La moda ha sido, en numerosas ocasiones, un instrumento clave en la lucha feminista. Hace años, cuando resultaba impensable que las mujeres vistieran vaqueros, ya existían figuras reconocidas en el mundo de la moda que, a través de diseños innovadores, revolucionaron toda una época.
A lo largo de la historia, numerosos diseñadores y diseñadoras dedicaron su trabajo a crear prendas que representaran a una mujer libre y fuerte, capaz de romper barreras. A través de sus colecciones, modistas como Coco Chanel o Elsa Schiaparelli transformaron la imagen de la mujer por completo. Por todo esto, conviene recordar las aportaciones de estas mujeres, cuyo legado artístico y social sigue vivo en la actualidad.
La revolución femenina comienza con Coco Chanel
Si a alguna diseñadora le deben las mujeres parte de su liberalización en el vestir, esa es, sin duda, Coco Chanel (1883-1971). Fue a comienzos del siglo XX cuando esta creadora liberó el cuerpo femenino mediante innovaciones poco convencionales que en su momento no estaban bien vistas, como el uso de pantalones o las líneas rectas.
El hecho de que hoy las mujeres vistamos en nuestro día a día con pantalones supuso para Gabrielle Chanel una auténtica lucha contra los estereotipos de género de la época. Su visión innovadora la llevó a popularizar elementos hoy ya icónicos, como el uso abundante de perlas, el vestido negro, el estampado marinero o los sombreros de pequeño tamaño.
Chanel comenzó a desarrollar plenamente su pasión cuando comprendió que no podía existir igualdad en la sociedad mientras el cuerpo de la mujer no fuera libre a través de la moda, hecho que la impulsó a convertir la ropa en un auténtico instrumento de liberación.
Elsa Schiaparelli
Otra de las grandes figuras femeninas que lucharon por esta liberación a través de la ropa fue Elsa Schiaparelli, una de las diseñadoras más radicales de su tiempo (1890-1973). Su gran aportación consistió en cambiar el enfoque artístico de su época. En un periodo en el que la mujer debía ser discreta y pasar desapercibida, apostó por lo extravagante, por diseños que no buscaban agradar la mirada masculina, como era típico.
“Nadie sabe cómo se dice Schiaparelli, pero todo el mundo sabe lo que significa”, ponía de manifiesto Salvador Dalí, íntimo amigo de la diseñadora.
Vestir para una misma se consideraba una revolución, por lo que crear diseños pensando únicamente en las mujeres fue uno de los mayores logros de Schiaparelli.
Vivienne Westwood
Una de las figuras clave posteriores a Chanel y Schiaparelli fue, sin duda, la británica Vivienne Westwood (1941-2022). A través del punk británico, esta diseñadora realizó críticas muy potentes a la sociedad. Entre los temas más recurrentes en sus diseños se encuentran la crítica al sistema de clases, al capitalismo y, por supuesto, al patriarcado.
La ética propuesta por Westwood no rendía homenaje a las mujeres tradicionales, sumisas y complacientes, sino que proponía un cambio hacia una mujer provocadora, liberada de estigmas sociales y dueña de sí misma.
Optó por la exageración en sus diseños, porque creía que el cuerpo femenino había estado siempre controlado. Desafió los cánones de belleza y de género y se posicionó abiertamente como una mujer feminista, aquella que lucha por lo que quiere y que es capaz de liderar su propia firma de moda.
Yves Saint Laurent
Uno de los diseñadores más revolucionarios dentro de la moda feminista es, sin duda, Yves Saint Laurent (1936-2008). Comenzó en la casa Dior, lo que más tarde le llevó a crear su propia firma, con la que en 1966 presentó el icónico 'Le Smoking', un esmoquin para mujeres. Esta prenda rompió con la rigidez a la que se estaba acostumbrado en la moda femenina tradicional.
Este esmoquin no fue la única aportación de la marca, ya que Saint Laurent contribuyó a que el pantalón dejara de ser una prenda exclusivamente masculina para convertirse, como es hoy, en un símbolo cotidiano para todos.
Jean Paul Gaultier
Gaultier ha desafiado los límites tradicionales de la feminidad y la masculinidad. Este diseñador francés (1952) trabajó para popularizar la mezcla de prendas masculinas y femeninas. Su moda ha demostrado que la identidad de género podía ser flexible y que no era necesario vivir con un rol impuesto estrictamente por la sociedad.
Además, también ha luchado por la diversidad de cuerpos y tallas, algo reciente. Dentro de sus diseños incluye a mujeres con curvas no convencionales. En las pasarelas, mucho antes de que la industria de la moda hablara de la inclusión, Gaultier ya mostraba a mujeres que rompían los cánones de tallas.
Otras mujeres que luchan contra la mirada patriarcal
La lucha feminista no se limita a como se viste, sino a quién mira y cómo se mira. Durante décadas, el cuerpo femenino ha sido objeto de fotografía, estilización y consumo desde una perspectiva masculina.
Fotógrafas como Lee Miller, la cual pasó de musa a reportera de guerra, rompieron con la idea de la mujer como un sexo sumiso. Miller no solo fotografió moda, sino que también documentó, el conflicto y la resistencia, demostrando así que la mirada femenina también podía narrar el mundo con total autoridad.
En paralelo, editoras y directoras creativas ocuparon espacios históricamente vetados. Desde las redacciones de revistas hasta las primeras filas de los desfiles. Así es el caso de Anna Wintour, jefa de redacción de 'Vogue', estas mujeres entendieron que controlar la narrativa dell mundo de la moda era una forma de poder feminista, la importancia de decidir quién aparece, cómo y por qué.