Tras ocho meses de pandemia de negociaciones entre el Ayuntamiento de Madrid y los vendedores ambulantes del mítico mercadillo ambulante, se ha llegado a un acuerdo: el domingo 22 de noviembre reabrirán sus puestos. La reunión mantenida este viernes aún continúa para aclarar los últimos detalles técnicos. 

La petición del alcalde José Luis Martínez Almeida se ha hecho realidad, por lo que se permitirá la reapertura de 500 comercios, la mitad de lo que solía acoger el Rastro, contando con una reestructuración perimetral que divida las zonas de acceso y permita la movilidad sin aglomeraciones.

El Consistorio será el encargado de controlar los aforos en dichas áreas. Como máximo, se ha calculado que el espacio podrá acoger a 2.702 personas al mismo tiempo. La colocación de los puestos tendrá en cuenta el carácter rotatorio de domingos y festivos, ya que los vendedores aseguraron que el público es distinto en estos días y desean mantenerlo así para que la huella original del mercaillo siga en pie.

Los puestos se situarán en las vías más amplias, como es la plaza de Cascorro, con 81 puestos; la calle de la Ribera de Curtidores, con 190 puestos; la plaza del General Vara del Rey, con 82 puestos; la plaza Campillo del Mundo Nuevo, con 120 puestos; la calle de Carlos Arniches, entre Mira el Río Alta y Carnero, con 16 puestos; y la calle de Mira el Río Baja, entre Mira el Río Alta y Carnero, con 11 puestos. No obstante, el Ayuntamiento ya se ha comprometido para recuperar el plano original.

"Todo lo que tenga que ver con la salud y seguridad en la vía pública y las restricciones de los pasos competen al Ayuntamiento de Madrid. Lo que tenemos que hacer los vendedores es ocuparnos de mantener la higiene y cumplir toda la normativa", explicaba ayer la portavoz de los vendedores en la asociación 'El rastro Punto Es', Mayka Torralbo, dejando claros los puntos clave que no debían faltar en el acuerdo final.