Las personas con discapacidad están entre los colectivos con mayores dificultades a la hora de conseguir un empleo. Según el Instituto Nacional de Estadística, solo una de cada cuatro personas con discapacidad estuvo empleada en 2019, un 66,9% menos que el resto de la población. Por otro lado, el riesgo de pobreza o exclusión social afecta al 31,1% de este colectivo, lo que supone 7 puntos por encima del resto.

Uno de los instrumentos más eficaces para acabar con esta discriminación son los Centros Especiales de Empleo (CEE), que concentran el 70% del empleo de las personas con discapacidad según el quinto informe del Observatorio sobre diversidad funcional y Mercado de trabajo en España.

Integra CEE, filial de Clece, es uno de estos centros y proporciona trabajo a más de 4.000 personas a través de alianzas institucionales -en este momento mantienen 40 convenios y colaboran con más de 600 entidades. El 88% de estos trabajadores tienen diversidad funcional, un 33% presentan especial dificultad, la mitad de la plantilla son mujeres y un 48% tienen más de 50 años.

Pero la labor de Integra CEE va más allá de proporcionar un empleo, ya que, a su vez, realiza un acompañamiento integral de la persona a través del trabajo de la Unidad de Apoyo, que cuenta con más de 140 profesionales repartidos por todo el territorio nacional para atender las diferentes necesidades de las personas trabajadoras de Integra CEE, a través de un plan de atención individualizada durante su incorporación en la compañía, que se continúa desarrollando durante toda la trayectoria del empleado. La Unidad de Apoyo también gestiona ayudas sociales, programas de bienestar biopsicosocial, de ocio inclusivo y sensibilización.

Estas unidades de apoyo son “el motor y el corazón de los CEE y el gran elemento que nos diferencia frente a una empresa ordinaria”, explicó Luis Cruz, director general de Integra CEE, en un coloquio con Maravillas Espín, directora general de Trabajo Autónomo, Economía Social y Responsabilidad Social de las Empresas. En el encuentro participaron también Rebeca Álvarez, responsable nacional de las Unidades de Apoyo de Integra CEE, y dos trabajadoras, Antonia y Rosa.

"Además de buscar un puesto de trabajo adecuado a las capacidades de cada persona, que permita el mantenimiento del empleo, atendemos otras áreas de necesidad como la social y familiar, desde un plan personalizado de atención"

Los profesionales de las unidades de apoyo acompañan desde el principio a las personas que llegan a Integra CEE, y que pasan primero por un proceso de acogida. “Realizamos un plan de acción consensuado con la persona y actuamos en función de las necesidades que surgen en el día a día. Nuestra labor principal es generar los apoyos necesarios para el mantenimiento del puesto de trabajo y, transversalmente, velar por el bienestar de la persona”, destaca Rebeca Álvarez.

Por ejemplo, prestan apoyo para facilitar la realización de actividades deportivas o culturales a las personas de la plantilla para prevenir el aislamiento y ampliar su red social de forma trasversal. El año pasado, durante el confinamiento, desarrollaron un plan para atender la salud psicoemocional y social de más de 600 personas.

Antonia y Rosa, ambas trabajadoras del Centro Especial de Empleo Integra, durante el coloquio

Entre ellas, Antonia, que de la noche a la mañana se vio sin trabajo porque cerró el centro en el que trabajaba. “El confinamiento fue muy duro para todos, así que cuando me ofrecieron participar en un proyecto para trabajar las emociones a través del arte, no lo dudé. Fue increíble, pudimos sacar todos esos sentimientos a través de la pintura. Me ayudó muchísimo, no sólo a mí, también a mi pareja, a la que supe ayudar cuando perdió a sus padres repentinamente”, agradeció durante el coloquio.

"El trabajo me permitió recuperar la confianza en mí misma y dejar de verme como una persona con discapacidad"

Cuando Antonia llegó a Integra hace 7 años era una persona bloqueada por la enfermedad. “Me había divorciado, perdí una empresa que había gestionado durante 26 años con mi marido y tuve que volver a casa de mi madre, después de 28 años. Creía que lo había perdido todo, por mi discapacidad y por mi estado de ánimo. Era como si me hubieran deshecho el puzle y todas las piezas estuvieran revueltas”, relata de forma muy gráfica para describir la situación en la que se encontraba. Con ayuda, en su caso, de la Federación de Mujeres Progresistas, logró superar aquella situación. El empleo le devolvió la confianza en sí misma. Y ha dejado de verse como una persona con discapacidad, ya que entre su puesto de trabajo y sus capacidades hay un verdadero ajuste.

