La Supercopa de España tiene nuevo formato. La Federación prometió remodelar de alguna forma esta competición, y sorprendió con una Final Four y un cambio de sede a Arabia Saudí durante los próximos tres años. En este caso, los equipos que han disputado este torneo son: Valencia, Real Madrid, Barcelona y Atlético de Madrid. Este domingo tendrá lugar la final que enfrentará al Real Madrid y al Atlético de Madrid. El motivo de trasladar la Supercopa no es otro que el dinero. Tanto Federación como clubes ingresan, por este torneo, una gran cantidad de dinero. La RFEF ingresará 120 millones por las tres ediciones que se jugarán en este país; mientras que Madrid y Barcelona ingresan 8 millones, el Valencia se queja porque ''solo'' va a ingresar 3 millones y el Atlético de Madrid se pone en tercer lugar con un ingreso de 5 millones de euros

Cuando se supo donde se jugaría esta competición, las críticas no tardaron en llegar. Muchas organizaciones de derechos humanos denuncian el trato hacia los homosexuales y hacia las mujeres por parte de Arabia Saudí. En este país, los derechos de las personas LGTBI no son reconocidos por ninguna ley e incluso tienen penas de muerte. Indagando un poco más en este país, vemos que las condenas para los homosexuales van desde multas o latigazos, hasta la lapidación. El Gobierno central, presidido por el Rey, se excusa diciendo que tienen estas penas porque es un país del islam y no laico. 

Al no haber código penal escrito, sus decisiones ''jurídicas'' se basan en las interpretaciones que los jueces hacen de la ley islámica. En este caso, la sodomía se castiga de dos formas: los hombres casados y libres son lapidados hasta la muerte; mientras que los hombres solteros y libres son latigueados cien veces y desterrados durante un año. Para saber si ha cometido un acto impuro, las pruebas que se utilizan son: la confesión del propio impío por cuatro veces, o que haya cuatro testimonios de cuatro hombres heterosexuales diferentes. En el caso de que no haya cuatro personas, se castigarán con 80 latigazos a los mentirosos. 

En Arabia Saudí no existe el derecho a la privacidad. El Gobierno puede intervenir tus llamadas, entrar en tu casa y registrarte cuando le dé la gana. Y por otra parte, un trabajador heterosexual es libre para discriminar o incluso chantajear a una persona homosexual por serlo. 

Se calcula que cada año, unas cien personas son detenidas por travestirse e incluso su criado puede denunciarle. 

¿Qué pasaría si un jugador de Atlético de Madrid o del Real Madrid decidieran salir del armario justo durante la Supercopa?

Esto realmente es una hipótesis, ya que el porcentaje de que eso ocurra es muy bajo, casi nulo. Pero los extranjeros no se eximen de las condenas por ser homosexual que tiene Arabia Saudí. Hace quince años, una pareja de homosexuales extranjera fue sentenciada a muerte por homosexualidad. Se excusaron diciendo que a parte de ser homosexuales, también habían matado al hombre que los delató. 

Si un jugador de fútbol se ve envuelto en un caso como ese, nadie podría protegerle. Y se vería envuelto en una situación de la que sería muy difícil salir. Cosa que no pasaría en países en los que la homosexualidad está concebida como algo natural y no se juzgan a las personas por serlo.