Después de unos episodios en los que los incendios forestales han arrasado miles de hectáreas en el noroeste de España, la jornada de este miércoles deja los primeros signos de alivio. La mejora de la meteorología comienza a notarse en la provincia de León, uno de los territorios más golpeados, mientras que Renfe anuncia la reanudación de los trenes de alta velocidad entre Madrid y Galicia tras la interrupción obligada por la cercanía de las llamas a la línea ferroviaria en Ourense.
El restablecimiento de los trenes entre Madrid y Galicia simboliza uno de los pasos más visibles hacia la recuperación. El ministro de Transportes, Óscar Puente, avanzó que el servicio podría retomarse “sobre las 17 horas aproximadamente”, una vez autorizada la restitución de la tensión eléctrica en el tramo de 30 kilómetros que había sido desconectado como medida preventiva. Adif, no obstante, optó por la prudencia y advirtió que “todavía no se reúnen todas las condiciones de seguridad”, aunque reconoció la evolución favorable de los trabajos.
El regreso de los trenes, además de su logística, también refleja cómo la contención de los incendios permite empezar a levantar restricciones que afectaban directamente a la movilidad, al turismo y a la economía de Galicia y Castilla y León.
León: de “infernal” a “extinguible”
En la provincia de León, los fuegos que hace apenas unos días eran descritos como “infernales” comienzan a ser calificados como “extinguibles” gracias a la bajada de temperaturas, la subida de la humedad y el despliegue de medios. El delegado territorial de la Junta, Eduardo Diego, reconoció que la mejoría fue “menor de lo esperado”, pero suficiente para permitir el realojo de 18 localidades previamente evacuadas.
Aun así, la magnitud del dispositivo refleja que la emergencia sigue activa, con alrededor de 2.000 efectivos, cerca de 30 medios aéreos y una treintena de bulldozer que trabajan sobre el terreno. Los esfuerzos se concentran en frentes como Barniedo de la Reina, en Boca de Huérgano, que obligó a evacuar Valverde de la Sierra, y en zonas estratégicas como Compludo, Peñalba de Santiago, Corporales o la vertiente sur de Riaño.
La clave de la mejora se encuentra, principalmente, en las condiciones meteorológicas. Tras jornadas marcadas por el viento y el calor extremo, la reducción de las temperaturas y el incremento de la humedad están permitiendo estabilizar los perímetros y reducir la virulencia de las llamas. La tregua facilita el trabajo de los equipos de extinción y permite que los vecinos comiencen a regresar a sus casas, aunque el riesgo de reactivaciones mantiene la alerta.
La situación de este miércoles muestra una doble imagen, materializada en el alivio de comprobar que lo peor parece haber pasado y la advertencia de que aún queda mucho por hacer. La reapertura progresiva de infraestructuras como la línea Madrid–Galicia y el regreso de vecinos a sus hogares son señales de normalización, pero la magnitud del operativo en León confirma que la crisis no está completamente superada.