El Ejército de Israel y el movimiento islamista palestino Hamás han comenzado este sábado el segundo canje bajo el acuerdo de alto el fuego en la Franja de Gaza entre Israel y Hamás con la puesta en marcha esta mañana del proceso de liberación de cuatro rehenes israelíes.

Vehículos del movimiento islamista, según confirman testigos de Al Yazira y Al Arabiya, se encuentran ya en la plaza Saraya de la ciudad de Gaza para supervisar la salida de Karina Ariev, Danielle Gilboa, Naama Levy y Liri Albag, quienes serán trasladadas a los puntos de recepción establecidos por las Fuerzas de Defensa de Israel.

El Departamento de Recursos Humanos del Ejército israelí ya ha establecido estos "puntos de recepción inicial donde se brindará un sobre médico y acompañamiento personal".

"Después de eso, las retornadas serán trasladadas a hospitales y se reunirán con sus familias", ha hecho saber el Ejército israelí en su cuenta de la red social X.

Por su parte, la Oficina para Asuntos de Prisioneros Palestinos ha anunciado en un escueto comunicado que ha encontrado ciertos defectos de forma en la lista que ha entregado Israel sobre los presos que va a liberar a cambio; errores en algunos nombres que ya ha puesto en conocimiento de la mediación internacional.

Estas nuevas liberaciones se producen una semana después de que otras tres rehenes volvieran a sus hogares como parte del intercambio de rehenes por prisioneros palestinos en plena tregua. A cambio, 90 prisioneros palestinos fueron puestos en libertad.

Está previsto que estos intercambios se alarguen durante cinco semanas más hasta lograr el canje de un total de 33 rehenes y más de 1.900 presos palestinos.

Israel pide la salida de UNRWA abandonar Jerusalén

En otro orden de cosas, el embajador israelí ante la ONU, Danny Danon, ha reclamado en una carta enviada al secretario general de la ONU, António Guterres, el fin de la presencia de la Agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos (UNRWA) en Jerusalén antes de que termine el mes de enero.

"De acuerdo con la legislación israelí aplicable, incluida la mencionada legislación, y tras la terminación del Acuerdo Provisional anteriormente mencionado, la UNRWA está obligada a cesar sus operaciones en Jerusalén y evacuar todos los locales en los que opera en la ciudad a más tardar el 30 de enero de 2025", se lee en la misiva.

En ella, Israel acusa a los trabajadores de la UNRWA, que apoya a los palestinos desde 1949, de la supuesta "infiltración generalizada de las filas de la UNRWA por parte de (miembros de) Hamás y otras organizaciones terroristas", dando lugar a una "situación intolerable" que comporta además "graves riesgos para la seguridad nacional" de Israel.

"Los meses de compromiso de buena fe con las Naciones Unidas, y los años de quejas relacionadas transmitidas a la UNRWA, han sido recibidos con un desprecio flagrante, lo que ha comprometido su obligación fundamental de imparcialidad y neutralidad más allá de lo reparable", agrega Danon en la misma línea.

El embajador israelí ha recordado asimismo que las autoridades israelíes advirtieron ya en enero y mayo del pasado año a la agencia de que sus actuaciones y uso de propiedades en el país no contaban con la "debida autorización", pero que estas notificaciones "fueron desestimadas rotundamente por la UNRWA, que se escudó detrás de su inmunidad".

Por otro lado, el Estado hebreo ha denunciado la falta de voluntad de la UNRWA "para alcanzar una solución acordada en beneficio de los residentes locales" pese a los "numerosos intentos" de Israel, dando cuenta de los "abusos de mala fe de su inmunidad".

En este contexto, el representante israelí ante Naciones Unidas ha urgido a la UNRWA a tomar las medidas necesarias para poner fin a sus operaciones en Jerusalén "dentro del plazo establecido", y ha garantizado que Israel no solo atiende a sus obligaciones de Derecho Internacional, sino que está dispuesto a "cooperar con la ONU y cualquiera de sus agencias que no haya sido infiltrada por organizaciones terroristas", puesto que el Derecho Internacional "no obliga" a la cooperación con entidades peligrosas para la seguridad nacional, "que han demostrado ser todo menos neutrales e imparciales".

La UNRWA inició su actividad -al auspicio de la ONU- en 1949 con el objetivo de ayudar a los refugiados palestinos que huyeron o fueron expulsados durante las guerras de 1948 y 1967, y a sus descendientes -unos 5,9 millones de personas-, según la propia agencia.