.

Pero son rumores, ya que, por un lado, el Gobierno de la República Dominicana niega que Juan Carlos I haya cruzado la frontera para instalarse en el país. El diario dominicano El Nacional recoge que la Dirección General de Migración del país confirma que no ha registrado la entrada del exmonarca. Lo mismo afirma la Agencia France-Presse, quienes han comunicado que “el rey emérito de España Juan Carlos I ‘no ingresó’ a Dominicana (autoridad migratoria)”.

El rey emérito tampoco se encontraría en Portugal, según han señalado a EFE fuentes oficiales. De esta forma se descarta la posibilidad de que Juan Carlos se haya trasladado a vivir a Estoril, donde pasó su infancia, tal como difundieron varios medios portugueses el pasado lunes.

A pesar de trasladar su residencia a otro país, Juan Carlos I seguirá perteneciendo a la Familia Real y mantendrá su título vitalicio como rey emérito, título que se le reconoció tras su abdicación en 2014. Con esta marcha, el exmonarca pretende facilitar el ejercicio de las funciones de Felipe VI, tal como informó en el comunicado que le remitió​: “Mi legado y mi propia dignidad como persona así lo exigen” y añadió: “Con profundo sentimiento, pero con gran serenidad”.

Estos escándalos que no solo manchan la figura de Juan Carlos I, sino también de la institución monárquica, ha vuelto a abrir el debate sobre la inviolabilidad del jefe del Estado, así como de un referéndum para votar entre monarquía o república.