No hay tiempo para las responsabilidades, ni tampoco para los reproches. Ahora mismo, por suerte o por desgracia, la sociedad entera está volcada en prestar ayuda humanitaria en los territorios más afectados por la DANA, con la provincia de Valencia como epicentro. 

Pese a ello, cuando los pueblos puedan volver a recuperar la normalidad, materialmente hablando, habrá que señalar las gestiones que han fallado para que se haya llegado a este punto y también a los responsables de ello. Para que la DANA se haya llevado la vida de más de un centenar de personas y se haya convertido ya en una tragedia humana sin precedentes.

Por el momento, se van publicando ya los primeros estudios que señalan al cambio climático como agravante de esta situación. Así, un grupo de científicos del World Weather Attribution (WWA, por sus siglas en inglés) han llegado a la conclusión de que la DANA fue un 12% más fuerte y dos veces más probable que en un clima 1,3ºC más fresco. En esta línea, las observaciones meteorológicas históricas indican que las ráfagas de lluvia de un día en esta región están aumentando a medida que las emisiones de combustibles fósiles calientan el clima. 

A través de este estudio, el grupo de científicos sostiene que una atmósfera más cálida puede retener más humedad, lo que conlleva aguaceros más fuertes. Concretamente, señalan que la relación Clausius-Clapeyron revela que con un calentamiento global de 1,3ºC la atmósfera puede contener alrededor de un 9% más de humedad

Además, referente a las temperaturas cálidas del Océano Atlántico que incrementaron la humedad a la tormenta, señalan que fueron entre 50 y 300 veces más probables por el cambio climático.

Propuestas a futuro: cortafuegos o aceras drenantes

Al margen de este estudio científico, otro de los colectivos que se ha pronunciado tras la tragedia ha sido el de los arquitectos. Ponen en duda el diseño de las ciudades, su ahora cuestionada capacidad para soportar agua y riadas y proponen alternativas para evitar que tragedias como esta se sucedan en el tiempo.

Desde el Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España (CSCAE) señalan que la DANA fue "inasumible" incluso si se hubieran implementado más medidas. Pese a ello, han hecho varias propuestas para establecer "cortafuegos" al agua y evitar inundaciones. 

La tesorera del CSCAE, María José Peñalver, ha lamentado que muchas de las ciudades de hoy en día sean "impermeables", lo cual "impide el ciclo natural del agua". Por esta razón, cuando llueve en una zona el territorio no "equilibra" la situación, sino que le hace "una alfombra roja impermeable" al agua que a lo largo de muchos kilómetros de recorrido coge cada vez más caudal y más velocidad.

Una nueva ordenación territorial

En este sentido, desde el CSCAE han pedido una ordenación territorial donde se adopten medidas que hagan de "cortafuegos" al agua, como pantanos o estanques artificiales. Entre otras propuestas, han señalado también aceras drenantes para espacios públicos, parterres inundables para urbanizaciones o azoteas con vegetales.

Por su parte, desde el Gabinete Técnico del Consejo General de la Arquitectura Técnica de España, reconocen que lo que ha ocurrido es algo "completamante extraordinario" pero también plantean diferentes alternativas.

Entre ellas, desviar los cauces fuera de las ciudades o elevar los elementos de protección lo señalan como una opción efectiva. Juan López-Asiain Martínez, uno de los miembros del Gabinete, ha añadido también la necesidad de revisión de los edificios que datan de cuarenta años para atrás para paliar los daños que puedan sufrir por este tipo de fenómenos.