José María Enríquez Negreira, exvicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA), extorsionó al FC Barcelona con destapar “todas las irregularidades” y provocar así “otro escándalo”. A través de un burofax remitido hace cuatro años, el 5 de febrero de 2019, y tras dejar de percibir cantidades millonarias en concepto de asesorías, el que fuera el número dos de los árbitros españoles amenazó al entonces presidente del club blaugrana, Josep Maria Bartomeu, por lo que consideró un “acuerdo desproporcionadamente injusto”.

Esta carta, desvelada por El Mundo, se enmarca en un caso de chantaje al FC Barcelona que ya está siendo investigado por la Fiscalía, que ha detectado el cobro de al menos 1,6 millones de euros por parte de Negreira en tan solo dos años como pago por supuestas asesorías arbitrales durante su mandato como vicepresidente del CTA. La última factura pagada por el equipo catalán se produjo en junio de 2018, coincidiendo con la salida del directivo arbitral del órgano deportivo, a través de una empresa instrumental propiedad del mismo, Dasnil 95 SL.

“Mi sorpresa y decepción ha sido mayúscula”, se quejó Negreira desde el comienzo de la misiva después de conocer que el FC Barcelona había desistido de la relación comercial que le unió a su empresa durante décadas. “Después de todo este tiempo juntos me lo tomo como un insulto personal absolutamente injustificado”, añadió el exvicepresidente de los árbitros desde el principio dejando claro haberse sentido traicionado.

La extorsión de Negreira al FC Barcelona

Con esta carta de presentación, Negreira continuó el burofax anunciando al FC Barcelona su “intención de cursar denuncia ante los juzgados” y amenazando que esto “seguro acarreará consecuencias negativas”. “Hasta ahora no he iniciado esas actuaciones para, justamente, evitar graves consecuencias, albergando la esperanza de llegar a un debido entendimiento en relación con mi pretensión”, detalló como forma de manipular la situación para que el club blaugrana cediese ante su chantaje.

No creo que otro escándalo favorezca al club”, reiteró Negreira en su amenaza directa, que prosiguió: “Hasta la fecha y habida cuenta de la reciprocidad en el trato recibido por usted, el resto de hoy expresidentes y el club, he considerado que me debía al respeto y decoro recibido”. “Su actual actuación hacia mí, con el agravio y perjuicio que ello me conlleva, lamentablemente, me libera de tal autoimpuesta obligación”, agregó el ex número dos de los árbitros, quien consideraba que el FC Barcelona “se había permitido pisotear impunemente” sus “intereses y derechos”.

“A pesar de ello, y pese a estar en mi derecho de poner en conocimiento de la autoridad de forma pública todo aquello que conozco y puedo acreditar y que contextualiza perfectamente el escenario en el que me he movido y relacionado con usted y con los anteriores presidentes, no quiero dejar pasar la oportunidad de llegar a un acuerdo justo para ambas partes”, reprochó Negreira al entonces presidente Bartomeu en su escrito subrayando a su indignación tras dejar de percibir las cantidades millonarias que el equipo de fútbol barcelonés le adeudó durante décadas: “Es un acuerdo desproporcionadamente injusto al que el club quiere someterme”.

Amenaza a Bartomeu con destapar “todas las irregularidades”

“No profeso animadversión hacia ninguna persona del club y no tengo voluntad de dar publicidad a todas las irregularidades que he conocido y vivido de primera mano en relación con nadie del club”, continuó Negreira con esta amenaza directa hacia Bartomeu. “Pero usted me obligará a ello si no reconsidera su decisión y cumple con el acuerdo que teníamos de seguir contando con mis servicios hasta el fin del mandato presidencial”, añadió el ex número dos de los árbitros en su texto de chantaje hacia el entonces presidente del FC Barcelona.

Como conclusión del burofax, Negreira reiteró su intención de extorsionar al club blaugrana: “Desgraciadamente, frente a tal propósito no puedo quedarme cruzado de brazos. Mi trabajo y servicios prestados para ustedes ha sido intachable, ni la CNA ni la RFEF pueden ni podrán reprocharme nada en este sentido”. “Le pido que mantengamos un encuentro privado entre nosotros dos, absolutamente confidencial, para poder resolver este asunto de forma definitiva por y para el bien de todos. Quedo a la espera de que me convoque en tal sentido con carácter urgente. Caso contrario, entenderé que usted no sólo me obliga, sino que me provoca para hacer cuanto esté en mi mano en defensa de mis intereses, sin miramientos”, fueron las últimas palabras del exvicepresidente del CTA en su escrito al FC Barcelona.