“Integra me ayudó a ser yo de nuevo, a encontrarme, a valorarme, a sentirme útil, sobre todo porque confían en ti. Siempre digo que no solamente se preocupan, sino que se ocupan y buscan una solución a tus problemas”, subraya. Para ella ese acompañamiento que ha tenido a lo largo de los años ha sido la clave de su recuperación.

"Tomé la gran decisión de apostar por mi vida y puse el cuentakilómetros a cero, iniciando un nuevo recorrido”

Por su parte, Rosa está en la empresa desde hace apenas 14 meses. Aunque es poco tiempo, su progresión ha sido extraordinaria y ha podido soltar una mochila tan pesada que ha llevado durante 30 años. Su trabajo como auxiliar de Información en un centro de personas mayores de Madrid le ha devuelto la alegría.

“Estaba en una situación prácticamente de exclusión social y me hicieron ver que todo podía cambiar a mejor. Así que tomé la gran decisión de apostar por mi vida y puse el cuentakilómetros a cero, iniciando un nuevo recorrido”, nos cuenta feliz.

Tanto Antonia como Rosa destacan la calidez y el trato humano que les han brindado los profesionales de la Unidad de Apoyo de Integra CEE. “Yo llevaba 14 años apartada del mundo laboral, te sientes perdida... Si te tienden manos y te sabes agarrar a ellas, te das cuenta de que volver a intentarlo merece la pena. Me ofertaron varios puestos de trabajo y no sabía si iba a poder aguantar por mi discapacidad. Opté por el poco a poco y recuerdo que Belén, mi técnica de selección, me dijo, no te preocupes, siempre se puede ir subiendo”, recuerda Rosa.

"Es muy bonito levantarte todos los días y pese a todas las adversidades que puedas tener, decir voy a mi puesto de trabajo"

En apenas un año su vida ha dado un vuelco. De la vulnerabilidad extrema ha pasado a tener confianza en sí misma y está muy orgullosa de pertenecer a Integra CEE. “Es el puente que me ha impulsado a desarrollarme y a estar cada día muy motivada. Es muy bonito levantarte y pese a todas las adversidades que puedas tener, decir 'voy a mi puesto de trabajo'. He renacido y nunca es tarde para llegar”, enfatiza.

Maravillas Espín escucha atentamente el testimonio de las dos trabajadoras de Integra CEE

El testimonio de Rosa y Antonia emocionó a Maravillas Espín, quien destacó cómo es necesario reconocimiento y reconstrucción para seguir adelante en situaciones difíciles, “situaciones que te hacen dudar de ti misma y tus capacidades, pero luego una se observa y es tan válida como el resto del mundo. Además, si puede lanzar una mano y encontrar otra mano que la apoye, es magnífico”.

"No hay que ir quemando las fases muy rápido, cada uno tiene que ir encontrando su momento”

Rosa y Antonia son dos ejemplos de superación. “Las dos han progresado subiendo escalones, empezando por entender el problema de uno mismo, descubrir que tiene solución y llamando a los sitios adecuados. No hay que ir quemando las fases muy rápido, cada uno tiene que ir encontrando su momento”, argumentó Luis Cruz quien insistió en la importancia de que cada uno vaya avanzando a su ritmo.

“Para ir del quinto al séptimo hay que pasar por el sexto. Y en el sexto, a veces, hay que pararse un poquito, coger energía, fuerza, ilusión y subir al séptimo”, argumentó Antonia para subrayar la necesidad de que cada uno se tome el tiempo necesario para recuperar la autonomía personal y la autoestima. El resto, añade, vendrá después.

A modo de consejo para todos aquellos que puedan estar en una situación similar, Rosa recomienda que no se rindan y que se camine poco a poco, pero con actitud. “Aunque tardes más, el caso es llegar. Una vez que lo hayas logrado, como yo, te sientes muy gratificada. Desde uno mismo tiene que salir la actitud de dejarse ayudar. La vida es muy bonita y hay que aprovecharla”, concluye.

"Para que un país sea sostenible tiene que ser inclusivo"

Como broche final, Luis Cruz apeló a una cita que había leído recientemente y que decía que para que un país sea sostenible tiene que ser inclusivo. “Me quedo con el eslogan generando igualdad, con el que hemos celebrado este encuentro. Hay que generar igualdad incorporando a personas con discapacidad, generando oportunidades y siendo inclusivos, porque todos queremos tener un país más sostenible”, argumentó.

"Tenemos que favorecer cierta irradiación de una forma de hacer basada en las personas”

Por su parte, Maravillas Espín consideró que la visibilización de la labor de empresas como Integra CEE es fundamental para irradiar esa forma de hacer basada en las personas a otras entidades.