El párroco de Can Picafort (Mallorca), Peré Barceló Rigo, ha sido condenado a seis años de cárcel tras admitir ante la Audiencia de Palma haber perpetrado violaciones y abusos sexuales a una niña de 10 años de edad que hacia las veces monaguilla en su parroquia. La víctima se llama María, actualmente de 28 años de edad, y también prestó declaración ante el juez donde detalló las actuaciones de Barceló.

El sacerdote comenzó como rector de Can Picafort en 1996 y tan solo dos años después, en 1998, un catequista, Mateu Ferrer, denunció ante la Guardia Civil que el cura, excomulgado por la Iglesia en marzo de 2013, podría estar abusando de una niña. La Fiscalía de Baleares actuó y, a pesar de que recibió otras informaciones recogidas por el propio catequista que confirmarían sus sospechas, finalmente, la Fiscalía archivó la causa.

El ahora periodista Mateu Ferrer, quién puso la denuncia en 1998, aseguró que informó de todos estos hechos al que fuera obispo de Mallorca, Teodor Úbeda a través de Bartomeu Suau, un vicario episcopal, quien le recriminó que acudiera la Fiscalía. De esta manera. La Iglesia obvió la denuncia presentada y permitió a Barceló continuar con su oficio con total normalidad -hasta marzo de 2013-.

Ferrer elaboró un documental -Els Monstres de ca meva- donde presentaba estos hechos. En ese momento, el obispo alegó desconocimiento. Sin embargo, según señala el Diario de Mallorca, el actuar prelado (cargo superior de un convento o comunidad eclesiástica), Jesús Murgui, estaba al tanto, al igual que varios de sus colaboradores.

Resurge la polémica

La condena a Peré Barceló vuelve a situar las escasas medidas de la institución eclesiástica en la lucha contra los abusos sexuales a menores, así como el encubrimiento de parte de algunos responsables, en el foco mediático.

Casos como el de Boston, llevado al cine con Spotlight, ganadora del Óscar 2015 a mejor película; o como el de Irlanda, en el cual se descubireron miles de casos de abusos sexuales en instituciones gestionadas por la Iglesia católica tras 9 años de investigación.

La jerarquía del Vaticano, en entredicho

A pesar de que el Papa Francisco atajó el asunto en 2015 creando un tribunal especial para juzgar a los obispos que abusen de su poder y encubren casos de pederastia, todo esfuerzo es poco.

En el año 2014 el Comité de la ONU emitió un informe con respecto a los Derechos de los niños en el que denunciaba que la Iglesia “ha adoptado políticas y prácticas que han llevado a la continuación y la impunidad de los culpables". Este informe concluye que la Santa Sede incumple los derechos fundamentales del menor.