La perito judicial italiana encargada de evaluar quién debe quedarse con los niños de Juana Rivas ha concluido que la madre "muestra una gran capacidad manipuladora" sobre sus hijos, y un "grave funcionamiento mental patológico asociado a desorganización del pensamiento", por lo que el padre, Francesco Arcuri, es quien debe cuidar a los menores.

En su informe, la psicóloga, Ludovica Iesu, dice que Juana Rivas padece "no es capaz de procesar sus experiencias" y ha implicado a sus hijos en el conflicto con su exmarido porque es "totalmente inconsciente del daño psicológico generado" a sus hijos, de 4 y 12 años, al apartarlos de su padre entre 2016 y 2017. Por este motivo, la mujer fue condenada en España a cinco años de cárcel.

Juana "confunde sus necesidades con las de sus hijos"

El duro informe sobre la madre de Macarena, sustentado en entrevistas a los niños, los implicados y sus familiares, e investigacione realizadas durante cinco meses,  describe que Juana Rivas  "confunde sus propias necesidades con las de sus hijos", por lo que es el padre quien debe encargarse de la educación de los hijos y la madre sólo verlos durante las vacaciones.

El hijo toma partido por la parte más débil

La perito considera que Arcuri, "muestra rasgos narcisistas y dificultad para transmitir sus emociones", pero "es un padre preocupado de las necesidades de sus hijos y dispuesto a escuchar (como surge de los testimonios de profesores, pediatra y educador en casa". En cuanto a la relación de Arcuri con su hijo mayor, la psicóloga afirma que  "en interacciones con su hijo G. demostró habilidad para contener la agresión verbal, a pesar de la frustración que su hijo tiene". 

Según el informe de la perito italiana, el niño mayor, de 12 años, sufre una "interferencia", esto es, una inclusión en el conflicto de sus padres, que le obliga a tomar partido por una de las partes, en este caso, la que considera más débil, su madre, quien, por otra parte, "confunde sus propias necesidades con las de sus hijos".